Oct 14, 2020 07:50 UTC

ParsToday – Queridos oyentes, en el programa anterior dijimos que las recientes acciones islamofóbicas en los países europeos, especialmente la quema del sagrado Corán en Suecia, así como la medida de la revista satírica francesa Charlie Hebdo de volver a publicar caricaturas insultantes del Profeta del Islam Mohammad (saludos de Dios a él y a sus descendientes),

demuestran que las corrientes islamofóbicas están tratando de enfrentarse con el Islam con más fuerza y presentar una mala imagen del gran profeta de esta religión divina.
 
Ahora, les invitamos a escuchar la segunda y última parte de este programa…..
 
Las doce caricaturas blasfemas contra el Profeta Mohammad se publicaron por primera vez en un periódico danés en 2005, y Charlie Hebdo las reeditó por primera vez en 2006.
 
 
La medida provocó amplias protestas de los musulmanes en distintas partes del mundo, y la oficina de Charlie Hebdo fue objeto de un ataque armado en 2015 debido a la insistencia de sus directores en mantener esa postura antiislámica. Después del ataque a la oficina de Charlie Hebdo en 2015, los partidos de extrema derecha, como el Frente Nacional, liderado por Jean-Marine Le Pen, encontró su oportunidad de oro para oponerse al Islam y, al mismo tiempo, ganar el voto de los franceses.
 
 
Ahora, 5 años después de aquel ataque, los responsables de Charlie Hebdo han repetido este acto sacrílego en una medida destinada únicamente a incitar a los musulmanes y mostrar su inquina y odio al Islam y al Profeta Mohammad (saludos de Dios a él y a sus descendientes). La reacción de los musulmanes ante este acto antiislámico volvió a manifestarse en forma de protestas en diferentes países, así como, la condena de diferentes círculos y personalidades islámicas.
 
 
Al respecto, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, Líder supremo de la Revolución Islámica iraní, emitió un comunicado donde dijo que “el pecado imperdonable de una revista francesa al insultar el santo rostro del Profeta reveló una vez más el odio y la hostilidad de las instituciones políticas y culturales del mundo occidental, contra el islam y la comunidad musulmana".
 
Criticó además que el uso por parte de algunos políticos franceses de poner como     "excusa la libertad de expresión para no condenar este gran crimen, es completamente inaceptable, equivocada y demagógica".
 
 
A juicio del Líder, "este movimiento en este momento también, podría ser una medida para distraer a las naciones y gobiernos de Asia Occidental de los siniestros complots de Estados Unidos y el régimen israelí contra la región".
 
 
El ayatolá Jamenei se refirió así a los comentarios del presidente galo Emmanuel Macron, quien, tras la extensión de las protestas en el mundo islámico contra el acto insultante de Charlie Hebdo, en una descarada declaración consideró el blasfemar como parte de la libertad de expresión diciendo que "estoy aquí para proteger estas libertades".
 
 
El mandatario francés considera insultos a religiones y santidades como parte de los principios de la libertad de expresión en un momento en el que su país es uno de los países occidentales que criminalizan la negación del presunto incidente del Holocausto judío.
 
 
Macron ha recurrido al tema de la "libertad de expresión" para justificar la acción de Charlie Hebdo en condiciones en que, de acuerdo con el Derecho Internacional y la definición de la libertad de expresión y sus restricciones, la misma no significa en absoluto que cualquier persona pueda profanar las creencias de otras religiones y etnias.
 
 
Los expertos también señalan la contradicción entre la defensa de Macron del acto blasfemo de la revista Charlie Hebdo y vincularlo con la libertad de expresión, recordando que defender los discursos de odio va contra la legislación francesa. 
 
Macron afirmó que con “la libertad de expresión, existe el deber de no tener el discurso de odio”. 
 
 
 
Sin embargo, la pregunta que surge es, si el permiso del gobierno francés para la reedición de las viñetas blasfemas del Profeta del Islam por parte del semanario Charlie Hebdo y la defensa de Macron de este acto, ¿no resultan en nada más que aumentar el odio de los europeos y su sospecha de la fe islámica y de los musulmanes y presentar una imagen poco realista del Profeta Mahoma?
 
 
Es obvio que, si se mantiene tal visión, no solo Charlie Hebdo continuará este acto sacrílego, sino que también, la gente de extrema derecha que recientemente prendió fuego al sagrado Corán en Suecia y que hizo similar acto en Dinamarca el año pasado, será más audaz para ampliar sus acciones.
 
 
De esta manera, los musulmanes que viven en países europeos, especialmente en aquellos donde operan ampliamente los movimientos de extrema derecha, estarán sujetos a mayores acosos y discriminaciones.
 
 
Según Abdul-Latif Nazari, político y experto afgano en asuntos internacionales, “este acto repugnante no solo hirió los corazones de los musulmanes, sino que, también contribuye al crecimiento del extremismo y el terrorismo; los musulmanes esperan del gobierno francés que no permita que la libertad de expresión ofenda las santidades de millones de musulmanes”.
 
 
 
En este contexto, las figuras y corrientes que se oponen a la islamofobia y a que se presente una mala imagen del Islam en Europa, pueden desempeñar un papel importante en contrarrestar las corrientes de extrema derecha y sus acciones islamofóbicas.
 
 
 
Entre estos casos se puede señalar que la arzobispa de Suecia Antje Jackelén, junto con altos funcionarios de la Iglesia de ese país, el 13 de septiembre en un comunicado condenó el sacrilegio del Corán en Suecia por parte de un grupo de extrema derecha, subrayando que la profanación del Corán fue un acto bárbaro y añadiendo que tales acciones aumentan la polarización entre el pueblo en un momento en que Suecia necesita la unidad.
 
 
 
En general, en el continente de Europa, particularmente en el Reino Unido, Francia y Alemania, la islamofobia, el uso de la violencia verbal y física y la discriminación contra los musulmanes han aumentado en los últimos años.
 
 
 
Los ataques a mezquitas y la quema de lugares de culto islámicos, los ataques físicos y verbales contra musulmanes e incluso no musulmanes que tienen la apariencia de gente de la región de Asia Occidental, y la discriminación contra los seguidores del Islam en diversos campos educativos y ocupacionales, son solo algunos ejemplos de la islamofobia en las sociedades occidentales.
 
 
 
Según Ahmad Suwaidi, profesor de la Universidad Nahdlatul Ulama en Indonesia, "el fenómeno de la islamofobia en los países occidentales no se limita a la discriminación ocupacional, sino que incluye también la violencia y el terrorismo".
 
 
 
En su informe de 2018, el Centro de Documentación sobre Islamofobia y Racismo Anti-Musulmán en Austria informó de un aumento del 74% en los ataques racistas contra los musulmanes.
 
 
 
El Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF, siglas en francés) ha registrado un incremento del 52% en los ataques racistas contra musulmanes en el país galo.
 
 
 
Las instituciones gubernamentales británicas denuncian un aumento del 40% en los incidentes de discriminación religiosa entre 2017 y 2018, con respecto a 2015-2016. Durante el mismo período, se registró un alza del 50 por ciento en los ataques a lugares de culto musulmanes.
 
 
 
La propaganda antiislámica y la promoción de la islamofobia por parte de líderes occidentales, como el presidente estadounidense Donald Trump, así como, la defensa irracional e insensata del presidente francés Emmanuel Macron de las acciones sacrílegas contra el Profeta del Islam, ponen de manifiesto hasta qué punto el discurso y el desempeño de los dirigentes occidentales pueden incitar a la extrema derecha a difundir la islamofobia y actos de discriminación y violencia contra los musulmanes.
 
 
 
Los expertos de la Comisión contra la Discriminación del Consejo de Europa, en un informe reciente, señalaron el aumento de la islamofobia y la xenofobia, asegurando que las palabras de los políticos europeos han contribuido a crear esta situación y la fisura social.
 
 
 
De hecho, los gobiernos europeos que han enfrentado el problema de solicitantes de asilo en los últimos años, desempeñan directa o indirectamente un papel eficaz en la incitación a la islamofobia, de cara a contrarrestar la creciente presencia de los musulmanes en Europa, manteniendo el silencio o defendiendo las prácticas islamofóbicas.
 
 
 
P/FE/JP

 

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