Sep 04, 2019 08:00 UTC

ParsToday- Considerables partes del comunicado “El segundo paso de la Revolución”, emitido por el ayatolá Ali Jamenei con motivo del 40 aniversario de esta revolución, están dedicadas a la economía iraní.

El Líder persa siempre ha tenido en cuenta dos puntos al este respecto: primero, ha habido un gran progreso económico en las últimas cuatro décadas, y segundo, a pesar de estos avances, ha habido y hay deficiencias y fracasos, sino, la economía iraní ahora sería mucho más desarrollada y floreciente. El Líder de la Revolución Islámica, en este comunicado afirma: “La Revolución Islámica nos mostró el camino para deshacernos de una economía débil y dependiente de la época de la tiranía; sin embargo, las malas gestiones han supuesto un desafío para la economía del país, tanto a nivel interno como externo. El desafío externo comprende las sanciones y los embaucamientos del enemigo que, por supuesto, resultarán poco efectivos si se corrige el desafío interno, que consiste en las deficiencias estructurales y las debilidades administrativas”.
 
En otras palabras, el ayatolá Jamenei busca resolver los problemas estructurales y de gestión de la economía para aumentar el poder económico y, por ende, la autoridad nacional de Irán. El Líder declara en su comunicado que una de las principales razones del fracaso de la República Islámica de Irán para alcanzar plenamente sus objetivos económicos y de la existencia de algunos problemas es la negligencia de algunos funcionarios de la corriente revolucionaria en algunos periodos de su vida de cuarenta años. El ayatolá Jamenei, que está al tanto de la situación económica de la nación y de sus debilidades, en el comunicado “El segundo paso de la Revolución” se refiere a algunas de estas fallas incluidas la dependencia del petróleo, la mala utilización de las vastas capacidades del país, la inestabilidad de las políticas económicas y la falta de cumplimiento de las prioridades. En su comunicado, propone la solución para aumentar la velocidad del avance económico del país y la eliminación de los obstáculos en su camino, de esta manera: “Una de las soluciones pasa por la Economía de Resistencia, para la cual se deben definir programas eficaces e implementarlos con responsabilidad y voluntad mientras se crea una economía endógena y productiva, basada en la tecnología, implicando a la nación en la economía y reduciendo la intervención del Gobierno en la misma usando las capacidades internas del país, entre otras medidas”.
 
El Líder de la Revolución Islámica propuso hace años el plan de la “economía de resistencia” y anunció sus políticas generales en febrero de 2014 a los tres poderes del Estado. La economía de resistencia se basa en dos creencias básicas: la autosuficiencia y la existencia de grandes capacidades económicas y humanas en Irán. La confianza en las fuerzas internas y su capacidad e ingenio para realizar grandes actos y alcanzar logros fundamentales son un importante principio para la economía de resistencia, ya que en las últimas cuatro décadas la mayoría de los grandes logros en diversos campos, incluida la economía, se han producido cuando las personas y las autoridades han entrado en el campo sin esperar ayuda externa, creyendo en el eslogan “nosotros podemos”. Este es el mismo eslogan que presentó el Imam Jomeini y en base del mismo la revolución ganó la victoria y continuó, y es el mismo lema que el ayatolá Ali Jamenei siempre ha enfatizado.
 
Otro tema importante en el que se basa la economía de resistencia y sobre el cual el Líder ha explicado en el comunicado “El segundo paso de la Revolución” es la enorme capacidad humana y material disponible en Irán. En su mensaje sobre los recursos humanos leemos: “La capacidad más importante y esperanzadora del país son los recursos humanos, potentes y cualificados, que cuentan con una base profunda, noble y religiosa... Con una población de 36 millones de habitantes con edades comprendidas entre los 15 y los 40 años; cerca de 14 millones de personas con una titulación de educación superior; ocupando el segundo lugar en el mundo por el número de graduados en ciencias e ingeniería; numerosos jóvenes criados bajo un espíritu revolucionario y listos para trabajar por Dios y por amor a su patria; y un gran número de jóvenes investigadores e intelectuales, que están trabajando para crear innovaciones científicas, culturales, industriales y de otro tipo, se suman a la enorme riqueza del país, que no se puede comparar con ninguna reserva material”.
 
Según la perspectiva del Líder, aunque las capacidades materiales y naturales son importantes, los recursos humanos jóvenes, talentosos y calificados pueden utilizarlas de la mejor manera, como escribe en el comunicado “El segundo paso de la Revolución”: “El país cuenta con una extensa lista de oportunidades materiales que pueden ser puestas en marcha y explotadas por gerentes eficientes, motivados e inteligentes, de cara a aumentar significativamente los ingresos nacionales y hacer que el país sea autosuficiente, rico y verdaderamente de fiar, y así superar los problemas actuales”.
 
El ayatolá Jamenei luego se refiere a algunas capacidades materiales del país, así: “Irán posee importantes recursos subterráneos. Además, ocupa una posición geográfica especial entre el este y el oeste, el norte y el sur; cuenta con un importante mercado nacional; el vasto mercado regional lo constituyen 15 vecinos que comprenden una población de 600 millones de habitantes; largas fronteras costeras; tierras fértiles con gran variedad de productos agrícolas y una economía vasta y versátil, son solo algunos de los potenciales de los países. Muchos potenciales no han sido explotados. Se dice que Irán ocupa el primer lugar en el mundo en términos de recursos naturales y humanos sin explotar”.
 
De esta manera, la economía de resistencia busca convertir a Irán en una de las mayores potencias económicas del mundo, utilizando su gran recurso humano y grandes capacidades materiales. Tal economía estimulará la movilidad empresarial, impulsará el crecimiento económico, la productividad nacional, el empleo, el bienestar público y la prosperidad económica, apoyándose en la justicia social. Uno de los principales objetivos de la economía de resistencia es reducir o cortar la dependencia del país al petróleo, que siempre ha sido criticado por el ayatolá Ali Jamenei. En este sentido, el Líder iraní en el comunicado “El segundo paso de la Revolución” dice: “No decimos que no se debe usar el petróleo, (sino que) nos insistimos en el uso mínimo de la venta del crudo; se puede entregar el petróleo a los demás en forma de producto”.
 
La vulnerabilidad de Irán en este tema ha provocado que los enemigos, especialmente Estados Unidos, consideren imponer sanciones petroleras contra Irán siempre que buscan bloquear el acceso de este país a los ingresos petroleros. Sin embargo, está claro que lograr los grandes objetivos de la economía de resistencia requiere de una planificación correcta y un esfuerzo multilateral. Está listo el plan y la hoja de ruta para una economía de resistencia y se han determinado sus principales características. Según el Líder, el comunicado “El segundo paso de la Revolución”  y el documento de las políticas generales de la economía de resistencia ponen de relieve que la economía tiene elementos y características, entre ellos la lucha contra la corrupción.
 
En una economía de resistencia, el papel de las personas, incluida la fuerza laboral, los capitalistas, los profesionales, los empresarios y cualquier persona que pueda tener una actividad productiva saludable es de gran importancia. En los últimos años, el ayatolá Ali Jamenei ha enfatizado la protección de la producción nacional, especialmente por parte de los funcionarios. Estos productos deben avanzar hacia el máximo aprovechamiento de las tecnologías actuales. La República Islámica de Irán ahora ocupa un buen lugar en el mundo y este avance científico debería reflejarse en el aumento en la calidad y cantidad de sus productos nacionales. Aunque el aumento de los ingresos y el bienestar de las personas poseen un lugar especial en la economía de resistencia, este aumento en el nivel de vida debe ser justo y equilibrado a nivel de la sociedad y entre las personas, de modo que, la brecha de clases debe ser mínima. Uno de los componentes de tal justicia es la lucha persistente contra la corrupción económica y política, lo que está enfatizado en la economía de resistencia.
 
La economía de resistencia, basada en fuerzas, instalaciones y producción nacional, también mira más allá de las fronteras. En esta economía, se desarrollan intercambios comerciales con países amigos y el gobierno debe proporcionar las instalaciones necesarias para exportar bienes iraníes al extranjero y su presencia en los mercados mundiales. 
 
La República Islámica de Irán se conoce ahora como una  potencia influyente en campos como la ciencia, la tecnología, militar, la política y la cultura. La implementación de las guías del ayatolá Ali Jamenei sobre el fortalecimiento de los fundamentos de la economía del país y la resolución de sus problemas mediante la implementación del plan de la economía de resistencia  también puede aumentar la fortaleza nacional a este respecto. En el comunicado “El segundo paso de la Revolución”, el Líder persa afirma: “El increíble impacto de la economía en la vida cotidiana de la sociedad ha sido la razón por la que yo he insistido en reiteradas ocasiones, en los últimos años, en fortalecer una economía independiente basada en la producción a gran escala y de calidad, así como en la justa distribución y el consumo conforme a las necesidades”.
 
P/NA/NL

 

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