Oct 29, 2019 20:49 UTC

ParsToday- El ataque militar de Turquía contra el norte de Siria ha dado lugar a diversas reacciones de los actores internacionales. Aunque, algunos han cuestionado los motivos que ha dado Ankara para combatir a las milicias kurdo sirias, llamadas Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) que alega tienen vínculos con el PKK.

 Es la tercera vez que las fuerzas turcas lanzan una operación contra los kurdos en el norte de Siria. La primera operación turca, llamada “Escudo del Éufrates’’, terminó en agosto de 2016 en la ocupación de los territorios de Azaz hasta Grablus de Siria, y la segunda operación, la “Rama de olivo”, tuvo lugar en enero de 2018, y también terminó en la ocupación de la zona de Afrin. Sin embargo, la operación en curso, llamada “Fuente de paz” es mucho más amplia que las dos anteriores. Esta ofensiva abarca un área de 460 kilómetros desde la orilla occidental del Éufrates hasta las fronteras comunes de Siria e Irak y se adentra unos 30 hasta 40 kilómetros en el territorio sirio. A pesar de la autoridad del Gobierno turco para esta acción militar, la postura de los principales actores internacionales en el oeste de Asia, a saber, Estados Unidos, Europa y Rusia son de gran importancia. Cada uno de ellos ha adoptado una postura diferente ante el ataque de los turcos contra el norte de Siria, dependiendo de sus objetivos e intereses.
 
Estados Unidos, como una fuerza extranjera intervencionista en el norte de Siria, especialmente en las zonas kurdas, en los últimos años había establecido una estrecha alianza con los kurdos sirios, el marco de las Fuerzas Democráticas Sirias y las Unidades de Protección Popular, bajo el lema de la lucha contra el grupo terrorista Daesh. Esto ha provocado fuertes críticas por parte de Turquía que considera a los kurdos sirios socios del PKK, grupo que tacha de terrorista. Además, Ankara ha acusado repetidamente a Washington de enviar grandes cantidades de equipo militar a los kurdos. Sin embargo, antes de los recientes acontecimientos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump insistió en continuar su apoyo a los kurdos sirios, a pesar de haber retirado a sus tropas de la zona norte de Siria. Sin embargo, en línea con sus objetivos de seguridad y lucha contra el terrorismo, Turquía insistió en lanzar una operación militar en las fronteras comunes con Siria y crear una franja de 30 km de largo para establecer allí una zona libre de milicias kurdas y reasentar en esa área a unos 2 millones de refugiados sirios.
 
El punto de inflexión del cambio de postura de Estados Unidos fue la conversación telefónica entre Trump y su par turco Recep Tayyip Erdogan que se llevó a cabo el pasado domingo 6 de octubre. Después de la llamada telefónica, la Casa Blanca informó de su intención para retirar las tropas estadounidenses de la frontera sirio-turca, lo cual iba en contra con la promesa de Estados Unidos a los militantes kurdos en el norte de Siria. Washington había dado su palabra a los kurdos que los protegería ante posibles ataques del ejército turco. En un mensaje de Twitter, Trump amenazó que si el Gobierno de Erdogan toma medidas en Siria que violen sus líneas rojas, destruiría por completo la economía de Turquía. Después de la amenaza de Trump contra Ankara, el Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono) afirmó en un comunicado que la operación militar turca en Siria no fue confirmada por Estados Unidos y que la retirada de las tropas estadounidenses de Siria incluiría una pequeña porción de esas tropas en la frontera turca. La ex secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, escribió el lunes 7 de octubre en su página de Twitter: “En vísperas de las operaciones militares turcas en Siria, la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de abandonar Siria es una traición a su juramento presidencial”.
 
La decisión de Trump de retirar las tropas estadounidenses de las zonas de las operaciones militares del ejército turco en el norte de Siria, que de alguna manera se interpretó como una traición a los kurdos, provocó una ola de reacciones negativas dentro de la administración estadounidense. Desde el punto de vista de los políticos norteamericanos, tanto demócratas como republicanos, la decisión de Trump de sacar sus tropas del norte de Siria supone una retirada total, sin considerar los riesgos potenciales y las graves consecuencias que conlleva para Washington y sus aliados regionales.
 
La luz verde del presidente de Estados Unidos a Turquía para atacar a los kurdos en el norte de Siria ha provocado críticas internas generalizadas contra Trump y ha aumentado la duda entre los aliados de EEUU respecto a la confianza en Washington. A pesar de la luz verde de Trump sobre la invasión de Ankara al norte de Siria, sus órdenes al Departamento del Tesoro de imponer sanciones a Turquía han provocado duras reacciones por parte de Ankara. El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin anunció que Trump había firmado un decreto que permite imponer fuertes sanciones contra Turquía.
 
El presidente de Estados Unidos, expuesto a una intensa presión interna para apoyar a los kurdos ante los turcos, ha tratado de reducir las presiones mediante la imposición de sanciones y al mismo tiempo se opone a la agresión turca. Sin embargo, este enfoque de Trump causa desconfía entre los aliados de EEUU respecto a sus compromisos. Durante la Administración de Obama en 2014, Estados Unidos lanzó la llamada coalición internacional anti-Daesh en la que los kurdos sirios desempeñaron un papel importante. La cooperación y el apoyo de Washington se intensificaron durante la Administración de Trump, y los kurdos sirios desempeñaron un papel importante en la derrota del Daesh, incluido en la provincia de Al-Raqa, en el marco de Fuerzas Democráticas Sirias y las Unidades de Protección Popular. Los kurdos creían que contaban con los apoyos estadounidense, pero Trump los dejó solos de repente ante Turquía, en realidad, los apuñaló por la espalda. Para justificar este tema, Trump ha alegado que EEUU ha luchado en Siria durante 10 años y ahora tiene que sacar a sus tropas del ciclo de las guerras sin fin. Al mismo tiempo, Trump cree que cualquier medida debería conllevar beneficios financieros a Estados Unidos, por lo que no ve ninguna razón para apoyar a los kurdos sirios contra la invasión turca y los abandonó.
 
Trump ha adoptado una postura de doble rasero respecto a Turquía. Por un lado, parece que Erdogan lo persudió, durante su conversación telefónica, para aceptar la retirada de las tropas estadounidenses de las áreas controladas por Turquía y así permitir que los turcos invadan el norte de Siria. Entonces, se puede decir que Trump ha dado a Erdogan una gran ventaja. Las relaciones entre Washington y Ankara se habían enfriado en los últimos meses después de que Turquía comprara el sistema de misiles S-400 a Rusia, lo que provocó la fuerte oposición de Washington. La Administración Trump no solo retiró a Turquía del programa de aviones avanzados de combate F-35, sino que también amenazó a Ankara con la imposición de sanciones en el marco de la ley Katsa, según la cual, los países clientes de armas generalizadas de Rusia serán sancionados.
 
En estas condiciones, Trump dejó solos a los kurdos  ante la invasión turca. La razón de Trump, por supuesto, es que Estados Unidos no tiene responsabilidad respecto a los kurdos y, por otro lado, les ha dado suficiente equipo militar y armas para defenderse. Sin embargo, la justificación de Trump no satisfizo a los kurdos ni disminuyó las fuertes críticas de los políticos y el Congreso de Estados Unidos. Trump, por otro lado, había advertido a los turcos sobre la violación de la línea roja estadounidense y permitió al secretario de Tesoro amenazar con sanciones a Ankara, aparentemente, para calmar a un Congreso furioso y hacer creer que no había  otorgado carta libre a Ankara para oprimir y destruir a los kurdos sirios. Esto también incendió las críticas entre las autoridades turcas.
 
Turquía también se ha enfrentado a la postura hostil del Congreso de Estados Unidos. Los legisladores estadounidenses presentaron más leyes sobre sanciones severas contra Turquía por habar atacado a Siria; una medida que subraya la insatisfacción, tanto de los demócratas como los republicanos en el Congreso, por la política de Trump respecto a ese país árabe.
 
 
 
P/NA/NL
 

 

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