Pars Today

Los acontecimientos de Palestina en 2020 estuvieron influenciados principalmente por factores externos, a saber, el patrón de comportamiento de Donald Trump, Benjamin Netanyahu y los líderes de algunos países árabes.

 

La implementación del denominado y racista Acuerdo del Siglo desde el 28 de enero de 2020, el esfuerzo de Israel por anexar partes de Cisjordania a los Territorios Ocupados y la normalización de las relaciones de algunos países árabes con Israel, destacan entre los temas externos que influyeron en los desarrollos de Palestina en 2020.

 

 

El conjunto de dichas iniciativas llevó a los grupos palestinos a dejar de lado sus diferencias, encaminarse hacia un consenso nacional y celebrar varias reuniones, incluyendo la que tuvo lugar en Beirut, capital de El Líbano, con la asistencia de líderes y secretarios generales de 14 grupos políticos palestinos.

 

 

Sin embargo, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no se adhirió al acuerdo con otros grupos palestinos y nuevamente anunció en noviembre de 2020 su disposición para comenzar las negociaciones y la cooperación en materia de seguridad con el régimen israelí.

 

 

Esta decisión de la ANP se produjo, por un lado, mientras el régimen sionista continuó con sus ataques ocasionales contra Palestina a lo largo 2020 y, por el otro, incluso después de la normalización de los nexos de los países árabes con Israel, aumentaron los crímenes de Tel Aviv contra los palestinos.

 

Pese al brote del coronavirus, la entidad sionista se negó a poner fin a 14 años de asedio a la Franja de Gaza, donde los hospitales y centros de salud se enfrentan con una grave escasez de equipos médicos y medicamentos ante esta neumonía.

 

La referida decisión de la ANP también provocó una vez más discrepancias entre agrupaciones palestinas.

 

 

En términos de seguridad y en el plano militar, Siria atravesó un proceso de calma en 2020, y solo en las regiones del norte del país hubo intranquilidades debido al patrón de comportamiento de EE.UU., Turquía y las milicias kurdas.

 

 

Estados Unidos, respaldado por milicias kurdas, buscaba robar los recursos petroleros en el norte de Siria. El senador republicano Lindsey Graham dijo que Mazlum Abdi, comandante en jefe de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), le informó que se había firmado un contrato entre una empresa estadounidense y estas fuerzas para los campos petrolíferos en el noreste de Siria, y que el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, también había ratificado este contrato.

 

 

Estados Unidos y las milicias kurdas dieron a conocer haber firmado esos acuerdos para "modernizar" los yacimientos petrolíferos, pero en realidad su principal objetivo era debilitar la situación económica del Gobierno sirio y aumentar la capacidad financiera de las milicias kurdas. La región controlada por los kurdos en el noreste de Siria produce 45 mil barriles de petróleo por día.

 

 

Además de EE.UU. y las milicias kurdas, Turquía y los terroristas afiliados a ese país también causaron serios problemas a la población del norte de Siria en 2020, con repetidos ataques en esa región y con cortes de agua en las áreas bajo su control.

 

 

En el caliente verano, las fuerzas turcas y sus mercenarios atacaron la Estación de Bombeo de Agua de Alok, ubicada al este de la ciudad de Ras al-Ain, cortando el suministro de agua a la ciudad de Al-Hasaka y a las afueras, privando a casi un millón de habitantes de esa región del acceso al agua potable.

 

 

Turquía hizo esto en un momento en el que Siria, como la mayoría de los países del mundo, afronta el brote de la COVID-19, lucha contra la cual requiere observar la salud como principal requisito.

 

 

El representante de UNICEF en Siria, Fran Equiza, dijo en un comunicado que "los cortes de agua y el cese de la actividad la Estación de Bombeo de Agua de Alok, mientras el mundo se esfuerza por combatir al coronavirus, pone en riesgo a los niños y a sus familias, toda vez que lavarse las manos con agua y jabón es fundamental para lidiar con este virus".

 

 

En el marco de las políticas intervencionistas de Turquía y EE.UU., algunas de las tribus de las regiones del norte de Siria formaron un ejército tribal para confrontar estos crímenes.

 

 

Los nómadas en el este y noreste de Siria reclaman el fin de la ocupación de las milicias kurdas y Estados Unidos en estas zonas, así como, el mantenimiento de la integridad territorial en el marco del establishment sirio. En consecuencia, colocaron en la agenda la formación de un ejército de tribus con el objetivo de ofrecer resistencia armada contra los ocupadores.

 

 

Parece ser que en 2021, las regiones del norte de Siria seguirán siendo el centro de desarrollo en materia de seguridad y aumentará el papel de las tribus sirias en la lucha contra la ocupación extranjera.

 

Uno de los avatares más importantes en Siria en 2020, fue la celebración de elecciones parlamentarias el 19 de julio, las terceras desde el referéndum constitucional de febrero de 2012.

 

 

 

Según la nueva Constitución, los comicios legislativos del país árabe se celebran cada cuatro años. Las primeras elecciones tuvieron lugar en mayo de 2012 después de la reforma constitucional, y las segundas en abril de 2016.

 

El Parlamento sirio cuenta con 250 escaños. Ocho mil personas presentaron su candidatura a la nueva edición de la Asamblea Nacional Siria, pero finalmente se aprobaron 1658 candidatos, incluidas 200 mujeres. Solo los ciudadanos residentes en Siria tenían derecho a votar.

 

 

Las elecciones parlamentarias sirias tuvieron lugar en un momento en el que Estados Unidos puso en vigor la llamada Ley César a fin de ejercer mayor presión económica sobre el pueblo y el gobierno sirios.

 

 

La norma impone duras sanciones a Siria, así como sanciones a los países que ofrezcan apoyo financiero al país árabe. Con la aplicación de la Ley César por parte de la Administración norteamericana, el valor de la moneda siria cayó bruscamente, de manera que un dólar, que hasta entonces se cambiaba a 500 liras sirias, se cotizó en torno a 2500.

 

 

Las elecciones de 2020 en Siria se caracterizaron por dos aspectos distintos con respecto a las celebradas en 2016. El primero se refería a la geografía de los comicios, ya que tuvieron lugar en todas las 14 provincias, o sea en el 95% del territorio nacional.

 

 

El segundo aspecto fue que los representantes del partido gobernante Baaz no fueron designados, sino elegidos a través de comicios.

 

 

Con el anuncio de los resultados electorales, quedó en claro que más del 33% de los sirios participaron en los comicios; esta baja participación se debió principalmente al brote del coronavirus en el país. En estas elecciones, el partido Baaz y sus aliados ganaron 177 de los 250 escaños.

 

El fallecimiento, en noviembre pasado, del ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al-Mualem, que estuvo en este cargo desde 2006, fue uno de los eventos políticos más importantes del país en 2020.

 

 

Una de sus características más relevantes fue que era leal al sistema político de su país y al propio presidente Bashar al-Asad, incluso en los momentos más críticos, y nunca cambió de posición con el estallido de crisis.

 

 

Mientras la mayoría de los ministros del gabinete sirio fueron relevados desde 2011, cuando estalló la crisis, Walid al-Mualem permaneció como canciller.

 

 

Tras su muerte, Bashar al-Asad nombró a Faisal Mekdad como su nuevo ministro de Exteriores, y a Bashar al-Yaafari, representante de Siria ante las Naciones Unidas, como el nuevo vicecanciller.

 

 

Mekdad, de 66 años, sustituyó a Mualem como nuevo ministro de Relaciones Exteriores de Siria después de servir 26 años en este departamento. Mekdad fue representante permanente de Siria ante la ONU, de 2003 a 2006.

 

 

En su primer viaje al extranjero como jefe de la diplomacia sirio, Mekdad visitó Teherán donde reunió con los funcionarios de la República Islámica, como signo de que las relaciones entre ambos países son estratégicas, nexos que se mantendrán bajo la nueva dirección de la Cancillería siria.

 

 

 

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