Dic 09, 2017 12:05 UTC
  • La islamofobia en el Occidente 20

En este programa revisamos el tema del aumento de los ataques contra los musulmanes después de que Donald Trump asumiera la Presidencia de Estados Unidos.

Las políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, han dificultado más las condiciones para los musulmanes estadounidenses en comparación con el periodo post-ataque del 11 de septiembre. Estas políticas han resultado de la propagación de la islamofobia y actos antiislámicos en este país. El último informe anual del FBI sobre crímenes de odio muestra un marcado aumento en el número de este tipo de delitos en Estados Unidos, especialmente en lo que se refiere a ataques contra los musulmanes. En un año, los crímenes de odio contra los musulmanes en Estados Unidos aumentaron un 67 %, pasando de 154 incidentes en 2014 a 257 en 2015, según las últimas cifras publicadas en el informe que recuenta los crímenes de odio en el país norteamericano. 

"Esa es la cifra más alta desde 2001, cuando los ataques de Al-Qaeda en Nueva York y en otros lugares llevaron el número a su nivel más alto, 481 crímenes de odio", según Mark Potok, del Southern Poverty Law Center. "Existe una correlación entre los crímenes de odio y la retórica del liderazgo de prohibiciones contra los musulmanes, la insistencia en atribuir violencia y extremismo a todos los musulmanes y reconocer la supremacía blanca, todas esas medidas de Trump", dijo Qasim Rashid, el portavoz de la comunidad musulmana Ahmadiya en EE.UU., citado por el periódico Newsweek. "El Islam ha sido parte del tejido estadounidense desde el principio, pero está promoviéndose una narrativa de que los musulmanes son extranjeros para Estados Unidos. Entonces se hace más fácil infundir miedo entre las personas que no conocen a los musulmanes", agregó. Un estudio anterior del Instituto Pew de 2014 reveló que el 62 por ciento de los estadounidenses no conoce a un musulmán, un hecho que hace que sea más fácil para muchos ciudadanos de ese país demonizar el Islam. 

Conforme el Southern Poverty Law Center recuerda que el presidente Trump enfrenta varios juicios por su campaña basada en una retórica que incita a la violencia, y considera que el dramático aumento de los crímenes de odio en los últimos dos años tiene una relación directa con la campaña xenófoba y racista de Trump. En total, se han llevado a cabo 307 acciones de crímenes de odio contra los musulmanes en Estados Unidos en 2016, lo que representa un aumento del 19 % en comparación con el año anterior. 

La islamofobia fue la estratégica en la política de Donald Trump durante su campaña electoral, y siguió esta tendencia después de su llegada a la Casa Blanca, bajo el pretexto de proporcionar seguridad a EE.UU. Su política se centraliza en imponer restricciones a la entrada de ciudadanos de varios países islámicos so pretexto de luchar contra el terrorismo. Sin embargo, los ciudadanos de aquellos países que Trump ha prohibido su ingreso a Estados Unidos no han realizado ningún acto terrorista en territorio estadounidense en los últimos años. En este contexto, cabe notar que los ciudadanos saudíes viajan a los Estados Unidos sin ninguna restricción, mientras que 15 de los 19 secuestradores de los aviones de pasajeros y autores del ataque del 11 de septiembre eran ciudadanos saudíes.

Además, durante su campaña electoral, Trump reconoció que EIIL (Daesh, en árabe) es un grupo terrorista creado por Obama y Clinton con la ayuda de Arabia Saudí. No obstante, después de llegar a la Casa Blanca, Trump firmó el mayor acuerdo armamentístico con Arabia Saudí y bailó la danza tradicional saudí con espadas junto a los príncipes saudíes en Riad. Este comportamiento revela que no importa quién gobierne la Casa Blanca, porque siempre Arabia Saudí —como fuente del terrorismo y el wahabismo— desempeña un lugar especial en la política de Estados Unidos para Medio Oriente. Los reyes de Arabia Saudí no escatiman esfuerzos para promover el terrorismo y el extremismo, confiando en los gobiernos de Estados Unidos y Europa. Así que Daesh es el último hijo del régimen de Al Saud. Por supuesto, EIIL sin el apoyo de EE. UU., el Reino Unidos y el régimen sionista no tenía la posibilidad de una rápida expansión y ocupación de las grandes partes del territorio de Irak y Siria. Con el apoyo del grupo takfirí-terrorista EIIL, Estados Unidos perjudicó aún más la imagen del Islam y trató de desmantelar Siria e Irak y hacer frente al eje de Resistencia ante el régimen usurpador de Israel. Estados Unidos tomó una política de doble rasero respecto al grupo takfiri-terrorista EIIL, pero la resistencia y la estabilidad del ejército sirio y del pueblo iraquí, junto al Hezbolá y con el apoyo y la guía de la República Islámica de Irán, Riad y sus patrocinadores occidentales fallaron en sus intentos de crear la sedición. 

 

La derrota de Daesh en Siria y el desmantelamiento de este grupo terrorista es un gran paso para confrontar a los detractores de la imagen justa y pacífica del Islam, puro de Mohamad (la paz sea con él y sus descendientes). La opinión pública en Occidente está fuertemente influenciada por los medios bajo el control de los sionistas. Su política se centraliza en deteriorar la figura del Islam, legitimar el falso régimen de Israel y justificar las políticas intervencionistas de los gobiernos occidentales en nombre de la lucha contra el terrorismo y el extremismo. La opinión pública en Occidente no tiene una comprensión adecuada del Islam y su principal información sobre esta religión proviene de lo que se muestra en Hollywood y los medios de comunicación occidentales. Por esta misma razón, la opinión pública en Occidente, bajo la influencia de los medios de comunicación, cree culpable a un musulmán por cualquier incidente terrorista y los molesta. 

 

Con la derrota de Daesh, gracias al esfuerzo conjunto del ejército y el pueblo de Siria, Irak, El Líbano y los seguidores del Islam en Irán, Afganistán y Paquistán, se ha revelado la verdad y la diferencia entre el frente que promueve el extremismo y la violencia en nombre del Islam y los seguidores de las enseñanzas justas islámicas que enseñan y promueven la paz . Estados Unidos, el Reino Unido y el régimen sionista, junto con Arabia Saudí, siempre han buscado crear discrepancias entre los países islámicos y hundir en crisis a la región estratégica y sensible de Oriente Medio. Ya que solamente mediante este método pueden recuperar sus dólares gastados en la compra de petróleo, es decir a través de la venta de armas. El apoyo a las corrientes extremistas —nacidas en Arabia Saudí— que no tienen ninguna lógica para el diálogo sobre las enseñanzas del Islam y se basan en una visión desviada y radical del Islam, de hecho, se realiza con el objetivo de crear controversias e intrigas entre los seguidores de las diferentes escuelas musulmanas e inseguridad entre los países islámicos. 

Los enemigos después de cada fallo, están buscando una nueva intriga en la región. Después del desmantelamiento de Daesh en Siria e Irak, Al Saud ahora trata de activar la crisis en la región y ahora busca desestabilizar El Líbano.