Feb 06, 2021 06:04 UTC

ParsToday –Han pasado 42 años del triunfo de la Revolución Islámica de Irán. Sin embargo, cada vez que se habla del crecimiento y desarrollo y cada vez que las metas e ideales revolucionarios se ven amenazados, los nombres de las mujeres destacan junto a los de los hombres, lo que pone de relieve que las féminas iraníes aún están decididas a llevar la Revolución, que fructificó con la sangre de sus jóvenes, a su destino final.

Cada día que se fortalece el potencial científico de Irán y destaca la Revolución Islámica, la imagen de las mujeres iraníes brilla junto a sus expertos.
 
 
 
Cuando la enfermedad de la COVID-19 afectó a Irán, igual que a otros países, las mujeres,  médicas y enfermeras se apresuraron a ayudar a los pacientes. Algunas de ellas incluso retrasaron su boda, y algunas maestras infectadas con este virus, impartían clases virtuales a sus alumnos desde las camas del hospital.
 
La señora Fatemé Mokhber fue la primera persona iraní en ofrecerse de voluntaria para recibir la vacuna fabricada localmente contra esta enfermedad.
 
 
 
Igualmente, cuando un científico nuclear de nuestro país fue asesinado frente a los ojos de su familia, su esposa gritó que “estos asesinatos no pueden impedirnos seguir con  nuestros objetivos, y yo seguiré los pasos de mi esposo y continuaré con sus ideales”.
 
Vayamos un poco más atrás. El año pasado, Estados Unidos asesinó al general Qasem Soleimani, alto comandante militar iraní, con la ilusión de que su martirio detendría la Revolución Islámica. Pero al mismo tiempo, sus hijas Zainab y Fatemé se mantuvieron de pie pacientemente y declararon que siguiran el sendero del padre.
 
 
Zeinab asumió la jefatura de la Fundación Mártir Soleimani para preservar la memoria de su querido mártir y dar continuidad al camino de los mártires. No faltan este tipo de mujeres, especialmente las esposas y madres de los mártires, cuya firmeza y paciencia evocan los días de la guerra impuesta por Irak (19080-88) y su papel influyente en la retaguardia y en la primera línea de los frentes.
 
 
 Según el testimonio de todos los que estaban en el contexto de la lucha y la Revolución Islámica, las féminas jugaron un papel importante en el avance de la victoria de la Revolución y el establecimiento del sistema islámico en Irán.
 
 
Ellas demostraron su firmeza, su fe, su conciencia y su compromiso resistiendo los complots de los enemigos extranjeros y sus elementos internos, y cumplieron con seriedad cualquier responsabilidad que se les encomendo.
 
 
Con su presencia efectiva y extensa en la sociedad y desarrollando distintas actividades culturales, sociales, políticas y económicas, cumplieron con su parte en la defensa de la Revolución Islámica y siempre han sido reconocidas como pioneras en el avance de los objetivos revolucionarios.
 
 
El papel histórico de los hombres y mujeres musulmanes en la defensa de su religión y su tierra tiene raíces en la cultura islámica. Sus mejores modelos se  puede encontrar en los primeros tiempos del Islam.
 
 
Aunque en el Islam, se les ha quitado a las mujeres la responsabilidad de hacer la yihad o guerra santa, esto no significa que no participen en la lucha, tampoco hace falta que tengan una presencia activa junto a los hombres para apoyar y defender la religión y la patria.
 
 
En los primeros tiempos del Islam, las féminas desempeñaron un papel clave como un elemento eficaz y útil en la defensa del Islam, respetando las restricciones puestas a ellas por Dios. Mujeres como Nasiba, Yarah y Um Atiya, tomaron parte en muchas de las batallas del Profeta del Islam Mohammad (saludos de Dios a él y a sus descendientes), en las que actuaban como socorristas.
 
 
Desde el punto de vista del Islam, las mujeres, al igual que los hombres, son libres de desarrollar actividades en la sociedad y desempeñar un papel en distintos campos, con la diferencia de que esta libertad debe ser tal que no dañe su dignidad humana, su personalidad y su castidad ni les impida realizar actividades sociales útiles.
 
 
En la Revolución Islámica de Irán, la amplia presencia de las féminas en diversos sectores cultural, científico, político y militar ha llamado la atención de las damas musulmanas. Muchas mujeres iraníes, en su condición de madres y esposas, alentaron a sus seres queridos a participar en difíciles campos de batalla.
 
 
También un grupo de ellas, junto a los hombres, estuvieron presentes como médicas, enfermeras, socorristas y apoyo logístico en las más peligrosas zonas fronterizas del país.
 
 
Estas mujeres son símbolos de resistencia y sacrificio garantizando el orgullo de su patria y religión. Siguiendo el ejemplo de grandes damas como Jadiya, Fátima y Zainab (saludos sean para ellas), ellas entraron en la escena y con todo lo que tenían, ayudaron a los hombres en la defensa de la patria.
 
 
El Imam Jomeini (que Dios lo bendiga) elogió reiteradas veces el espíritu de sacrificio y de búsqueda de martirio de las féminas iraníes y dijo: "Es por la luz de la fe por la que ustedes, señoras, no tienen miedo del martirio, y por la que nuestros jóvenes, hombres y mujeres están listos para el martirio".
 
 
La presencia de mujeres en marchas y manifestaciones y su participación en la distribución de octavillas contra el régimen dictatorial del Sha reflejaba su activismo político, tanto que se las puede considerar como luchadoras en la arena política.
 
 
Las féminas son humanizadoras y si las naciones no las tuvieran, éstas fracasarían y se degenerarían. Las mujeres de Irán, siguiendo el ejemplo de las grandes damas del Islam, como Fátima y Zainab (saludos sean para ellas), resistieron poderosamente al régimen tiránico del Sha y, más tarde, enviaron a sus seres queridos a los frentes de la guerra impuesta por Irak a Irán (1980-88) para defender la Revolución y el sistema.
 
 
En los campos de batalla, fortalecieron la moral de sus hijos y esposos para que pudieran caminar fácilmente hacia el altar del martirio.
 
La poderosa presencia de las féminas musulmanas, en el mayor acontecimiento sociopolítico del siglo XX como fue  la Revolución Islámica iraní, creó un nuevo enfoque en los debates relativos a la mujer.
 
 
Los pueblos del mundo se quedaron sorprendidos al ver que las mujeres persas participaban cada vez más en diferentes ámbitos científicos, culturales, políticos y sociales. Incluso muchas mujeres en países islámicos tomaron como modelo las actividades y movimientos de las mujeres iraníes.
 
 
Después de visitar Irán en los primeros años de la Revolución, un periodista francés comentó que "en Irán, todo el mundo se encuentra metido en una gran transformación sociopolítica para construir la estructura de un régimen islámico. En este contexto, lo más notable es la resistencia y trabajo infatigable de las mujeres junto a los hombres".
 
Después de la Revolución Islámica, se presentaron oportunidades para las mujeres para aumentar sus capacidades en distintos niveles.
 
 
Si se mira al punto desde el que partieron las mujeres y se presta atención al horizonte que deben alcanzar, nos quedaremos convencidos de que la Revolución Islámica de Irán ha creado muchos potenciales para el avance del movimiento de las mujeres en el derrotero del tiempo.
 
 
De hecho, en el sistema islámico, las mujeres fueron respetadas y la sociedad se benefició de sus capacidades en su posición humana, la cual aceleró su movimiento hacia el desarrollo.
 
 
Las féminas musulmanas saben que el hombre y la mujer, ambos son criaturas de Dios y son iguales desde el punto de vista humano, y que Dios no ignora las acciones de nadie. Al respecto, en el versículo 195 de la sura “La familia de Imran” se lee: "Y su Señor respondió a sus ruegos, aclarándoles que Él no descuida la recompensa de todo aquel que hace buenas obras, sea hombre o mujer, pues el hombre viene de la mujer y la mujer del hombre”.
 
 
 
P/FE/JP

 

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