Feb 20, 2017 08:05 UTC

En el nombre de Dios y saludos a todos los estimados oyentes y a los interesados en el programa Ven con nosotros a Irán. Esperamos que lo hayan pasado bien hasta el momento. Como recordarán en las ediciones anteriores, les hemos dado a conocer algunas de las ciudades de la provincia de Teherán, donde se encuentran numerosas cafeterías (Chai-khaneh, en persa).

Además de las cafeterías, los turistas que viajan a Irán observan en cada esquina de las ciudades del país restaurantes tradicionales que reciben a sus clientes en un ámbito agradable y típico persa. Dado que hoy en día en algunos de los hoteles conocidos de Teherán se han establecido cafeterías tradicionales, las cuales han llamado la atención de los turistas extranjeros, es conveniente familiarizarles con la historia de las cafeterías y presentarles algunas de las más conocidas. Ahora, les invitamos que nos acompañen en esta edición.

Las primeras cafeterías de Irán fueron creadas en la época de los safavidas, muy probablemente en la monarquía del rey Tahmasb (1523-1576 de la era cristiana) en la ciudad de Qazvin; y más tarde, se extendieron en la época del rey Abbas I (1587-1628 de la era cristiana) en la ciudad de Isfahán. Al principio, las cafeterías, como su nombre lo indica, era un lugar donde se bebía café. Con la llegada del té a Irán, comenzó el cultivo de esta planta en algunas regiones norteñas del país y el delicioso sabor del té llegó a cautivar el gusto de la gente; así, el té sustituyó al café en las cafeterías. Desde la mitad del siglo XIII de la hégira solar, las cafeterías se hicieron más populares pero se convirtieron en Chai-khaneh (lugares donde se toma té); sin embargo, se siguió usando el nombre de cafetería por mucho tiempo.

Las cafeterías en la comunidad iraní es un espacio de gran influencia para las reuniones populares, pasar el tiempo y entretenerse; mayormente es el lugar de cita o de encuentros de gremios de diferentes clases sociales del pueblo. Poco a poco, ciertas cafeterías se dedicaron a albergar un gremio concreto como artesanos, industriales o artistas o a otro grupo especial del pueblo.

Todos los días, cuando la gente no tenía trabajo o en sus días libres se congregaba en las cafeterías, charlaban e intercambiaban ideas sobre los asuntos sociales, económicos y políticos. En algunas cafeterías se abordaban temas profesionales y era un espacio para encontrar un trabajo o ayudarse. En los días festivos, sobre todo por las noches de los nacimientos de los Imames, se decoraban las cafeterías con luces, una tradición que continua hasta ahora. En algunos lugares hasta la medianoche se recitaban poesías de memoria, se daban discursos y se leían conocidas poseías persas del Shah-nameh. Por las noches del sagrado mes de Ramadán también se seguían estas costumbres.

Normalmente, un gran número de personas de un barrio e incluso de otros se reunía en una cafetería y se comunicaban en un círculo cultural, literario y lleno de amistad y cariño. De esta manera, las cafeterías llegaron a ser un centro sociocultural y un lugar para entrenar talentos literarios, artísticos, de enseñanza y de la cultura tradicional. Pero, poco a poco, las cafeterías rompieron su enlace cultural con las antiguas tradiciones y se convirtieron únicamente en un lugar para tomar el té, el desayuno, el almuerzo o descansar.

En la época de Naseri y las épocas posteriores, se abrieron  cafeterías en la ciudad de Teherán. El primer embajador estadounidense, Benjamin, que estuvo en Irán durante los años 1883-1885 que coincidía con la monarquía de Naseredin Shah, en su guía turística ha mencionado que en Teherán había muchas cafeterías y las ha descrito de la siguiente manera: “En Teherán existe en cada barrio y en cada calle muchos Chai-khaneh (lugar donde se toma té) para diferentes clases de personas, donde los hombres hablan y descansan”. 

Los Chai-khaneh de Teherán se encuentran más en la zona del bazar (mercado grande) y las calles periféricas o barrios más poblados. Las cafeterías en Teherán tenían mayormente un espacio al aire libre para recibir a los clientes en los días calurosos del verano. En ese espacio había árboles y flores también fuentes de aguas corrientes.   

El espacio exterior de la cafetería o el patio se conocía como “jardín de la cafetería”. El espacio interior de los Chai-khaneh también estaban decorados con pinturas épicas de sucesos religiosos tales como el acontecimiento de Karbala. Al principio, los Chai-khaneh contaban con elementos básicos como samovar, tetera, tazas, platillos y azucareros. Además, para el almuerzo, se preparaban comidas tradicionales persas tales como Abgusht (guiso) en especiales ollas de barro.

Después de la victoria de la Revolución Islámica de Irán y, para proteger el patrimonio cultural, los Chai-khaneh tradicionales fueron reconstruidos y, en particular, se ha procurado que estos lugares constituyan una atracción cultural y artística. Hoy día, los turistas nacionales y extranjeros pueden, por medio de las cafeterías y restaurantes tradicionales, conocer una parte de las costumbres originales persas, familiarizarse con sus vestidos, comidas, antiguos y tradicionales instrumentos,  pinturas  y la lectura de obras maestras, como el Shah-nameh. Por tanto, se ha actualizado la arquitectura tradicional-islámica de estos lugares con la situación actual. Para finalizar el programa de hoy, les presentamos unas de las cafeterías tradicionales en Teherán.

La cafetería tradicional de los azeríes fue inaugurada en 1948 en la plaza de Rah-Ahan de Teherán y recibe todos los días a sus clientes. La arquitectura de esta cafetería es tradicional-persa. Su techo es una cúpula con decoraciones de yeso. Los camareros visten trajes típicos en el área donde se sirven  comidas tradicionales persas y donde los clientes se deleitan con música tradicional y la lectura de los poemas del Shah-nameh.

El restaurante tradicional denominado Sanguelay se encuentra dentro de uno de los más antiguos parques de Teherán, conocido como el Parque de Shahr. Los camareros de este  restaurante reciben a los clientes con vestidos que pertenecen a la época de los Safavidas.  
La cafetería tradicional de Amir Kabir situada en el norte de Teherán también es una de las más conocidas en Teherán. El restaurante está bautizado con el nombre de uno de los conocidos personajes políticos en la época de Qayar, Amir Kabir. La arquitectura de la cafetería conserva el techo decorado con yeso, sus paredes y columnas son del estilo de la época de Qayar. Los camareros reciben a los clientes con vestidos y sombreros de fieltro típicos de esa época y sirven diversos tés como solo, con canela o con cereza agria acompañados de diferentes tipos de dulces. En los meses de Moharram y Safar (del mes árabe) de cada año atienden gratis a la gente y celebran ceremonias religiosas. 

El restaurante tradicional de Malek situado en la calle de Shariati también es otro de los restaurantes donde la gente va para pasar un buen rato y disfrutar de deliciosas comidas tradicionales. Para entrar al restaurante hay que bajar unas escaleras. Un pequeño depósito de agua con sus decoraciones especiales nos hace recordar la época de los Safavidas. Una fuente de agua en medio del restaurante, el retrato del Imam Ali (S), cuadros de poesías y de  grandes personajes aportan un ambiente especial. Además, algo que no escapa a la vista de los clientes es una esquina del restaurante acondicionada para los músicos que deleitan al público con bellas piezas típicas del país persa. 

Estimados oyentes, aquí termina el programa de hoy. Esperamos que les haya gustado. Les invitamos a que nos sigan también en la próxima edición.n