Oct 05, 2020 11:56 UTC

ParsToday – Queridos oyentes, en este programa nos ocuparemos del intento del presidente de EE.UU. Donald Trump de activar el llamado mecanismo snapback, o el mecanismo de reanudación automática para restablecer todas las sanciones de las Naciones Unidas anteriores a 2015 contra Irán, y el rechazo de esta medida por parte de la comunidad internacional.

Desde su ingreso a la Casa Blanca, no ha habido ni una semana en la que Trump no haya desatado una polémica con sus tuits, comentarios y decisiones.
 
 
 
La personalidad, el comportamiento y el discurso impredecibles de Trump que están fuera de la costumbre ética y política lo han colocado a la cabeza de las noticias de los medios de comunicación.
 
 
 
A medida que se acercan las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, Trump tiene las manos cada vez más vacías para atraer la opinión pública interna. Por la misma razón, está tratando de ganar al menos en el ámbito de la política exterior.  
 
 
 
La cuestión de activar el llamado mecanismo snapback para revertir todas las sanciones de la ONU contra Irán, es uno de los temas sobre los que Trump y su secretario de Estado, Mike Pompeo, están haciendo estos días muchas maniobras propagandísticas.
 
 
 
Esto sucede mientras excepto la República Dominicana, ninguno de los otros trece miembros permanentes y no permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) ha apoyado a EE.UU. en su intento de activar el mecanismo snapback, por ir en contra de la Resolución 2231 del Consejo y porque Trump abandonó en 2018 el acuerdo nuclear iraní, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), con lo cual ya no tiene derecho a utilizar el mecanismo snapback, previsto en dicho documento.
 
 
 
Aun así, Trump y Pompeo continúan presionando para restablecer las sanciones de la ONU a Irán, de modo que el inquilino de la Casa Blanca ha dicho que va a firmar una orden ejecutiva al respecto.
 
 
 
Esto fue uno de los temas principales del discurso telemático de Donald Trump en la 75ª sesión de la Asamblea General de la ONU, en el que afirmó haberse retirado del “pésimo acuerdo nuclear con Irán" y de haber impuesto sanciones paralizadoras contra lo que llamó "el Estado patrocinador número uno del terrorismo".
 
 
 
Pero esta decisión de Washington contra Teherán, desató una ola de críticas contra el Gobierno estadounidense, tanto dentro como fuera del país norteño.
 
 
 
Mohamed ElBaradei, exdirector general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), tuiteó: "Como un abogado internacional, digo que ésta es la situación legal más extraña que he visto hasta ahora".
 
 
 
La reimposición de las "sanciones de la ONU" es algo que las propias Naciones Unidas no reconocen. Larry Johnson, ex Secretario General Adjunto de la ONU para Asuntos Jurídicos, opina: “Si eres miembro del JCPOA, tienes que comportarse realmente como un miembro”.
 
 
 
Incluso el exasesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, tilda de banal el argumento de la Administración Trump y dice: “Parece ser miope decir que cada vez que nuestros intereses lo exijan, somos socio del JCPOA; de lo contrario, no lo somos”.
 
 
 
En el interior de EE.UU., las decisiones iranófobas de Trump y Pompeo casi no tuvieron apoyo, y la mayoría de los republicanos guardaron silencio.
 
 
 
Jarrett Blanc, coordinador del Departamento de Estado de EE.UU. para la implementación del acuerdo nuclear de 2015 en la Administración del expresidente estadounidense Barack Obama, tuiteó que las sanciones de Washington contra Teherán son "completamente absurdas" y agregó: "No implementaron las sanciones de la ONU, porque el mecanismo snapback no está activado en la práctica".
 
 
 
A su vez, el columnista del New York Times, Nicholas Kristof, tuiteó que Pompeo está aplicando "una política de juego de culpas”, ya que su política hacia Irán ha fallado. Él y Trump imaginaban que, al retirarse del acuerdo nuclear, obligarían a Irán a regresar a la mesa de negociaciones y llegarían a un mejor acuerdo, pero, en cambio, Irán reactivó algunas partes de su programa nuclear”.
 
 
 
La publicación Foreign Policy subrayó en un informe que el intento de EE.UU. de aumentar la presión sobre Irán fracasó, y Washington quedó aislado en la ONU”. El medio calificó esta situación como "el último fracaso de la Administración Trump para ganarse el apoyo global a su campaña de máxima presión sobre Irán”.
 
 
 
A su vez, Richard Gowan, director de la sede neoyorkina del International Crisis Group, comentó: “Honestamente, el CSNU ya está harto de la Administración Trump, que lleva más de tres años y medio haber desmantelado los acuerdos multilaterales, y ahora queda muy poca buena voluntad para EE.UU.”.
 
 
 
Después de que Trump planteara el tema de orden ejecutivo para restablecer las sanciones de la ONU a Irán, los círculos políticos y mediáticos del mundo dijeron que esta medida aislaría aún más a EE.UU. La agencia de noticias AFP citó a un diplomático europeo afirmando que los estadounidenses fingirían que han activado el mecanismo snapback, por tanto, las sanciones volverán y se harán efectivas; pero esta acción no tiene base legal; en consecuencia, no puede tener repercusiones legales.
 
 
 
Un diplomático de la ONU también dijo: “No creo que pase nada. Ésta es sólo una declaración; algo parecido a apretar el gatillo de un fusil vacío, del que no sale una bala. La decisión norteamericana de restaurar las sanciones corre el riesgo de incrementar el aislamiento diplomático de Washington, además de alimentar las tensiones internacionales ".
 
 
 
Pese a los esfuerzos de Trump en distintos campos para atraer la opinión pública, los mismos han redundado en su detrimento en la práctica, y el descontento con su desempeño va en aumento.
 
 
 
El más reciente estudio hecho por la Fundación Grupo Eurasia muestra que la mayoría de los partidarios del candidato demócrata Joe Biden y del presidente republicano Donald Trump abogan por una paz enfocándose en las necesidades internas del país y manteniendo la salud de la democracia estadounidense al evitar interferencias innecesarias en los asuntos fuera de las fronteras de EE.UU.
 
 
 
En la actualidad, se está debatiendo seriamente en los grupos de expertos y los círculos políticos y mediáticos, que Trump ha dañado la posición de EE.UU. en el escenario mundial con las decisiones que ha tomado durante los últimos cuatro años.
 
Según un estudio realizado este verano por el Centro de Investigación Pew, la popularidad de Estados Unidos en algunas de las principales democracias, incluidos Reino Unido, Francia, Canadá, Japón, Australia, Holanda y Suecia, ha caído a su nivel más bajo en los últimos 20 años.
 
 
 
Al respecto, el Washington Post escribió en un informe que el factor más importante de la caída de la popularidad global de EE.UU. entre los pueblos de los países es la presencia de "Trump".
 
 
 
Solo el 16 por ciento de la población mundial cree que Trump ha liderado el mundo de la mejor manera posible. Ésta ha sido la tasa más baja de la confianza pública internacional en el liderazgo estadounidense.
 
 
 
Trump espera aumentar sus posibilidades de ganar las elecciones de noviembre ofreciendo una vacuna contra el coronavirus antes de los comicios. Pero los expertos en salud dicen que es poco probable que la vacuna esté disponible para el público para el próximo año.
 
 
 
La predicción de Trump sobre la vacuna de la COVID-19 dista mucho de las expectativas de Robert Redfield, director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. Redfield dijo anteriormente que Estados Unidos no comenzará a vacunar a la gente antes de noviembre o diciembre, y que las dosis de vacuna serán pocas y limitadas en un principio. Hizo hincapié en que la vacuna no estará ampliamente disponible hasta el verano o principios del otoño del próximo año.
 
 
 
Todo lo que Trump hubiera podido revelar como la “sorpresa de octubre” en la campaña electoral, ya se ha convertido en un tema quemado.
 
 
 
La mayoría de los analistas coinciden en que incluso si Trump gana las elecciones, habrá una perspectiva conflictiva de la situación de EE.UU. y el mundo.
 
 
 
También el eventual rechazo de Trump a los resultados electorales se ha convertido en un motivo de preocupación en EE.UU. Trump ha pedido a sus seguidores que no acepten los resultados si él pierde las elecciones.
 
 
 
P/FE/JP