Día del prisionero palestino
Abr 23, 2020 03:35 UTC
ParsToday - El 17 de abril de cada año coincide con el “Día del Prisionero Palestino.” El 17 de abril de 1974, el Consejo Nacional Palestino (CNP) grabó en la historia este fecha como el “Día del Prisionero Palestino” para conmemorar los sacrificios de los cautivos palestinos.
Las estadísticas muestran que desde 1948, las detenciones y el encarcelamiento de palestinos han tenido un ritmo fuertemente ascendente, de manera que según distintas fuentes, desde 1948 han sido construidas alrededor de 18 prisiones en los Territorios Ocupados Palestinos.
Según asegura Abdul Nasser Ferwaneh, jefe del Departamento de Estudios y Documentación del Comité de Prisioneros y Libertades de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), actualmente 5 800 hombres y mujeres palestinos se encuentran retenidos en las cárceles del régimen israelí, de los cuales 540 han sido condenados a cadena perpetua, en varias oportunidades.
De estos 5 800 reclusos, 62 son féminas y 300 son menores. Otro punto a destacar es que, según el citado comité, 223 reos palestinos han caído mártires en las cárceles del régimen sionista desde 1967: 68 han muerto por no recibir servicios médicos; 73 bajo tortura; 75 fueron asesinados deliberadamente tras su detención y otros 7 fueron baleados a tiros.
Sami Abu Diak, preso palestino de 36 años, condenado tres veces a cadena perpetua y que sufría un cáncer mortal, fue el último palestino que falleció en noviembre de 2019 al negarse el régimen sionista a ofrecerle buena atención médica.
El régimen sionista somete a los reclusos palestinos a premeditadas y específicas torturas físicas y psicológicas. El 16 de febrero de 2018, la entonces ministra de Justicia del régimen sionista, Ayelet Shaked, dijo que “Israel debe permanecer judío, incluso a precio de la violación de los derechos humanos”.
El Director del Centro de Estudios de los Prisioneros, Palestinos (PPCS, por sus siglas en inglés), Raafat Hamdouna, denunció que los detenidos palestinos se encuentran en condiciones catastróficas y son sometidos a todo tipo de torturas psicológicas y físicas en las cárceles israelíes.
Agregó que el régimen sionista es el único lugar que considera legal la tortura y aplica en sus prisiones métodos de tortura que están prohibidos según las normas internacionales.
Según Hamdouna, las fases de torturar a los presos empiezan desde el mismo momento de su arresto e incluyen: ponerles bolsa contaminada en la cabeza; impedirles dormir; denegarles tratamiento médico; dejarlos en congeladores; obligarles a estar de pie durante largos períodos de tiempo; sacarles confesión a través de espías infiltrados; mantenerlos bajo duchas de agua fría seguidas de otras con agua caliente; obligarles a escuchar musica muy fuerte; prohibirles usar el baño; darles fuertes palizas y sacudirles fuertemente la cabeza, hasta dejarlos paralizados.
Entre otros casos inhumanos destaca realizar peligrosas pruebas médicas con los prisioneros palestinos. La expresidenta de la Comisión de Ciencias en la Knesset (parlamento israelí); Dalia Itzik, reveló en 1997 que Israel realizaba anualmente casi mil pruebas médicas peligrosas en los penales palestinos.
Previamente, el escritor jordano Abdullah Qaq escribió en un artículo que los informes muestran que los palestinos retenidos en las cárceles de Israel eran utilizados como conejillos de India en los laboratorios experimentando con nuevos fármacos, producidos por médicos israelíes.
La alimentación forzosa es otra forma de tortura. Los reclusos palestinos siempre han recurrido a la huelga de hambre como un medio para protestar contra las terribles y graves condiciones en las cárceles israelíes.
En julio de 2015, el parlamento israelí (Knesset) aprobó la ley de alimentación forzosa, que permite a las autoridades hacerles comer a la fuerza a los presos palestinos cuya vida está en peligro.
El Club de los Prisioneros Palestinos (PPC, siglas en inglés) denunció hace poco en un informe que los funcionarios sionistas se valen de numerosos métodos de tortura psicológica y física para sacarles confesiones a los presos durante los interrogatorios.
Según este informe, alrededor del 95 por ciento de los detenidos palestinos está sometido a fuertes torturas desde su arresto hasta su traslado a las cárceles públicas.
El informe señala que desde 1967, 73 prisioneros palestinos han perdido la vida bajo tortura, y en la actualidad aún continúa".
La política de denegar el acceso a los servicios sanitarios es uno de los métodos de tortura física y psicológica, que puede resultar en la muerte gradual de los prisioneros. Como consecuencia de la misma política, el nuevo coronavirus conocido como COVID-19 se ha propagado entre los ellos.
Desde 1967, más de 17 000 mujeres palestinas, incluidas ancianas o menores, han pasado por las cárceles israelíes.
La primera Intifada palestina, iniciada en 1987, estuvo marcada por la mayor oleada de detenciones de féminas palestinas con casi tres mil detenidas.
Y durante la segunda Intifada palestina, que estalló en el año 2000, el número de presas palestinas se elevó a unas 1000.
Actualmente, casi 62 mujeres palestinas se encuentran encarceladas en Israel. La Sociedad de Prisioneros Palestinos (PPS, por sus siglas en inglés) anunció que todas ellas se encuentran en difíciles y preocupantes condiciones humanitarias. La mitad de ellas han sido condenadas a hasta 16 años de prisión, y la otra mitad aún está detenida sin juicio.
La COVID-19 se ha propagado en los Territorios Ocupados, y el gobierno israelí ha sido incapaz para gestionarla. Mientras tanto, la epidemia ha afectado también a los prisioneros palestinos, lo que mantiene preocupados a los funcionarios palestinos, que no dejan de advertir al respecto.
Las prisiones israelíes donde están retenidos presos palestinos, no gozan de una buena situación sanitaria, y el régimen sionista tampoco está dispuesto a modificar su política.
Riyad Al-Ashgar, un portavoz del Centro de Estudios de los Prisioneros Palestinos (PPCS, por sus siglas en inglés), denunció que pese a la peligrosidad de la COVID-19 y su rápida expansión, el régimen ocupador de Al Quds (Jerusalén) no ha hecho nada para evitar el contagio en las prisiones y tampoco proporciona desinfectantes a los reclusos.
Añadió que los carceleros que van de vacaciones y contraen el virus mencionado, siguen trabajando transmitiéndolo a los presos palestinos. Entretanto, la entidad sionista usa a un médico contagiado por el COVID-19 para tratarlos, lo que es una forma más de transmitirles el virus.
El jefe de la Comisión de Asuntos de los Prisioneros Palestinos, Qadri Abu Bakr, aseguró que el régimen sionista ha enviado a un médico infectado por el coronavirus para tratar a un prisionero enfermo en la cárcel de Asqalan, sometiendo así a los otros prisioneros al riesgo de contraer esta enfermedad.
El último punto a destacar es que pese a la grave situación de los palestinos retenidos en las cárceles israelíes, especialmente en medio de la adversidad epidemiológica, la comunidad internacional, especialmente la Organización de las Naciones Unidas, no toma ninguna medida seria para frenar los crímenes del régimen sionista.
P/FE/JP
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