En el Día de Arafe
Jul 30, 2020 07:05 UTC
ParsToday-Uno de los ritos del Hach tiene lugar el día 9 del Zihajje y es la presencia de los peregrinos en Arafat. Los peregrinos después de circunvalar (Tawaf) la casa de Dios, se dirigen al monte de Arafat. La tierra santa de Arafat es una zona desértica plana situada en una ladera llamada Jabal-al- Rahma, a 25 km del sureste de La Meca.
Los peregrinos de la casa de Dios, vestidos con ropa blanca (ihram) visitan la casa de Dios y, el noveno día de Zihajje se congregan en Arafat para orar y pedir a Dios, misericordioso, que tenga piedad y les permita entrar de nuevo en el santuario divino. De hecho, el Hach (la Peregrinación Mayor), entre todas adoraciones, es una de las más misteriosas relaciones que Dios ha dispuesto entre Él mismo y sus siervos. Un rito de adoración, que cada uno de sus actos, puede estudiarse de dos aspectos, uno aparente y otro profundo. En este sentido, Arafat es el lugar de evolución y la ebullición de todas las sabidurías que se han obtenido durante las diferentes etapas del Hach. Por tanto, después de pasar por Arafe, la luz del conocimiento permite el vínculo entre el peregrino y el cielo.
Arafe significa entender a través de la reflexión y el pensamiento y se hace hincapié de ello en el Islam. El día de Arafe es el día del conocimiento y el entendimiento más profundo de Dios y sus misericordias que ha otorgado a sus creyentes en Arafat, una tierra bendita ubicada entre montañas. El desierto de Arafat alberga recuerdos de grandes hombres divinos, como Adán, Ibrahim Jalil-olah, el Profeta del Islam y el Imam Hussein (la paz de Dios sea con todos ellos). Adán y Eva, después de haber sido expulsados del paraíso a la tierra y, después de una larga separación, se encontraron en Arafat, y por esta razón, esta zona ha sido llama Arafat (monte de la misericordia) y ese día es Arafe.
Algunos también han dicho que Arafat significa familiaridad, ya que esta tierra, Gabriel familiarizó a Ibrahim con sus rituales y se convirtió en místico. Un hadis del Imam Sadiq (P) sobre Arafat dice que Gabriel en el día de Arafat descendió sobre Ibrahim y le dijo: “Confiesa tus pecados y conoce los ritos” y, debido a que aceptó, esta tierra fue denominada Arafat. Pero un hecho más interesante ocurrió cuando el gran Profeta del Islam, en su último viaje de Hach, en el décimo año de la hégira lunar, pronunció un sermón histórico, en el que se basa el derecho internacional islámico puesto que enuncia extensas reformas religiosas, económicas, sociales y políticas de aquel tiempo ante la magnífica comunidad de los peregrinos en un día que se conoce como Arafe. El Imam Husein (P) también una tarde, cuando salió de La Meca hacía Karbala, junto con los miembros de Ahlul Beit y sus compañeros, acamparon en el desierto de Arafat, salieron de sus tiendas fueron a Jabal al-Rahma y oraron a su Señor. Una oración que está llena de las palabras más hermosas y de amor a Dios y que lleva la fragancia de la rendición del hombre y que se ha quedado impregnada por siempre en esta tierra.
Las oraciones en Arafat están tan mezcladas que todos las conocen como Arafe, de hecho, el mejor momento para la oración es el día de Arafe. La oración de Arafe es como una puerta amplia y abierta que se abre hacia la felicidad y la buena fortuna y es más fácil de abrir que todas las puertas. Y entre todas puertas de la felicidad solo la de la oración puede lograr todos los pequeños y grandes objetivos de este y el otro mundo. Y Arafe, es un día en que la oración es más fácil de que sea aceptada por Dios, misericordioso.
“¡Aquí estoy, Oh Señor, respondiendo a tu llamada! ¡Aquí estoy, Oh Señor, respondiendo a tu llamada! No tienes asociados (en tu divinidad); ¡Aquí estoy, Oh Señor, respondiendo a tu llamada! La alabanza y el dominio te pertenecen. No tienes asociado (en tu divinidad).”
Los cánticos poderosos y melodiosos de la talbiyah resuenan no sólo en La Meca sino también en otras locaciones sagradas cercanas relacionadas con el Hach.
Los peregrinos oran y suplican mucho en Arafat. Son horas de mucha emoción. Derraman muchas lágrimas pidiendo el perdón de Dios. En este sitio sagrado, llegan a la culminación de sus vidas religiosas al sentir la presencia y la cercanía de un Dios misericordioso. El deber más importante de un creyente en este día es que, además de estar a merced del Señor, también vea a los demás con misericordia, bendiciones y entregue regalos en este día feliz. Se narró que el Imam Zain-ul ‘Abidin (P) en ese día, escuchó a un mendigo que pedía a la gente que le ayudara, y le dijo: “¡Ay de ti!, en un día como éste pides a otro que a Dios, mientras que en este día hay esperanzas hasta para los niños que están en el vientre de sus madres de recibir la bondad de Dios y ser felices”.
La oración es un don divino que Dios ha dado a los seres humanos. Y es bueno que cuando oremos, demos prioridad a otros en este gran día. El Imam Sadiq (P) resalta el extraño impacto de la oración sobre los demás en el orante. “Quien ora por su hermano, un ángel en el primer cielo dice ‘¡Oh, siervo de Dios! cien mil veces será concedido a ti, de lo que has estado pidiendo para tu hermano’. Un ángel en el segundo cielo dice: ‘¡Oh, siervo de Dios¡ doscientas mil veces será concedido a ti, de lo que has estado pidiendo para tu hermano’. Un ángel del tercer cielo dice: ‘¡Oh, siervo de Dios!, trescientas mil veces será concedido a ti, de lo que has estado pidiendo para tu hermano’. Otro ángel, desde el cuarto cielo dice: ‘¡Oh, siervo de Dios! cuatrocientas mil veces será concedido a ti, de lo que has estado pidiendo para tu hermano’. Otro ángel desde el quinto cielo dice: ’¡Oh, siervo de Dios! quinientas mil veces será concedido a ti, de lo que has estado pidiendo para tu hermano’. Otro ángel del cielo sexto cielo dice: ‘¡Oh, siervo de Dios!, seiscientas mil veces será concedido a ti, de lo que has estado pidiendo para tu hermano’. Otro ángel desde el séptimo cielo dice: ‘¡Oh, siervo de Dios!, setecientas mil veces será concedido a ti, de lo que has estado pidiendo para tu hermano’”. Entonces Dios dice: "Yo no necesito ayuda de nadie, siervo de Dios, lo que quieres para otros serán millones de veces dados a ti. Obviamente el punto que tiene atenderse es que cuando se está orando para otro, debe hacerse con verdadero amor y también respetando sus derechos. Porque de lo contrario, no se logra el objetivo indicado en esta preciosa narrativa.
La importancia de la oración en el Islam no puede ser subestimada. Es el primer pilar del Islam que el Profeta, Dios lo bendiga, mencionó después de dar su testimonio de fe, con el que uno se convierte en musulmán. Se hizo obligatoria para todos los profetas y para todos los pueblos. Dios ha declarado su estatus obligatorio bajo circunstancias majestuosas.
Una de las oraciones más hermosas y profundas que ha ordenado leer en el día de Arafat es la oración del Imam Hussein. En esta gran oración el Imam expresa el asunto del monoteísmo de la más excelente forma y con las palabras más agradables. El espíritu del misticismo y del conocimiento se enlaza en esta oración. En esta oración, el Imam Hussein dice:
(¡Dios mío!) ¿Cómo podría argumentar Tu Existencia a través de aquello que depende de Ti para ser? ¿Por ventura, acaso existe un ser más manifiesto que Tú de manera que fuera él el que Te manifestara?
¿Cuándo estuviste oculto para necesitar de una prueba que guíe hacia Ti? ¿Cuándo estuviste lejos para que sean los efectos los que hagan acercarse a Ti? Es ciego el ojo que no Te ve vigilándolo, y mal negocio es para el siervo aquel que no le apareja Tu amor como provecho.
¡Dios mío! Tú has ordenado recurrir a tus efectos (creaciones), así pues, hazme volverme a Ti mediante una envoltura de luces y la orientación (que se produce) de la percepción (interior), de manera que por ello (finalmente) retorne a Ti así como (primeramente) por ello me encaminé hacia Ti....