Segundo paso de la Revolución 20
Sep 25, 2019 07:59 UTC
ParsToday- La gente, en todos los países, vive su vida cotidiana en situaciones normales. Pero hay momentos en que el país enfrenta grandes problemas o hay que hacer un gran trabajo. En tales circunstancias, al menos unas personas, dada el nivel de su responsabilidad y la importancia que dan a estos eventos, realizan un mayor esfuerzo.
La Revolución Islámica es un evento importante en la historia de la nación iraní que ha terminado en enormes desarrollos dentro del país y ha tenido impactos significativos en la región y el mundo. Por esta razón, desde la victoria de esta revolución en 1979, la República Islámica de Irán ha pasado por muchos eventos amargos y dulces y la pasión revolucionaria en el país aún continúa. Por lo tanto, para superar los problemas y alcanzar las altas aspiraciones de la revolución, se necesitan esfuerzos revolucionarios y persistentes del pueblo y las autoridades. Este esfuerzo continuo e incansable siempre ha sido apoyado y ordenado por el Imam Jomeini y el ayatolá Jamenei, el antiguo y el actuales líderes de la República Islámica. El líder ha llamado a este trabajo como la "cultura revolucionaria" que proviene de las bendiciones de la Revolución Islámica en Irán.
Por lo general, la palabra yihad recuerda la guerra en camino de Dios, pero este es solo un tipo de yihad. Yihad significa cualquier esfuerzo por hacer el bien por la satisfacción de Dios. Por lo tanto, la yihad puede realizar en varios campos, como el cultural, económico, político, social y científico. Desde el comienzo de la Revolución Islámica, la juventud iraní ha comenzado una gran yihad para ayudar a las áreas desfavorecidas y remotas. El ayatolá Ali Jamenei, en el comunicado del segundo paso de la revolución, además de describir algunos de los logros y éxitos de los cuarenta años de la Revolución Islámica, los considera como el resultado de la revolución y sus orientaciones revolucionarias, y en otra parte, en torno a la expansión de las actividades y prácticas espirituales después de la Revolución Islámica, escribe: "(Después de la Revolución) … las colas para participar en las campañas del Yihad del esfuerzo y la construcción y en las movilizaciones del Basich de la construcción se vieron repletas de miles de jóvenes voluntarios abnegados".
Por esta razón, el ayatolá Jamenei describe el esfuerzo por la construcción del país y ayudar a las personas en áreas desfavorecidas como una práctica espiritual. Sin embargo, aquellos que realizan actividades revolucionarias deben gozar de características destacadas como el motivo y el propósito divinos, confiar en Dios y buscar su ayuda, la sinceridad, falta de motivación material, perseverancia, esfuerzo incansable y hacer grandes cosas con instalaciones mínimas. Es debido a estas características prominentes que los revolucionarios han realizado importantes acciones económicas, culturales y médicas en las últimas cuatro décadas, a pesar de las presiones políticas y económicas externas; los soldados iraníes, durante los ocho años de la guerra impuesta contra Irán, aplicaron la misma amanera para salvaguardar el país y el sistema de la República Islámica de Irán.
Pero en cualquier trabajo colectivo, un factor importante e influyente es la gestión y el liderazgo. La falta de una gestión adecuada puede desperdiciar los esfuerzos del grupo. Por supuesto, cada trabajo requiere su propio tipo de gestión, y el trabajo revolucionario también requiere "una gestión revolucionaria". La gestión significa el uso adecuado y eficiente de los recursos humanos y materiales para lograr el objetivo. Por lo tanto, un líder revolucionario es una persona que con sus características revolucionarias, goza de la capacidad para manejar los asuntos. Siempre debe sentir la presencia y la vigilancia de Dios en su gestión, y considerar servir a la gente como la máxima prioridad de su trabajo, prefiriendo los intereses nacionales a las tendencias de partido y grupo. En la gestión revolucionaria, la profesionalidad y la ciencia se mezclan con la fe y el compromiso islámicos, y con la eliminación de las engorrosas regulaciones, se aumenta la velocidad de trabajo. Por otro lado, un líder revolucionario evita el lujo, elimina la distancia entre sí mismo y las fuerzas bajo su mando y crea más intimidad para acelerar el servicio.
Una de las características más importantes de un líder revolucionario es la creencia en el principio de "sí podemos" como una fuerte creencia en hacer cosas grandes y difíciles. Este principio enseña a todas las fuerzas revolucionarias, tanto la gente como líderes, que al confiar en Dios y en las fuerzas y capacidades nativas e indígenas, a veces se puede hacer cosas que parecen imposibles. En muchos casos a lo largo de la vida de la República Islámica de Irán, estos logros notables se han logrado en diversos campos de la ciencia, el ejército, la economía y la política. En este sentido, el ayatolá Jamenei en el comunicado del segundo paso escribe: "El primer paso fue transformar el ignominioso régimen despótico de la monarquía en un Gobierno popular y democrático, y situar en el corazón de la gobernanza del país la voluntad nacional, que es la piedra angular del progreso genuino en todos los ámbitos. Luego convirtió a los jóvenes en los actores clave de la gestión del país, transmitió a todos el espíritu y la creencia en que ‘sí podemos’ y, gracias a los embargos impuestos por los enemigos, enseñó a todos a confiar en sus capacidades propias, lo que se convirtió en fuente de toda una serie de grandes bendiciones para el país".
En otra parte de su comunicado, el líder persa se refiere al importante papel del imam Jomeini en la creación y difusión de la cultura de Yihad y dice: "La gestión característica del Yihad del esfuerzo, inspirada por la fe islámica y por la creencia en el principio de que ‘sí podemos’, que nos enseñó el Imam Jomeini, han convertido Irán en un país digno y avanzado en todas las esferas".
En el comunicado del segundo paso, el ayatolá Jamenei se refiere a los logros del Yihad del esfuerzo del pueblo y los directores y escribe: "Las impresionantes estadísticas de construcción de carreteras y viviendas, de creación de centros industriales, de mejoras para los agricultores, de expansión del suministro de electricidad y agua, de apertura de centros médicos y universitarios, de represas y centrales eléctricas y cosas similares en las regiones más alejadas del país son una auténtica fuente de orgullo. Hay que constatar que todo esto ni se refleja en la comunicación deficiente de los responsables ni lo reconocen las malas lenguas extranjeras o nacionales. Pero es cierto y son acciones virtuosas de los directivos abnegados que actúan conforme al Yihad del esfuerzo, tanto ante Dios como ante el pueblo".
En otra parte, el ayatolá Jamenei recuerda los éxitos de Irán en la política exterior y agrega: "Todo esto forma parte de la dignidad de la República Islámica y no se habría materializado sin la valentía y sabiduría de las autoridades revolucionarias".
Como el ayatolá Ali Jamenei considera los logros de la República Islámica en las últimas cuatro décadas como resultado del desempeño revolucionario y deseable de los líderes revolucionarios, es natural considerar los progresos en el futuro del país como fruto de los esfuerzos incansables de revolucionarios en varios campos, como viene en el comunicado del segundo paso: "Los gerentes jóvenes, los jóvenes ejecutivos, los jóvenes pensadores, los jóvenes activistas en todos los campos —desde la política hasta la economía, la cultura, las relaciones internacionales, la religión, la ética, la espiritualidad y la justicia— deben asumir sus responsabilidades echando mano de las experiencias y lecciones aprendidas en el pasado, aplicando la visión y el espíritu revolucionarios y las acciones del Yihad para construir, partiendo de nuestro querido Irán, un modelo integral de un gobierno islámico avanzado".
Los esfuerzos y actividades revolucionarios en varios campos figuran entre las características importantes de la Revolución Islámica en Irán. Ahora hay una gran cantidad de fuerzas revolucionarias voluntarias en todas partes del país, que trabajan sinceramente y de manera activa, sin ninguna expectativa personal y solamente para servir a la gente. Por otro lado, con la ayuda de la gestión revolucionaria, se escuchan buenas noticias en varios centros culturales, económicos, militares y científicos.
Con la constancia y el poder de tales administraciones revolucionarias fuertemente apoyadas por el ayatolá Ali Jamenei, la República Islámica de Irán tiene un futuro brillante, como el líder persa afirma: "Con la gobernanza de la gestión revolucionaria, o sea el trabajo y el esfuerzo basados en la ciencia y sabiduría, son solucionables los problemas del país en la situación actual de las atroces presiones de las potencias mundiales y otras circunstancias, y el país continuará su movimiento hacia adelante".
P/NA/NL
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