Cuenta regresiva del final de Daesh 3
(last modified Tue, 28 Nov 2017 07:53:02 GMT )
Nov 28, 2017 07:53 UTC

En este programa aborda la forma en que el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) se forma en Irak.

El grupo terrorista takfirí Daesh ha perdido muchas zonas de Irak y Siria y se acerca a su fin definitivo. Funcionarios militares y políticos estadounidenses, después de la ocupación de Mosul —la segunda ciudad más grande de Irak—, dijeron que se necesitarían más de diez años antes de que el gobierno iraquí pudiera erradicar a Daesh de esta urbe. Ahora, no solo Mosul, sino muchas otras partes de Irak y Siria han sido liberadas de la presencia de los terroristas de Daesh, lo cual evidencia que este grupo se está acercando al final de su vida en este territorio. Los líderes de este movimiento takfirí ocuparon partes de Irak y Siria, con la intención de formar un gobierno bajo el nombre de "estado islámico de Sham" (Siria actual) y, de este modo, cambiar la geografía de Oriente Medio. Los estadounidenses creían que formando Daesh podrían lograr sus objetivos en la región. El presidente de EE.UU., Donald Trump, aclaró este punto durante su campaña presidencial. El magnate republicano, en una entrevista con el programa "60 minutos" de la cadena CBS dijo: "Hillary Clinton inventó Daesh con sus políticas estúpidas. Ella es el responsable del crecimiento de Daesh". Clinton respondió en sus memorias, confirmando el papel de EE.UU. en la formación de Daesh, aunque de manera implícita. Las confesiones muestran que los estadounidenses no terminaron su papel en la crisis de Irak después de salir del país árabe en 2011, sino reforzaron al grupo takfirí y terrorista llamado Daesh para que provoque inseguridad en Irak con el objetivo final de lograr sus intereses políticos en la región. Estados Unidos nunca imaginó el costo de su ocupación para el pueblo iraquí. La derrota de Daesh no supone el fin del complot de EE.UU. y el régimen sionista en Irak y Siria y otros países islámicos en crisis. Como la salida del grupo terrorista Al-Qaeda, los líderes de Daesh jugarán un papel diferente en la dirección política de Estados Unidos después de perder los territorios bajo su control, lo cual se revela al estudiar la formación de Al-Qaeda y el papel de Estados Unidos en este aspecto.
 
Hillary Clinton reconoció el papel de Estados Unidos en la formación de Daesh e hizo comentarios más explícitos sobre Al-Qaeda. Clinton, tras entregar a John Kerry  el cargo de secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos en enero de 2013, confesó que Washington había creado a Al-Qaeda para luchar contra la antigua Unión Soviética. La ex secretaria de Estado de Estados Unidos argumentó que buscaron a Al-Qaeda para enfrentar el reto de la URSS en Afganistán pues Estados Unidos quería impedir que los rusos tomaran el control de Asia Central. Clinton declaró que no solo el expresidente republicano de  Estados Unidos en ese entonces, Ronald Reagan, sino el Congreso, dominado por los demócratas, apoyó la medida. Hillary Clinton también sacó a luz el acuerdo con la Agencia de Información de Paquistán (ISI) y de Arabia Saudí. En este sentido, Estados Unidos invirtió por la ayuda de los saudíes y algunos elementos paquistaníes de la concepción salafista radical del Islam para derrotar a la antigua Unión Soviética en Afganistán. De hecho, Al-Qaeda es un símbolo del fundamentalismo radical, que por su enfoque wahabí y salafista, aparentemente, abogaba por el resurgimiento de la Yihad para luchar contra los infieles y adoradores de ídolos, con un objetivo final de revivir el califato islámico confiándolo a devotos justos. Sin embargo, en la práctica, esta red sirvió a la política estadounidense y dispersó a los musulmanes. Las tendencias antichiíes de este grupo son prueba de esta verdad. La inclinación antiislámica de este grupo es un importante contribuyente al uso instrumental de este grupo por Estados Unidos contra la resistencia chií en la región.
 
No obstante, esta organización terrorista fue retirada de la órbita de control y la gestión de Estados Unidos y sus aliados. Después de la retirada de la Unión Soviética de Afganistán en 1989, Al Qaeda buscó nuevos frentes para persuadir a nuevos adeptos a continuar su sagrada Yihad. En este sentido, atacó los intereses estadounidenses, especialmente en Arabia Saudí, porque su líder Osama bin Laden creía que los gobernantes saudíes eran infieles y corruptos y al cooperar con la coalición, liderada por EE.UU, que invadió Irak, los ocupadores extranjeros podrían entrar a la tierra sagrada de Arabia Saudí. Bin Laden pasó varios años en Sudán y finalmente regresó a Afganistán en 1996 y juró lealtad al movimiento Talibán, que tomó el control del gobierno de Kabul. Los atentados del 11 de septiembre contra las torres gemelas en Nueva York y la sede del Pentágono en Washington fueron un punto de inflexión  importante para Al-Qaeda. Ignorando las hipótesis en cuanto a cuál fue el principal motivo de estos incidentes terroristas, los ataques destacaron el nombre de Al-Qaeda en la opinión pública. Al-Qaeda continuó sus actividades alrededor del mundo trazando metas globales y atacando blancos influyentes en Europa, como en Madrid (2004) y Londres (2005). Países de Oriente Medio y otros Estados islámicos como Egipto, Arabia Saudí, Marruecos, Argelia, Tanzania y Kenia, alineados con Occidente, enfrentaron los actos terroristas de Al-Qaeda. Entre los países de la región, Irak y Afganistán se convirtieron en un área muy extendida para las actividades de Al-Qaeda y sus grupos alineados debido a la presencia de las fuerzas de ocupación occidentales. Por supuesto, desde la invasión soviética de Afganistán en las décadas de los 80, Afganistán ha sido la base donde ha crecido Al-Qaeda y el movimiento Talibán, pero Irak ha creado una nueva experiencia para Al-Qaeda.
 
La primera generación de militantes árabes que lucharon en Afganistán contra la antigua Unión Soviética y eran conocidos como “árabes afganos”, después del ataque de Estados Unidos y sus aliados a Irak, en 2003, organizaron y adoctrinaron a una nueva generación de jóvenes en todo el mundo e invadieron Irak. Al-Qaeda informó del establecimiento de una congregación basada en el “monoteísmo y yihad” y con ello anunció su existencia en el país. Los ataques de la rama de Al-Qaeda en Irak no fueron solamente contra las fuerzas estadounidenses, sino que atacaron al gobierno y su pueblo, y en particular los chiíes fueron blanco de ataques sangrientos. El Al-Qaeda iraquí se formó en base a un enfoque takfirí y antichií. El líder del grupo takfirí, Abu Musab Zarqawi, en un mensaje fechado el 15 de junio de 2004, llamó a los chiíes “mentirosos y oportunistas” y argumentó que eran un peligro mayor que los estadounidenses para la nación islámica. Zarqawi, tras el asesinato de miles de iraquíes en 2006, fue asesinado en una operación conjunta entre Estados Unidos e Irak. La rama de Al-Qaeda en Irak era mucho más sanguinaria y salvaje y perpetraba una variedad de crímenes atroces en el país árabe.  Creada la crisis de Siria en 2011 por Estados Unidos y los gobiernos europeos y sus aliados en la región, como Turquía y Arabia Saudí, Al-Qaeda trasladó su campo de operaciones a Siria y, después de un tiempo, compartió intereses comunes con Estados Unidos, gobiernos europeos y aliados regionales. La rama de Al-Qaeda en Siria, llamada Frente al-Nusra, fue anunciada el 22 de enero de 2012 bajo el liderazgo de Abu Mohammed al-Joulani, quien informó de la creación de esta banda.