Yemen, víctima de un complot de EEUU y Arabia Saudí
E: Estimados amigos, en la edición de hoy hemos invitado al doctor Libardo Orejuela, profesor y rector de la Universidad Libre de Cali, Colombia, para abordar la situación en Yemen. Arabia Saudí inició una guerra contra Yemen en marzo del año 2015. Esta agresión ha dejado decenas de miles de muertos y heridos. Recientemente, Riad ha endurecido el bloqueo sobre Yemen.
Y, de acuerdo con las organizaciones humanitarias, más de 7 millones de yemeníes están al borde de la hambruna e incluso han pronosticado que, si persiste la tendencia actual, se declarará el nivel máximo de emergencia alimentaria en cuestión de meses. Esto, además del brote de cólera que sufre esta comunidad.
Señor Orejuela, ante este alarmante panorama, por qué la comunidad internacional permite esta situación y que factores podrían mejorarlo. Adelante, por favor.
LO: Gracias, me gustaría adelantar la siguiente introducción. Algún pensador chino dijo en su momento que no había situación más agresiva frente a la fiera cuando esta estaba en su últimos estertores, hacía referencia a la decadencia del imperio. La decadencia del imperio es un hecho, inobjetable, el Banco Mundial (BM) ya ha anunciado y verificado la tendencia decadente de los Estados Unidos en materia económica. Hay indicadores de que en el año 2025, prácticamente estamos a 8 años de esa fecha, Estados Unidos dejará de ser la primera potencia económica del mundo. Está presagiada por economistas geopolíticos muy importantes la crisis del dólar, una moneda que no tiene soporte en el oro sino que flota según la emisión de los billetes. Estados Unidos tiene problemas incluso con algunos de sus propios aliados, el caso turco es un ejemplo de lo que estoy manifestando; entonces, hay que tener cuidado con los últimos estertores de la fiera herida y creo que Estados Unidos, bajo esa perspectiva, ha intentado jugar una de sus últimas estrategias frente al Medio o el Próximo Oriente; esa estrategia consiste en lograr concitar una especie de alianza abierta entre un grupo de países musulmanes dirigidos por Arabia Saudí y por su corte más cercana —Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, etc.— con el estado ocupacionista usurpador de Israel, esa es la estrategia de Estados Unidos; en medio de esta estrategia, Arabia Saudí intenta arrinconar, golpear y cercar a la República Islámica de Irán, interviene en los asuntos de Siria, molesta profundamente en los asuntos internos de Irak y ha estimulado una especie de guerra civil o la ha aprovechado para intentar sepultar el principio de autodeterminación al que tiene derecho esa nación (Yemen). Esa es la raíz del problema de Yemen y, por supuesto, por razones religiosas, por razones culturales y por razones de ser leal a los principios del derecho internacional, el gobierno de la República Islámica de Irán ha expresado su solidaridad con la parte yemení que ha sido agredida y ha ocurrido un fenómeno que lo vamos a ver repetidas veces: la comunidad internacional es una ficción, no es una realidad. Lo que hay en el mundo no es una comunidad internacional, lo que hay en el mundo son bloques políticos, bloques económicos, bloques religiosos; entonces, esa pretendida comunidad internacional que quieren que se exprese a través de los países burócratas occidentales que hoy obran de manera increíble como siervos de Washington y que quieren que se exprese a través de las opiniones de intereses de países como Canadá, Australia y Japón y de los propios Estados Unidos, esa comunidad internacional ha sido infidente ante varios casos en el mundo. Por ejemplo, ha guardado silencio frente al caso de Guinea Ecuatorial, donde hay una de las dictaduras más tenebrosas e inadmisibles del mundo; ha guardado silencio frente al caso palestino, que es por decirlo así, el pueblo que hoy sufre el mayor holocausto de la humanidad; ha guardado silencio frente a la política de terror en Irak y en Siria, porque está demostrado que el EIIL (Daesh, en árabe) ha sido patrocinado por Occidente; guardó silencio frente a la guerra impuesta, cuando el señor Saddam Husein liberó una especie de guerra química tanto contra la comunidad kurda como la República Islámica de Irán; ha guardado silencio frente a tenebrosas dictaduras frente a América Latina; es decir, uno puede recorrer el mapa del mundo para darse cuenta de la indiferencia, la negligencia, la complicidad activa de los imperios de Occidente frente a situaciones como esas. Por esa razón, nos parece que el caso de Yemen no es un caso súbito ni repentino ni que nos pueda sorprender, es un caso que está en esa línea de comportamiento de los imperios, pero la realidad probó que en Yemen la cosa no era tan fácil para Riad, los rebeldes en Yemen han respondido incluso militarmente tocando el interior de Arabia Saudí.
Ahora, lo que hay que hacer, es llamar al bloque más consecuente de la llamada comunidad internacional, o los bloques más consecuentes que se han expresado en la guerra en Siria, hay que llamar, por ejemplo, a dos de los Estados que tienen asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y que son miembros permanentes del mismo, como son la República Popular China y la Federación Rusa, para que comience a abrirse un camino y un gran debate que haga que la opinión pública mundial exija que sí y que tuvo puede construir y tiene un papel fundamental de primer orden en la derrota de Estados Unidos en Indochina para que esa opinión pública debata, conozca, crezca y se pronuncie frente a la agresión a la que es víctima hoy Yemen, una de las primeras y mayores culturas del mundo asiático y una y las primeras culturas del mundo islámico.
E: Así es señor Orejuela, muchísimas gracias por sus comentarios para la Voz Exterior de la República Islámica de Irán.
LO: A ustedes, un abrazo muy cordial.