Segundo paso de la Revolución 10
ParsToday- Ha transcurrido más de cuatro décadas de la victoria de la Revolución Islámica de Irán, en febrero de 1979, y durante estos años, el pueblo persa ha experimentado muchos altibajos. Actualmente, la nación iraní ha iniciado una nueva época en el camino de avance hacia los altos objetivos de la revolución y el progreso y la prosperidad de su patria.
El comunicado “El segundo paso de la Revolución”, emitido por el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, en el 40 aniversario de este gran acontecimiento, diseña el futuro de Irán según los ideales de esta gesta.
No obstante, sin conocer los acontecimientos del pasado y la situación actual es difícil avanzar hacia un futuro claro o incluso es posible que termine en la desviación. Por esta misma razón, el Líder de la Revolución Islámica de Irán, en su comunicado, ha considerado que la juventud revolucionaria de hoy no ha experimentado lo que vivió la primera generación de la revolución. Al respecto, precisa: “Para dar pasos firmes en el futuro, hay que conocer bien el pasado y aprender de las experiencias. Si se descuida este modo de obrar, la mentira ocupará el lugar de la verdad y se cernirán sobre el futuro amenazas desconocidas”.
Este punto goza de suma importancia debido a que, desde el inicio de la victoria de la Revolución islámica, los enemigos empezaron sus esfuerzos para perjudicar su imagen y su actitud y, actualmente, se provechan de los nuevos medios de comunicación, como el ciberespacio y las diversas cadenas televisivas y radiales, para cuestionar el pasado de la Revolución, ignorar los logros y exagerar algunas de las debilidades y de esta manera, decepcionar al pueblo por la actitud de la República Islámica.
En este contexto, el ayatolá Jamenei enfatiza en su comunicado que “los enemigos de la Revolución Islámica no dejan de tergiversar y mentir sobre el pasado e incluso el presente con fuerte motivación, contando para ello con dinero y con todo tipo de herramientas. Los bandoleros del pensamiento, el credo y la conciencia son muchos. De boca del enemigo y sus secuaces no se puede oír la verdad”.
En el comunicado “El segundo paso de la Revolución”, el Líder de la Revolución se esfuerza por presentar la situación de la victoria de la Revolución Islámica y sus efectos sobre Irán y el mundo. Este movimiento popular empezó en una época que un régimen dictatorial y dependiente del extranjero estaba en el poder. No existía la libertad en el país o los que se atrevían a criticar al shah o luchar por la libertad, no tenían otro destino que la prisión, la tortura o la ejecución. Ese régimen opresor gozaba del apoyo del Occidente y en particular de Estados Unidos, de modo que estos gobiernos lo ayudaban incluso en la represión de los opositores y eran cómplices en la amplia corrupción política y económica del régimen, incluido el shah y las personas de su entorno. Los gobiernos occidentales que se mostraban defensores de los derechos humanos de las naciones no protestaban en absoluto ante la opresión y la tiranía del régimen Pahlavi y, debido a la alta cantidad de armas que le habían vendido al shah, parecía imposible su caída. En este sentido, el Líder de la Revolución dice: “La Revolución Islámica y el sistema que derivó de ella comenzaron desde cero… todo estaba en contra de nosotros: Tanto el régimen del Taqut (los Pahlavi) —que, además de su subordinación, corrupción, despotismo e ilegitimidad por provenir de golpes de Estado, fue el primer régimen monárquico de Irán que se instauró desde el extranjero, y no por la fuerza de la propia espada— como el Gobierno de EE.UU. y algunos Gobiernos occidentales más, así como la pésima situación interna de Irán, con un vergonzoso atraso en la ciencia, la tecnología, la política, la espiritualidad y todas las demás virtudes”.
Sin embargo, estos obstáculos se relacionan con el inicio y la continuación de la lucha contra el régimen opresor del shah y sus patrocinadores occidentales. Pero, cada revolución, después de la victoria, requiere de un cierto sistema gubernamental. Las revoluciones del mundo de aquel entonces, normalmente seguían el sistema comunista de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que, debido a diversos defectos, este sistema, no era exitoso no solo en estos países, sino también en la propia Unión Soviética y, por ello, finalmente, desapareció. Otros países seguían el sistema capitalista del Occidente que, además de sus defectos, normalmente se ejecutaba de manera incompleta en estos países y terminaba en su dependencia hacia los gobiernos capitalistas.
En tal situación, la revolución de Irán como una revolución islámica, no creía y no confiaba en ninguno de los modelos gubernamentales existentes y, conforme a los consejos del Imam Jomeini, fundador de la República Islámica de Irán (que en paz descanse), se buscaba el establecimiento de un sistema islámico en Irán sin precedente. El Líder persa explica este tema en su comunicado así: “Nosotros no contábamos con ninguna experiencia previa ni con ningún camino ya recorrido. Obviamente, los levantamientos marxistas y otros similares no podían servir de modelo a una revolución surgida del corazón de la fe y el conocimiento islámicos. Los revolucionarios islámicos comenzaron por tanto sin patrón ni experiencia, y la combinación del republicanismo y el islam, así como los medios para dar forma y hacer progresar esa combinación, se lograron gracias a la guía divina, el corazón luminoso y el gran pensamiento del Imam Jomeini. Ahí brilló la Revolución Islámica por primera vez”. De esta manera, se formó la primera experiencia de un sistema basado en los valores islámicos y el voto popular, es decir, de “democracia religiosa”, en el marco del sistema de la “República Islámica”.
La Revolución Islámica de Irán logró la victoria en una situación que el mundo era bipolar, es decir, en medio del enfrentamiento de dos superpotencias, por un lado, EEUU y, por el otro, la Uniones Soviética, y en ambos casos cada uno con sus aliados. EEUU era representante de los pensamientos liberales-capitalistas y la Unión Soviética apoyaba la escuela comunista. En ese momento, la Revolución Islámica de Irán, planteó un nuevo pensamiento y sistema gubernamental basado en la espiritualidad y la religión, de modo que surgió un tercer tipo del gobierno. Tras la caída del sistema marxista de la Unión Soviética a finales del año 1991, se reveló la debilidad de los sistemas materialistas. Dos años antes de eso, el imam Jomeini, en una carta al último líder de la unión soviética, Mikhail Gorbachov, le había explicado las causas de este colapso. En el texto de esa misiva se lee: “Sr. Gorbachov, está claro para todo el mundo que de ahora adelante hay que buscar el comunismo en los museos de la historia política del mundo, pues el marxismo no responde las verdades necesidades del hombre, ya que es una escuela materialista, y el materialismo no puede salvar a la humanidad de la crisis de la falta de creencia en la espiritualidad, la que el principal dolor de la comunidad humana en el Este y Oeste”.
La crisis de la falta de espiritualidad es la que sufre también el sistema liberal capitalista del Occidente y, por esta razón, han surgido signos de su gradual decadencia. En torno a la situación tras el colapso del sistema comunista de la Unión Soviética, el ayatolá Jamenei afirmó en su comunicado “El segundo paso de la Revolución”: “La Revolución de la nación iraní transformó el mundo bipolar de entonces en un mundo tripolar, y luego, con la caída de la Unión Soviética y sus satélites y el surgimiento de nuevos polos de poder, la nueva dualidad Islam-Arrogancia se convirtió en el fenómeno relevante del mundo contemporáneo, atrayendo la atención del mundo”.
No obstante, la victoria de la Revolución Islámica de Irán y el establecimiento del sistema de la República Islámica de Irán con el voto positivo de más 98 por ciento de la gente en un referéndum, se enfrentó a la insatisfacción de las potencias mundiales, quienes decidieron derrocar a este sistema recién nacido. Sobre todo, porque la República Islámica de Irán, según la Constitución, considera su deber defender a los oprimidos y esforzarse por la unidad islámica. Sobre el apoyo de la Revolución Islámica a los oprimidos del mundo y la reacción de los arrogantes al respecto, el Líder persa escribe en su comunicado: “Se fijó en la revolución iraní, por un lado, la mirada de las naciones oprimidas, las corrientes a favor de la libertad y algunos Estados deseosos de independencia; y, por otro, la mirada malintencionada y llena de odio de los regímenes opresores y avasalladores del mundo. Y así cambió la trayectoria del mundo, y el terremoto de la Revolución despertó a los faraones de su plácido sueño. Comenzaron las hostilidades con toda su intensidad”.
Se iniciaron y aún continúan los esfuerzos del frente hegemónico y expansionista del mundo, con acciones que van desde la creación de disturbios, provocación de crisis política, hasta las sanciones y la guerra. En este sentido, la imposición de una guerra de ocho años contra Irán, liderada por el dictador iraquí Saddam y sus patrocinadores árabes y occidentales, aunque causó graves daños al país persa, terminó en fracaso. Desde entonces, EEUU y sus aliados europeos fortalecieron las sanciones económicas contra la nación iraní para impedir que continuase el camino de la revolución. No obstante, estos esfuerzos y conspiraciones políticas, militares, económicas y propagandísticas, han terminado en fracaso gracias a Dios y debido a la fe y la lealtad del pueblo a los ideales de la Revolución y el sabio liderazgo del Imam Jomeini y el ayatolá Jamenei.
El Líder de la Revolución Islámica de Irán concluye esta parte de su comunicado “El segundo paso de la Revolución, escribiendo lo siguiente: “Y hoy en día, transcurridas cuarenta fiestas anuales por el triunfo de la Revolución, cuarenta Décadas del Alba, uno de aquellos focos de enemistad (la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS) ya ha desaparecido, y el otro (el liberalismo) trata de lidiar con problemas que vaticinan su cercana agonía. Mientras tanto, la Revolución Islámica avanza manteniéndose leal a sus principios”.
P/NA/NL