Genocidio silencioso de los musulmanes en Myanmar
Jul 31, 2017 07:09 UTC
En este programa se aborda el tema de las medidas inhumanas de los budistas contra la minoría musulmana los rohingyas en Myanmar.
Hoy en día muchos musulmanes en todo el mundo enfrentan una variedad de violencia étnica, religiosa y racista. En muchos países la imagen que se presenta del Islam, es la de una religión que promueve la violencia y el extremismo, mientras que los musulmanes en Europa, en la mayoría de los países en crisis de África, en EE.UU. y algunos países de Asia Oriental son las verdaderas víctimas de la violencia y el extremismo. Podemos decir que uno de los más oprimidos seguidores de las religiones divinas son musulmanes. Por un lado, debido a interpretaciones erróneas del Islam y sus enseñanzas basadas en la justicia y el fomento de los valores humanos y morales, por parte de corrientes desviadas, como el wahabismo, los musulmanes son blanco de los grupos terroristas y takfiríes como el EllL (Daesh, en árabe) en Siria, Irak, El Líbano y muchos otros países del mundo. Por otro lado, en muchos países de Europa y EE.UU por el simple hecho de ser musulmanes, son perseguidos y masacrados. La minoría musulmana en todos los países no islámicos es una de las más tranquilas y pacíficas comunidades que se adapta a las reglas de la sociedad del país de residencia. Manteniendo su identidad islámica tratan a desempeñar un rol eficaz en el desarrollo y la cultura del país donde viven. Una de las minorías más oprimidas no solo como musulmana sino como una minoría religiosa en todo el mundo, son los rohingyas, birmanos que viven en el este de Asia. Esa minoría musulmana está arraigada en el territorio birmano, especialmente en el estado de Rajine, sito en el oeste de Myanmar (Birmania). Desde 1992, el Gobierno budista no reconoce a los rohingyas como ciudadanos y los considera inmigrantes bengalíes. Mientras tanto la ONU la califica como la minoría más perseguida del mundo.
Un joven de 19 años musulmán inmigrante de Myanmar cuenta su historia terrible, dice: “Yo nací en Myanmar, pero el gobierno no me reconoce y me dice que no pertenezco a Myanmar. He crecido en Bangladés, pero el gobierno de Bangladés me dijo que no podía quedarme allá. Como rohingya, me encuentro entre la espada y la pared”.
Las terribles imágenes sobre los ataques a los musulmanes de Myanmar indican claramente el sufrimiento inhumano de estas personas en pleno siglo XXI. El gobierno militar, junto a los 50 millones de budistas que viven allí, están fusionados para destruir y matar a una minoría de tres millones de personas. La ministra de Exteriores birmana, la Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, también permanece en silencio ante el genocidio , la discriminación y la violencia contra musulmanes rohingyas. El único favor que hizo Aung San Suu Kyi a los rohingyas en el estado de Rajine en las últimas semanas, es haber permitido a algunos periodistas entrar a la zona fuertemente restringida de los musulmanes. Los musulmanes rohingya, en esta escasa oportunidad, pudieron comunicarse con los reporteros y denunciar la injusticia y el sufrimiento que padecen. Un grupo de mujeres musulmanas, en presencia de los corresponsales, informaron que el día anterior un grupo atacó el lugar donde viven y secuestraron a muchos hombres, mujeres y niños.
Una mujer sobre la detención de su hijo dice: “Mi hijo no es terrorista. Le arrestaron por supuestas acusaciones mientras estaba trabajando en el campo. Según el reciente informe de la ONU, por lo menos 75 mil rohingyas huyeron de sus hogares rumbo a Bangladés. Los rohingyas debido a las políticas discriminatorias y racistas de los budistas extremistas, apoyados por el Gobierno y el Ejército de Myanmar, soportan hambre y otros sufrimientos. El Programa Mundial de Alimentos, en su último informe, afirmó que más de 80 mil niños musulmanes en Myanmar necesitan tratamiento contra la desnutrición en la zona oeste del país, donde los musulmanes son blanco de los ataques budistas.
Los crímenes que cometen los budistas de Myanmar contra los musulmanes de este país, equivalen a las atrocidades de los grupos takfiríes terroristas en Siria e Irak. La población rohingya ha sido objeto de ejecuciones sumarias, violaciones en grupo e incendios deliberados de aldeas enteras. En imágenes divulgadas recientemente en los medios sociales se puede observar cómo alguien tortura con una pistola eléctrica a un niño de 3 años sentado en el suelo, solo porque sus padres pertenecen a la minoría musulmana rohingya de Myanmar (Birmania).
Pero estas terribles imágenes no afectan el corazón humano de ningún hombre que ama la libertad ni en el Occidente ni en Rangún, capital de Myanmar. Aung San Suu Kyi , la Nobel de la Paz, todavía prefiere como en el período de gobierno militar , permanecer en silencio ante la discriminación y el comportamiento racista contra los rohingyas. Cuando una destacad figura y libertadora como Aung San Suu Kyi considera el liberalismo occidental como el criterio de derechos humanos, no se puede esperar más. En el liberalismo occidental, los derechos humanos es una herramienta para promover los objetivos políticos. Por lo tanto, en un momento los gobiernos occidentales la aprovechan para presionar al gobierno militar de Myanmar y presentan a Aung San Suu Kyi como el icono de la democracia. Esta misma figura libertadora, por preservar su puesto político, prefiere mantener el silencio e ignorar el asesinato y el genocidio de miles de musulmanes rohingyas solo por su religión. Aung San Suu Kyi, hace cuatro años en una reunión a José Manuel Barroso, el presidente de la Comisión Europea, en respuesta a la profunda preocupación de la violencia contra los musulmanes en Myanmar, dijo que no se puede hablar en favor de los musulmanes rohingya. Ella anunció eso mientras dos semanas antes de estas declaraciones, más de 100 miles de musulmanes de cuatro pueblos fueron desplazados y sus casas quemadas completamente.
Las acciones militares respaldadas por el Gobierno y el Ejército birmano contra los musulmanes es contraria a las enseñanzas de Buda. Al matar a los musulmanes rohingyas, los budistas extremistas perjudican la imagen de Buda y sus seguidores en la opinión de las personas en todo el mundo. Casi todo el mundo conoce a Buda y si no conoce sus enseñanzas, por lo menos ha escuchado la historia de su vida: “un príncipe indio, quien abandona su vida lujosa del palacio paternal y, para obtener la verdad , sufre mucho hasta que funda una escuela basada en el lema "Camino del Medio", es decir, la adopción de la moderación en todos los elementos de la vida. el Camino del Medio se refiere a la visión iluminada del Buda acerca de la vida, así como a las acciones y actitudes que pueden crear felicidad para uno mismo y para los demás; está basado en el esfuerzo continuado y dinámico de aplicar la sabiduría budista a los interrogantes y desafíos de la vida y de la sociedad. Entre las principales enseñanzas del budismo a las que aluden todos los budistas en sus oraciones y las susurraran son los cinco preceptos. Una parte de estos principios dice: “Acepto el principio de adiestramiento de abstenerme de matar. Acepto el principio de adiestramiento de no tomar lo que no me ha sido dado”.
El informe y las imágenes conmovedoras y deplorables que se publican estos días sobre el asesinato de los musulmanes en Myanmar son totalmente contrarias a los principios del budismo. Eso revela que si una religión se hunde en el extremismo religioso, sus seguidores incluso ignoran las enseñanzas más básicas de su fe. Los monjes en Myanmar, no sólo no dudan en asesinar a los musulmanes y saquear o quemar sus propiedades, sino también sin ninguna piedad, estimulan a los budistas comunes a tomar esta actitud.