Jul 03, 2020 02:30 UTC

Pars Today-En este programa con motivo del aniversario del nacimiento del Imam Reza (la paz sea con él) hablamos sobre su vida sencilla dedicada a ayudar a su pueblo y, sobre todo, a los necesitados.

La madre del Imam Reza, Nayme Jatoon, dijo: "durante mi embarazo no sentía el peso de mi hijo bendecido. Cuando dormía oía dentro de mí la voz de su rezo y alabanza a Dios. No quería despertar y dejar de oír esa voz. Cuando nació puso sus manos en el suelo, levantó su cabeza pura hacia el cielo, movió sus labios, pero no entendí lo que decía. Entonces me acerqué a su padre para preguntarle qué decía y me respondió: "Nayme, Dios te ha colmado de bendiciones" y leyó el Azan en su oreja derecha y una oración en la izquierda, después me devolvió el bebé y me dijo: "toma este hijo que es reserva de Dios en la Tierra y prueba de Dios después de mí."

Este es el octavo sol del Imamato, que nació el viernes 11 de ziqade del año 148 de la hégira lunar, en Medina. Estimados oyentes el día de hoy coincide con el aniversario del nacimiento del querido nieto del profeta del Islam, el Imam Ali ibne Musa-al-Reza, un personaje que iluminó el camino de orientación y salvación, y la religión del Islam se fortaleció con su existencia. Felicitamos este día a todos los seguidores de la sabiduría y la verdad. En el Islam, lo que tiene valor e importancia son los actos de los hombres. El valor de cada hombre depende de sus actos, y jamás factores como ascendencia, color de piel, tribu, etnia, nivel y relaciones sociales causan su superioridad. Nadie por pertenecer a una familia especial, e incluso a la familia del profeta o de los Imames, o a un grupo especial o clase social alta, puede dejar su trabajo y esperar tener un buen final.

El Imam Reza no hacia diferencias entre blancos y negros; ricos y pobres, miraba a cada uno con el principio de la proporcionalidad, y solo consideraba la piedad, el monoteísmo verdadero y los buenos hechos para medir la superioridad. Una persona del pueblo de Balj, Abdulá Ben Salt, narró: "estuve junto al Imam Reza en su viaje a Jorasán. Un día, invitó a todos a comer incluso a sus sirvientes de todas las razas. Entonces, le dije, te estimo mucho, pero ¿no es mejor que los sirvientes coman en otro lugar? Me respondió: " Dios es uno solo para todos, una madre y un padre (no hay diferencia ni discriminaciones) y la recompensa de cada persona depende de sus hechos". En este mismo terreno, Yaser, el sirviente de aquel Hazrat, dijo: "aquel día, que el Imam Reza fue envenenado por el califa abasí Mamoon y fue hecho mártir, después del rezo de mediodía, me preguntó, "! Yaser! ¿Los miembros de la casa han comido algo?" Le dije: "Mi señor, en el estado que se encuentra, nadie puede comer", entonces, el Imam se levantó, se sentó y dijo: "trae el mantel". Llamó a todos y les habló con amor y cariño a cada uno, y después que terminaron de comer, se desmayó..."

Los profetas y sublimes divinos siempre han tratado a todos con el principio de igualdad y también enseñaron a su familia que no se basen en los valores y dignidad familiares, sino, en los hechos de la persona. El Imam Reza, también, dijo a su familia y amigos: "no hay relación familiar entre Dios y el ser humano ni tampoco una amistad a menos que la persona siga los preceptos divinos y realice actos buenos. Hay que tener en cuenta que el profeta decía a los hijos de Abdul Motaleb, tráiganme sus hechos y no sus linajes ni sus relaciones".

Un día un hombre dijo al Imam: "juro por Dios que en la Tierra no hay nadie superior a tí desde el aspecto de la familia". El Imam le dijo: la piedad es superior a mis antepasados y obedecer las órdenes divinas dirigen a los creyentes a puestos y lugares elevados". También otro día, una persona, dirigiéndose al Imam, le afirmó: "juro por Dios que tú eres el mejor de los hombres". El Imam le dijo: "no jures, mejor que yo es aquel que obedece los preceptos de Dios y evita desobedecer. Y luego recitó la aleya 13 de sura Las habitaciones privadas:

¡Hombres! Os hemos creado de un varón y de una hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus, para que os conozcáis unos a otros. Para Alá, el más noble de entre vosotros es el que más Le teme. Alá es omnisciente, está bien informado.

Las características morales, entre ellas, la piedad, del Imam Reza, eran tales que incluso sorprendían y fascinaban a sus enemigos. Él se comportaba con la gente con mucha cortesía, humildad y amabilidad. El Imam Reza, era el refugio de la gente.

Yaser, el sirviente del Imam dijo: "Nunca vi que el Imam Reza tratara irrespetuosamente a sus sirvientes, siempre les tenía consideración, cuando les ordenaba a hacer algo y se daba cuenta que un sirviente estaba comiendo, no dejaba que se levante hasta que terminara de comer. A veces, cuando nos llamaba y decíamos que estábamos ocupados, el Imam nos permitía acabar lo que estábamos haciendo.

La extensión de cada hecho bueno en la comunidad necesita de una enseñanza y la creación de la cultura. El mejor método para enseñar los buenos hechos y características humanas es ponerlos en práctica. Los hechos de los profetas y hombres santos, buenos y sublimes son el mejor método educativo. El Imam Reza también utilizaba dicho método para crear la cultura en la comunidad islámica. Un hombre llamado Ibrahim ben Abas, que había visto reiteradas veces al Imam, proporcionó un informe sobre el comportamiento y las pautas del Imam. En este documento se lee: "jamás vi que el Imam hablara mal a alguien y tampoco vi que el Imam cortara las palabras de una persona antes de que terminara de hablar, sino que esperaba a que su interlocutor termine de presentar su postura y, después si era necesario, hablaba. Jamás rechazaba la petición de una persona cuando era capaz de cumplirla. Este bendito Imam siempre observaba las normas de respeto, por ejemplo, no se sentaba con las piernas extendidas, ni se tumbaba ante un visitante. Nunca vi que maltrato hacia sus sirvientes... Él ayudaba mucho y daba limosna a los pobres y casi siempre realizaba este acto por las noches oscuras. Cualquier persona que me diga que ha visto a alguien igual que el Imam Reza, yo no le creo".

Vivir igual que la gente normal fue una de las características del Imam Reza. Otro fiel de este Imam, llamado Abu Ebad, dijo: "El Imam Reza, en verano, se sentaba sobre una estera y, en invierno, sobre un fieltro (Namad). Su ropa de casa era muy simple, pero cuando participaba en las reuniones públicas, lucía sus mejores trajes, porque pensaba que la ropa es un símbolo externo de los hombres y no podía ser indiferente al respecto. La dignidad humana requiere en las relaciones, dignidad y respeto, por lo que estaba obligado a estar limpio y bien vestido".

En este relato que muestra el comportamiento y el pensamiento en el camino del Imam Reza, hay un punto que es un deber social, se trata del respeto a los demás. Asimismo, la vida personal de los líderes divinos está lejos de la aristocracia. Todas las personas que fueron testigos de la vida del Imam Reza dicen que su vida siempre ha sido simple y sencilla. Aun cuando era el heredero del califato de Mamoon Abasí, no daba importancia a su poder y posición. Se ha narrado que cuando el Imam Reza fue obligado a aceptar ser heredero, un día de Fitr, Mamoon invitó al Imam a rezar y él fue con un vestido de lo más simple y descalzo, como el profeta de Dios.

Dar limosna y abastecer las necesidades materiales y ayudar a los necesitados está incluido en los principios evidentes coránicos y es una de las aleyas firmes de Dios. En la pauta del Imam Reza, también, dar limosna y ayudar a los necesitados era un método muy normal y convencional.

Uno de los seguidores del Imam Reza narró que, un día, un hombre desconocido fue a visitar al Imam y, después de saludarlo, le dijo: "yo he regresado de la peregrinación y se me ha terminado el dinero, puedes ayudarme con un poco de dinero para regresar a mi país y allá daré en limosna tal dinero porque yo no soy pobre en mi ciudad, pero ahora en este viaje lo necesito". El Imam se levantó y fue a la otra habitación y, detrás de la puerta, de modo que no se le vea el rostro extendiendo la mano, dijo: "toma estos 200 dinares y no es necesario que des limosna de mi parte". Aquel hombre tomó el dinero y se fue. Los que estaban con el Imam, le preguntaron por qué hizo eso, es decir, ocultarse para entregar el dinero. El Imam les dijo, no quería ver la vergüenza del hombre al recibir los dinares.

 

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