Intervención en Oriente Medio desembocará en III guerra mundial
E: Bueno doctor Libardo Orejuela, profesor y rector de la Universidad de Cali, en Colombia, cuál debe ser la labor de la comunidad internacional para evitar que siga agravándose la situación en el Medio Oriente, por favor.
LO: Muy bien, en primer lugar, la comunidad internacional tiene que proseguir los esfuerzos para democratizarse internamente. La vieja estampa de un Consejo de Seguridad de 15 miembros, entre los cuales cinco son permanentes y vitalicios y tienen derecho al veto de cualquier resolución de este ente de seguridad o de la Asamblea General de Naciones Unidas, debe ser transformada y debe estar compuesta por Estados, todos elegidos por la Asamblea General, lo que permita un trato igualitario entre Estados, independientemente de su tamaño, su geografía, la fortaleza de su economía, sus estructuras políticas o igualmente su poderío militar. Solo constituida así Naciones Unidas puede intervenir no cargada hacia una de las partes sino con una neutralidad fehaciente, notoria y bien probada para que le exija a las grandes potencias —a las potencias europeas y los EEUU— que dejen de intervenir de forma arbitraria e unilateral en el Medio Oriente, que saquen sus ejércitos de los lugares en que están interviniendo, llámense Afganistán o Irak, y que se alejen con sus aliados de intervenir en los asuntos internos de algunos países, llámese Yemen, Siria, Irak o Irán, es decir, que respeten el sagrado principio del derecho internacional que se llama la libre autodeterminación de los pueblos. Si esto ocurriese así, los países del Medio Oriente que son países con su propia identidad cultural, su propia estabilidad de gobernabilidad, su propio modelo económico, sus propias costumbres y pautas y su particular expresión religiosa, podrán resolver, internamente y de acuerdo a sus tradiciones, expectativas, intereses, ideales y esperanzas, los problemas que surgen en los planos de la economía, la política, incluso de la subpolítica, de lo social y de lo cultural.
Medio Oriente se ha convertido en una especie de infierno del mundo, casi en el preaviso de una reposada tercera guerra mundial por la intervención de países que no pertenecen a la región ¿qué hacen soldados europeos? ¿qué hacen marines norteamericanos? ¿qué hacen soldados de algunas de las grandes potencias interviniendo directa e indirectamente en los asuntos de Oriente Medio? Deben entender las grandes potencias que, independientemente del poderío de los recursos naturales —particularmente los hidrocarburos y específicamente el gas y el petróleo— que son muchos en Medio Oriente le corresponden a sus naciones, a sus pueblos, a sus habitantes resolver los problemas que de ellos particularmente surgen. No se puede seguir pretextando razones mentirosas para intervenir en dichos países porque así como la I Guerra Mundial surgió por intentar apoderarse de unos territorios y la II Guerra Mundial surgió por la disputa por los mercados del mundo y la Guerra de Vietnam brotó o emergió por la disputa ideológica-política, las intervenciones en el Medio Oriente se están haciendo más allá de los argumentos disfrazados: por el petróleo, por el gas y por el agua, y en eso las víctimas son colectivos, pueblos enteros que le claman al mundo y, particularmente a la comunidad internacional, que hagan lo que habrá de hacerse para que pare la sangría, el desangre, la mortandad, la barbarie esa escena horripilante que bien pudiera haber escandalizado a Henry Dunant el hombre que después de ver 40.000 muertos en los campos de Solferino, fue la persona que impulsó la construcción de lo que hoy se conoce como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
E: Sí muchas gracias, doctor Libardo Orejuela, analista internacional colombiano, por ese tiempo que nos ha brindado y estar con nosotros en este programa.
LO: A ustedes, un gran abrazo.