Jun 19, 2019 07:50 UTC

ParsToday- Después del petróleo, el tráfico de objetos históricos es la fuente más importante en el suministro de fondos del grupo terrorista EIIL (Daesh, por sus siglas en inglés). Muchos objetos históricos, valorados en millones de dólares, fueron saqueados por este grupo terrorista de lugares antiguos y vendidos fácilmente en mercados negros o a través de Internet.

No ha pasado mucho tiempo desde que los crímenes de Daesh encabezaban las noticias de los medios de comunicación. No hemos olvidado que los elementos de Daesh entraban en cualquier ciudad y destruían primero sus monumentos históricos y nacionales. Según el informe de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), los miembros de esta banda terrorista destruyeron completamente y saquearon los monumentos de las ciudades iraquíes de Namrud, Al Hazar, y el museo de Mosul. En Siria también hicieron lo mismo en las ciudades de Alepo, Idlib, Deraa, Hama y la histórica urbe de Palmira (Tadmir).

 

Daesh nunca rechazó haber destruido los monumentos de las ciudades de Siria e Irak, pues el aparato propagandístico de este grupúsculo publicaba imágenes y escritos en los que anunciaba al mundo que ponían de relieve su extraño rencor hacia los vestigios del pasado, motivo por el cual destruía la historia y los documentos de identidad de las culturas.

 

Para entender la razón de la enemistad de Daesh con los monumentos históricos hay dos puntos generales: razones ideológicas y razones económicas.

 

Sobre la razón y el principal motivo por los que Daesh destruyó los monumentos históricos, la revista en línea de este grupo llamado Dabiq alegó que los infieles descubrieron estas estatuas y ruinas de las generaciones anteriores y se esfuerzan por mostrarlos como parte de la identidad y la herencia cultural, mientras que carecen de cualquier valor.

 

Para analizar este tema se puede mencionar algunos casos: La primera razón es el odio de este grupo respecto al pasado y la historia. La segunda, es el beneficio que recibe este grupo por la venta de los objetos antiguos saqueados. Como tercera razón, también se puede enfatizar que la destrucción y el saqueo simultáneo de monumentos históricos se consideraban, de hecho, la fundación de un sistema violento y cruel en las ciudades ocupadas y la toma del control psicológico de los pueblos de estas regiones.

 

Sin embargo, muchos informes y estudios indican que la importancia económica de este comportamiento de Daesh fue lo más importante, ya que después de la venta de petróleo, Daesh obtenía casi la mitad de sus ingresos mensuales a partir del saqueo de obras antiguas y la confiscación de propiedades.

 

Además de ISIS, que históricamente ha destruido sitios históricos en los territorios ocupados o traficado las antigüedades mediante  contrabando, durante los últimos cuatro años de la guerra saudí contra Yemen, la historia árabe ha enfrentado otra invasión para la destrucción.

 

Amide Shalan, experto en monumentos históricos afirmó que “el patrimonio cultural y la civilización humana yemeníes están en peligro de ser destruidos” y expresó preocupación por la destrucción de presas, palacios, templos, estatuas, mezquitas y castillos, cuya antigüedad se remota a cuatro mil años”.

 

Anteriormente, tras la llegada de los grupos terroristas Al Qaeda y Daesh en las provincias del sur de Yemen, incluida Marib, muchas de las obras antiguas de estas áreas fueron destruidas y otras robadas y sacadas y traficadas fuera del país. Además del saqueo, se puede mencionar la destrucción de algunos castillos y mezquitas en las ciudades históricas de Yemen que se convirtieron en el campo de conflictos y guerras, incluida la mezquita y la escuela al-Ameria en la ciudad de Rada (perteneciente al siglo XVI). Los muros del histórico castillo de la ciudad de Rada, también construidos en el siglo III, fueron destruidos por los enfrentamientos de los terroristas de Al Qaeda en 2014.

 

Obviamente, Daesh no estuvo solo en esta destrucción histórica y el robo de identidad, pues se aprovechaba de la complicidad de países extranjeros. Primero, los intermediarios en Turquía y El Líbano compran estas obras y luego los corredores las venden a coleccionistas en Europa o Estados Unidos, ocultando así la fuente del suministro de los objetos antiguos.

 

Deborah Lohr, presidenta y una de los fundadores del grupo “Coalición mundial para proteger los monumentos históricos”, dice: “Los funcionarios de aduanas saben que un kilo de cocaína es ilegal, pero cuando se encuentran con una olla vieja, no saben si esto es una compra turística o una pieza con una antigüedad de tres mil años”.

 

Aunque  han aumentado las demandas internacionales para detener estos intercambios, los informes sugieren que algunos de los objetos antiguos valiosos saqueados de Siria se venden en Facebook. Al igual que en las últimas semanas, una serie de monedas antiguas, esculturas de oro y manuscritos en hebreo y arameo se ha puesto a la venta en esta red social.

 

Según Kate Paul, arqueólogo y profesor de Historia de la Universidad de Ohio, un equipo de investigadores supervisa 95 grupos en Facebook, compuestos por saqueadores, comerciantes y clientes de objetos históricos. Este grupo ha conseguido 4 grupos en Siria que en 56  mensajes han anunciado la venta de los monumentos históricos de Yemen y en 450 post similares han propuesto la venta de los monumentos históricos de Siria.

 

Paul dice que hay que estudiar otros 91 grupos. El número de las piezas antiguas ofrecidas para la venta es significativo. Inscripciones talladas, esculturas de bronce y las armas antiguas figuran entre estas obras.

 

No obstante, Facebook ha eliminado las páginas relacionadas con estos artículos robados después de recibir informes de este negocio ilegal, pero los informes indican que Daesh planea vender artículos robados a través de intermediarios en otras redes sociales pues se ha advertido a los museos y las casas de subasta de realizar tales tratos.

 

Cabe recordar que en noviembre de 2015, la cadena televisiva Al-Alam, citando a un funcionario del Partido del Congreso General del Pueblo (GPC, en inglés) yemení, afirmó que Abdelaziz Bin Fahd Al Saud, uno de los príncipes saudíes, ha participado en el robo de 63 obras históricas de Yemen y en su tráfico a fuera de este país.

 

Este funcionario yemení denunció: “Los informes confirman que este príncipe saudí  ha subastado los monumentos históricos robados en una subasta en el Reino Unido; los monumentos históricos de la provincia Marib valorados en varios millones d dólares”.

 

En julio de 2017, el periódico Daily Telegraph con sede en Londres, citado a su corresponsal en Nueva York, escribió en un informe que la compañía estadounidense de productos artesanales Hobby Lobby, en el marco de un acuerdo legal, ha devuelto miles de piezas de objetos históricos contrabandeados desde Irak, los que fueron trasladados desde los Emiratos Árabes Unidos e Israel a Estados Unidos, bajo la información ficticias. La compañía acordó pagar 3 millones de dólares como multa y entregar 5500 objetos históricos traficados desde Irak”.

Lo importante es que no hay ninguna referencia a la participación de grupos terroristas en este caso, pero la empresa estadounidense ha admitido no haber estado al tanto de las complejidades involucradas en la interacción con estos objetos históricos y, en este contexto, se había bastado a las experiencias de comerciantes y compañías de transporte lo que terminó en “miserables errores”.

 

A modo de colofón, debemos señalar que tales hechos no se limitan a los países árabes, y el saqueo y la destrucción de obras antiguas se ha observado también en países como Afganistán. Es interesante saber que los países partidarios de los grupos terroristas también los apoyan incluso en el saqueo y la venta de los monumentos históricos. El ministro de Turismo de Siria, Besher Yazji dice que algunas de los objetos históricos de Siria se están enviando al régimen sionista, y la mayoría de los grupos que se dedican a saquear los monumentos históricos, están vinculados con este régimen.

 

P/NA/NL

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