Ene 23, 2021 12:58 UTC

ParsToday – El año iraní 1399, que comenzó el pasado 20 de marzo, fue denominado como el año de "Saltos en la producción" por el Líder de la Revolución Islámica iraní, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.

La agricultura es uno de los ámbitos con terrenos adecuados para la implementación de las políticas de saltos en la producción. El alto potencial del sector agrícola puede ser aprovechado para dar pasos más efectivos en este sentido.
 
Cada año, el ayatolá Jamenei suele pronunciar un discurso público por el Noruz o Año Nuevo persa junto al mausoleo del octavo imam chií, el Imam Reza (la paz sea con él), en la ciudad de Mashad, al noreste del país, pero este año lo hizo por vía telemática el 22 de marzo.
 
En esa intervención virtual, el ayatolá Jamenei dijo que “he repetido varias veces en mis recientes declaraciones que el país debe hacerse fuerte, lo que forma parte de nuestros objetivos”.
 
Añadió: “El lema que propuse para este año, “saltos en la producción”, se considera de hecho una de las herramientas del poder”.
 
 
Precisó: “Dar saltos en la producción; no se trata solo del florecimiento de la producción, que fue la divisa del año anterior (1398); el florecimiento de la producción quiere decir hacer un movimiento en la misma, lo que ya se ha llevado a cabo, pero no es suficiente; necesitamos mucho más que esto, es decir hay que dar saltos en la producción”.
 
Igualmente, en su discurso de mayo pasado y en una conexión visual en vivo con siete fábricas, el guía persa enumeró los subsectores agrícolas en los que hay que enfocarse en lo referente al tema de “saltos en la producción”.
 
 
Estos sectores incluyen proyectos agrícolas, con especial enfoque en la producción de productos básicos, tales como el trigo, las oleaginosas, plantas medicinales y mariscos, y la autosuficiencia en estas áreas aplicando métodos modernos de riego.
 
 
Uno de los componentes más importantes para hacer realidad el lema de “saltos en la producción” en el sector agrícola, es el uso gestionado de los recursos hídricos del país, tener un patrón de consumo y preservar los recursos de la producción de manera sostenible. Por eso, al hacer un macro-estudio de este asunto, primero hay que tener una visión científica de la situación de los recursos hídricos de Irán.
 
 
Estos recursos suelen dividirse en aguas superficiales y aguas subterráneas, y casi todos los usos se abastecen de estas dos fuentes.
 
 
Empero, la fuente principal y renovable de todos los recursos hídricos son las precipitaciones que caen en forma de lluvia y nieve y que varían de acuerdo al tiempo y el lugar. En el ciclo hidrológico, los recursos de aguas superficiales y subterráneas son completamente interdependientes, de manera que un cambio en las circunstancias de uno crea cambio en el otro
 
Conforme a esta regla natural, durante los años de pocas precipitaciones, el volumen del agua que entra en las presas en todo el país ha disminuido incluso en más del 50%.
 
 
Afortunadamente, este año, denominado como el año de “saltos en la producción”, ha ido acompañado de un importante aumento de las precipitaciones, lo que supone una oportunidad excepcional y valiosa que hay que aprovechar al máximo.
 
 
Las estadísticas demuestran que las lluvias sin precedentes en 2018 y 2019 revivieron las masas de agua de Irán llenando de agua a más de 40 humedales grandes del país.
 
 
El historial de la industria hídrica de Irán pone de relieve que las precipitaciones en 2019, en comparación con el mismo período del año anterior, tuvieron un crecimiento del 100%, mientras que en abril y mayo de 2018, con 107 milímetros de lluvia, Irán experimentó el año más seco del reciente medio siglo, lo que  provocó la reducción significativa de las reservas de las presas y el aumento del número de las ciudades con estrés hídrico y la disminución de la capacidad de la producción de las centrales hidroeléctricas y, tras ello, un verano difícil para abastecer de aagua y electricidad a todo el país.
 
 
Pero de repente, extensas áreas de Irán, que sufrieron una sequía continua durante 11 años, experimentaron lluvias sin precedentes en la primavera de 2019.
 
 
 
En los últimos años, la continuación de la sequía, sumada al aumento de las temperaturas en el país, ha causado la disminución de la cantidad de recarga de aguas subterráneas y, en cambio, el aumento de la descarga de estos recursos.
 
En general, la cantidad de las precipitaciones en Asia Occidental e Irán es menos de un tercio del promedio mundial. La participación iraní de los recursos de agua dulce en el mundo es menor que otras regiones. Mientras Irán cuenta con uno por ciento de la población mundial, su participación de los recursos de agua dulce es solo del 0.3 por ciento.
 
Por lo tanto, es de importancia clave el énfasis puesto por el Líder de la Revolución en involucrar a todos los sectores influyentes en la producción, incluidos los recursos y las infraestructuras.
 
Actualmente, hay 188 presas activas en Irán, cuyas reservas dependen de la cantidad de las precipitaciones anuales.
 
Otro punto importante en relación con la necesidad de la gestión de los recursos hídricos en Irán es que éstos son limitados y no guardan proporción con la distribución de la creciente población.
 
El Ministerio de la Yihad Agrícola iraní planea elaborar un patrón de cultivo adecuado para distintas regiones climáticas del país para poder gestionar el sector agrícola en función de los recursos disponibles y experimentar crecimiento y desarrollo eliminando las deficiencias.
 
En cuanto a la importancia de prestar atención al sector agrícola y al tema de “saltos en la producción”, el experto industrial iraní Alireza Haeri comenta que Irán, gracias a su alto potencial natural, puede utilizar la economía agrícola como una infraestructura para el desarrollo dando saltos en la producción en otros sectores, toda vez que muchas industrias dependen de este sector, y si el sector agrícola prospera, las industrias conexas también experimentarán saltos.
 
Dar saltos en la producción de productos agrícolas puede generar grandes potenciales que crearán una importante fuente de ingresos en el sector de exportaciones.
 
En el presente, Irán cosecha anualmente alrededor de 130 millones de toneladas de todo tipo de productos agrícolas de aproximadamente 16 millones de hectáreas de tierras cultivables.
 
Una parte considerable de estos productos excede el consumo interno, por lo que valiéndose de las industrias de transformación, se puede crear un valor agregado más elevado para ellos a fin de generar una adecuada cantidad de ingresos en divisas a través de los mercados de exportación.
 
El desarrollo del cultivo en invernadero también representa una oportunidad que puede aumentar la producción en diferentes sectores en Irán y proporcionar más recursos para ofrecer productos en los mercados internacionales.
 
Desde este punto de vista, dar saltos en la producción es, de hecho, una oportunidad en el sector agrícola para realizar más esfuerzos y redoblar la motivación para aumentar los productos y crear nuevas oportunidades para las exportaciones no petroleras, lo que es un objetivo estratégico en el Segundo Paso de la Revolución.
 
 
 
P/FE/JP

 

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