Segundo paso de la Revolución (2)
Parstoday- La gloriosa Revolución Islámica de Irán, dirigida por el Imam Jomeini (que descanse en paz), le dio al mundo la promesa de vencer a la opresión.
Avivó la esperanza en los corazones de los pueblos del mundo que están bajo el yugo de la tiranía y demostró que, mediante la unidad, la empatía, la justicia y la confianza en Dios, se puede desarraigar la crueldad y conseguir la victoria. Desde el punto de vista del Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, la Revolución Islámica de Irán goza de características singulares que han permitido la supervivencia y la continuación de esta revolución.
El ayatolá Jamenei, en el “Comunicado del segundo paso de la Revolución”, emitido con motivo de la entrada en la quinta década de la Revolución Islámica de Irán, afirmó: “Entre todas las naciones que sufren la opresión, pocas se esfuerzan por lanzar una revolución; y entre las naciones que lo han hecho, pocas han perseverado hasta el final en salvaguardar sus valores revolucionarios, de modo que la mayoría no ha ido más allá de un simple cambio de Gobierno. La gloriosa revolución de los iraníes, considerada la más popular y masiva de la era contemporánea, es la única que ha persistido durante cuarenta años con dignidad y sin traicionar sus valores. Esta revolución ha preservado su dignidad frente a todo tipo de tentaciones que parecían irresistibles, y ahora entra en su segunda fase, la de la autorrealización y la construcción de la civilización”.
A juicio del Líder persa, la Revolución Islámica introdujo un nuevo lenguaje en el mundo. Una revolución que, al combinar Islam y República, rompió los estereotipados y ofreció al mundo un nuevo camino. El pueblo de Irán gritó consignas como “Dios es grande”, “Independencia” y “Libertad” en todas sus manifestaciones contra el Shah. Estos y otros lemas siguen siendo muy importantes entre la gente.
Los iraníes estaban hartos de la corrupción de los órganos de la monarquía y exigían el imperio de la espiritualidad y la ética en la sociedad. Por eso, confiaron en el ayatolá Jomeini y, después de la victoria de la revolución, exigieron el establecimiento de un gobierno que promoviera tanto la religión como los asuntos mundanos. La República Islámica obtuvo el mayor voto para que las enseñanzas del Islam dominen todos los ámbitos del gobierno, la sociedad y la vida en general. Esta revolución, al contrario de las cruzadas, no se basó solo en el fanatismo religioso, tampoco dejó de lado a Dios y los valores religiosos, como gobiernos. La República Islámica, con la hermosa combinación de república e Islam, mostró de la más bella forma el brillo del equilibrio.
En su comunicado, el ayatolá Jamenei, enfatizó que las consignas globales de esta revolución religiosa son eternas y nunca perderán su vigencia por estar profundamente arraigadas en la naturaleza humana
En este sentido, el Líder persa afirmó: “La naturaleza humana depende de estas consignas, sea cual sea la época. La libertad, la moral, la espiritualidad, la justicia, la independencia, la dignidad, la razón y la fraternidad no son exclusivas de una sola generación o sociedad, de modo que brillen en un período y decaigan en el siguiente. Es imposible imaginar a un pueblo que se hastíe de esos beneficiosos ideales”, señaló. De acuerdo con el ayatolá Jamenei, una de causas más importantes de la permanencia y continuación de esta revolución son sus consignas.
El Líder iraní destaca como otra característica importante de la Revolución Islámica que se trata de un fenómeno vivo y dotado de voluntad. La viabilidad y la voluntad de esta revolución se observa perfectamente en la amplia participación de la gente en las decisiones importantes del gobierno. El pueblo iraní, con su amplia presencia en importantes elecciones nacionales, ya sea en las elecciones parlamentarias o presidenciales, que ocurren cada cuatro años, muestra que tiene una firme voluntad para el progreso del sistema de la República Islámica de Irán. El 11 de febrero de cada año, la gente, junto con las autoridades, demuestra la Gran Alianza Nacional en la celebración del aniversario de la victoria de la Revolución Islámica, y el día de la victoria de la revolución se ha convertido en una celebración nacional.
Los iraníes son muy sensibles respecto a los asuntos políticos del mundo y los siguen. El pueblo, junto a las autoridades, siempre ha defendido a los oprimidos del mundo y reaccionan ante los arrogantes y los desafían. Los iraníes han expresado su apoyo al pueblo oprimido de Yemen, Myanmar, Siria e Irak y a cualquier otro dondequiera que esté sufriendo opresión. La marcha del Día de Al Quds, que destaca por la presencia masiva de la gente y las autoridades persas, pone de manifiesto cada año la defensa de los oprimidos palestinos y el rechazo al ocupador régimen israelí. En este sentido, el ayatolá Jamenei afirmó: “Esta capacidad de acción a nivel mundial y regional en defensa de los oprimidos del mundo es un gran orgullo para Irán y los iraníes y ¡ojalá sea siempre así!, expresó el Líder.
La viabilidad y la autoridad de esta revolución, además del loable comportamiento de la nación iraní y su determinación y esfuerzos, están relacionados también con las decisiones legítimas del gobierno de la República Islámica de Irán. La lucha contra el hegemonismo, la insistencia en la justicia, la defensa de la dignidad nacional y los importantes hallazgos científicos, como la tecnología nuclear pacífica, son ejemplos del dinamismo de la República Islámica a nivel mundial. Ahora, son innegables los importantes impactos políticos de Irán en la estabilidad y la seguridad en la región e incluso han obligado a los enemigos a reconocer el papel inigualable de Irán en la región de Asia Occidental.
Entre otras destacadas características que ha indicado el Líder persa en su comunicado cabe destacar la flexibilidad de la revolución, aunque no acepta revisionismo. En este sentido, afirma: “La Revolución Islámica se mantiene siempre flexible y lista para corregir sus errores, pero ni admite revisionismo ni cae en la pasividad”.
Se puede dar un ejemplo sobre estas palabras del Líder aludiendo a la Constitución de la República Islámica de Irán. La Carta Magna es una parte fundamental de la estabilidad y la supervivencia de este sistema religioso, y fue diseñada y redactada por personas expertas, como el mártir Beheshti al comienzo de la victoria de la revolución y contiene reglas integrales con la posibilidad de agregar y eliminar algunas leyes, de modo que es firme y al mismo tiempo flexible y se puede corregir errores legales y eliminar deficiencias legales en el país. En opinión del ayatolá Jamenei, la República Islámica de Irán también está comprometida con los valores revolucionarios que están mezclados con la fe religiosa del pueblo, pero tiene la capacidad de corregir sus errores y aceptar las críticas y las considera como una bendición divina. En el comunicado del ayatolá Jamenei sobre este punto se lee: “La Revolución Islámica bajo ningún pretexto se aleja de sus valores, entreverados con la fe religiosa del pueblo”.
Asimismo, describe otras características de la Revolución Islámica, así: “La Revolución Islámica de la nación iraní ha sido poderosa, pero también amable e indulgente, y hasta ha sido victimizada. No ha caído en los extremismos y desviaciones que avergüenzan a muchos otros alzamientos y movimientos. En ningún conflicto ha disparado la primera bala, ni siquiera frente a Estados Unidos ni a (el antiguo dictador iraquí) Sadam Husein, sino que en todos los casos se ha defendido después de ser agredida, pero contraatacando siempre de manera muy poderosa. Desde su inicio hasta hoy, esta Revolución no ha sido nunca despiadada ni sangrienta, como tampoco pasiva ni vacilante. Ha defendido con franqueza y valentía a los oprimidos frente a opresores y matones”.
Los iraníes son famosos por su hospitalidad. Irán siempre ha sido diferente y sorprendente para los turistas y viajeros. Si los turistas conocen a Egipto por sus pirámides y tumbas misteriosas, si recuerdan a La India por su diversidad religiosa y por sus abundantes tradiciones, si reconocen a Grecia por sus filósofos y dioses, reconocen a Irán y a su pueblo por su amabilidad. Los turistas hablan de Irán como la tierra de gente poderosa, pero amable. La tierra de quienes, durante una época, poseían la mitad del mundo, pero no esclavizaban a la gente. Aunque nadie tenía la capacidad de vencerlos en la lucha, los iraníes nunca han comenzado una guerra. Los iraníes son gente poderosa, pero amable.
P/NA/NL