Pisoteo de los derechos humanos en Arabia Saudí
(last modified Mon, 11 Jul 2016 08:41:58 GMT )
Jul 11, 2016 08:41 UTC
  • Pisoteo de los derechos humanos en Arabia Saudí

Arabia Saudí está en el último de los tres años del periodo de su membresía en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Este Consejo, integrado por 47 países, se considera responsable velar por el respeto de los derechos humanos en todo del mundo. Sin embargo, se está llevando a cabo una violación generalizada y sistemática de los derechos humanos en Arabia Saudí.

Una de las más importantes dimensiones de la violación de los derechos humanos cometidas por Arabia Saudí durante los últimos años se puede considerar la agresión cobarde de este país a Yemen, un hecho que se ha enfrentado con la reacción de algunas organizaciones pro derechos humanos. Con el apoyo de las armas avanzadas armas occidentales, los bombardeos de la coalición, liderada por Arabia Saudí ha destruido casi todas las infraestructuras económicas y centros importantes comerciales, culturales, hospitales, escuelas e incluso los silos de grano y otros alimentos de las personas más pobres entre sus vecinos árabes y, con sus  ataques incesantes contra zonas residenciales, han matado a miles de yemeníes inocentes y han obligado a desplazarse a otros cientos de miles. En estos ataques, según algunos informes, hasta ahora, decenas de miles de personas han muerto o resultado heridas. El Observatorio de los Derechos Humanos y Amnistía Internacional han registrado  69 casos de ataques aéreos ilegales de Arabia Saudí a casas, mercados, hospitales, escuelas, centros de trabajo civil y mezquitas en Yemen y, algunos de estos ataques, pueden considerarse crímenes de guerra.

La libertad religiosa y de expresión en Arabia Saudí está en su peor situación. Informes especiales de inspectores en el terreno de la libertad de credo muestran la detención de miembros de las minorías religiosas, en particular, los chiíes en Arabia Saudí.  La amplia discriminación social  ha continuado contra los residentes de la zona oriental o las comunidades chiíes. Ellos tampoco tienen permiso de  trabajar en escuelas privadas o jardines de niños. Incluso puestos como ministros, alcaldes, diplomáticos, oficiales o representante de una organización internacional gubernamental están prohibidos para los chiíes.

En el informe de 2011 sobre la libertad religiosa y creencia de la entonces relatora especial de la ONU Asma Jahangir menciona un ejemplo nuevo de la discriminación contra los chiíes. Mohammad Al-Arifi que había sido elegido por parte del Ministerio para Asuntos Religiosos como el imam de la plegaria de la mayor mezquita de Riad, el  primero de enero de 2010,  en un discurso en la oración del viernes, habló abiertamente de la discriminación contra los chiíes. Dijo que deberían eliminarse a todos chiíes del mundo, incluso los chiíes de Arabia Saudí.  Al-Arifi argumentó que los chiíes no son creyentes verdaderos y sus creencias se basan en la incredulidad que es legado de la  religión persa. Consideró a todos los chiíes traidores y dependientes de Irán. Anteriormente, en las fronteras de Yemen había llamado a los militares saudíes que, en su lucha contra chiíes huthíes, mataran a  cualquier chií que se les cruzara en el camino. Los chiíes de Arabia Saudí no pueden celebrar sus rezos libremente en las mezquitas. Este año, como en años anteriores, los funcionarios del régimen saudí durante periodos cierran o bloquean las 11 mezquitas de chiíes. Según las últimas estadísticas oficiales, los chiíes forman casi entre el 10 y el 15 por ciento de la población de 22 millones de este país.

La relatora especial de la ONU para la situación de los defensores de los derechos humanos, la Sra. Margaret Sakagura, en sus informes de los años 2008-2014,  en algunos casos, se ha referido a la situación de los defensores de los derechos humanos en Arabia Saudí y menciona que asuntos que provocan muchas preocupaciones en ese país, incluyen la falta de permiso para que defensores de derecho humanos realicen protestas y sentadas, la falta de libertad de expresión, la intimidación y la tortura contra los defensores de los derechos humanos, la incomunicación y la negación de la atención médica a los defensores de los derechos humanos detenidos y la prohibición de viajes para activistas de las asociaciones pro derechos humanos.

Las fuerzas oponentes en Arabia Saudí jamás permiten que los activistas realicen libremente sus actividades políticas y sociales y no deja que expresen abiertamente sus ideas, con esta política,  muchos escritores oponentes a los Al Saud se han visto obligados a vivir en  otros países, como Inglaterra, o permanecen largos años en las prisiones de Arabia Saudí.

El responsable del dossier de Arabia Saudí  en la organización Observatorio de los Derechos Humanos, Adam Coogle, sobre la situación de los derechos humanos dice: “los casos principales de derechos humanos como la libertad de expresión y de reunión y la libertad religiosa en Arabia Saudí día a día están empeorando”. Todos los activistas y defensores de derechos humanos en Arabia Saudí están condenados a largas penas de cárcel. Con el inicio del despertar islámico, en el año 2011, en los centros de toma de decisiones de Arabia Saudí se opusieron rotundamente a cualquier voz disidente. Usted no puede encontrar un activista en el sentido de los derechos humanos que no haya sido sentenciado a prisión. Este país se enfrenta ahora a la justicia arbitraria y en este país no existe un código penal, tampoco normas generales relativas al castigo”, aseguró Coogle.

Algunos informes recibidos sobre la situación interna de las prisiones de Arabia Saudí evidencian que los reos viven en condiciones desgraciadas y en plena violación de sus derechos. Al Saud ha creado condiciones extraordinarias de seguridad sobre la situación de los detenidos en prisiones, incluso ha cerrado las vías para la filtración de cualquier  información fuera de los recintos penales. Al respecto, la Asociación Nacional de Derechos Humanos de Arabia Saudí, en su informe, dice: “las  prisiones de Arabia Saudí están hacinadas de prisioneros, no tienen espacio suficiente ni siquiera para dormir" y hay personas a las que no se les ha probado su delito y permanecen años detenidas sin ninguna perspectiva clara de su destino. La situación de algunos chiíes detenidos por el bombardeo de 1996 de las Torres Khobar, después de 20 años todavía no ha aclarado. Nueve jóvenes chiíes que tenía más de 13 años cuando ingresaron a las cárceles, en los medios de comunicaciones saudíes son conocidos como los "presos olvidados".

En Arabia Saudí trabajan casi 9 millones de extranjeros. Cientos de mil de los trabajadores, por las difíciles condiciones que ha impuesto  Arabia Saudí a los inmigrantes, han abandonado este país. Los obreros extranjeros sin permiso de sus patrones que, principalmente son las empresas saudíes o personas que aprovechan de los obreros, no tienen derecho a salir de Arabia Saudí o a cambiar su trabajo.

La mayoría de los inmigrantes de Arabia Saudí forman la masa laboral del país. Estas personas, en general, viven en condiciones difíciles, ocultando que son inmigrantes y trabajadores, son sometidas a torturas y comportamientos inhumanos y humillantes, detenciones arbitrarias, explotación y no pueden pertenecer a sindicatos. Estos hechos se considera solo una parte de los casos de la violación de los derechos humanos que sufren los inmigrantes extranjeros en Arabia Saudí.

Ninguna ley garantiza el pago del salario mínimo de los obreros. Los obreros locales también como los trabajadores inmigrantes a menudo  para conseguir su salario se enfrentan a retrasos e incluso se quedan sin recibirlo.

En este sentido, las trabajadoras mujeres son más vulnerables a los abusos. El sistema de tutoría que se refiere al permiso de residencia que los trabajadores necesitan obtener de sus patrones, es una de las causas fundamentales de la explotación de los trabajadores.  Por otra parte, los casos judiciales y penales en el tribunal de trabajo se estudian con lentitud y son muy costosos, de modo que reclamar un derecho para los obreros con pocos ingresos, de hecho, es casi imposible. Negar el pago de salarios, confiscar pasaportes, no renovar el permiso de residencia, abuso y la explotación son algunas herramientas de abuso que enfrentan los trabajadores extranjeros.

La ONU, a principios de junio, añadió a la coalición militar de Arabia Saudí en la lista negra de los violadores de los derechos de los niños bajo la acusación de que es responsable de la mortandad del 60 por ciento de los niños en el conflicto militar de Yemen. Sin embargo, días después, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, bajo las presiones de Arabia Saudí, eliminó a esta coalición militar de la lista negra de infanticidas.
El vicepresidente del Observatorio de los Derechos Humanos ante las Naciones Unidas, Philippe Bolopion, dice: “Arabia Saudí es uno de los miembros del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU mientras  tiene un historial terrible de violación de los derechos humanos en Yemen. Los países miembros de la ONU  deben estar al lado de la población civil de Yemen e inmediatamente suspender a Arabia Saudí de esta organización”.

La Asamblea General tiene la potestad de suspender los derechos de participación en el Consejo de Derechos Humanos a todo miembro del mismo Consejo que cometa violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos.  Este proceso de suspensión requiere una mayoría de dos tercios en la Asamblea General.