Pars Today-El Día Internacional de la Mujer es una fecha que se celebra en muchos países del mundo. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, pueden contemplar una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
Uno de los temas que se ha destacado en las últimas décadas es el tema de la igualdad de género, que los líderes mundiales han acordado como uno de los más importantes en los Objetivos de Desarrollo del Tercer Milenio. La igualdad de género, no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Si se facilita la igualdad a las mujeres y niñas en el acceso a la educación, a la atención médica, a un trabajo decente, y una representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas, se estarán impulsando las economías sostenibles y las sociedades y la humanidad en su conjunto se beneficiarán al mismo tiempo. Debido a la importancia de este tema, desde los primeros años del siglo XXI, la comunidad internacional busca hacer realidad los objetivos en el campo de la educación de las mujeres, el empoderamiento de las mujeres como emprendedoras y productoras, así como proporcionar un terreno para aumentar la participación de las mujeres en el gobierno y el liderazgo. Según los expertos, a pesar de los planes de las dos primeras décadas del siglo XIX, muchas mujeres en muchos campos aún enfrentan serios vacíos. En un programa dedicado al "Día Internacional de la Mujer", vamos a examinar algunos de los problemas que enfrentan las mujeres en la actualidad.
Uno de los objetivos más importantes de largo plazo de las Naciones Unidas sobre la igualdad de género y el empoderamiento es la cuestión de la educación de las mujeres. Según expertos en países pobres, si cada año se educara a más mujeres en el período elemental, sus ingresos aumentarían en un promedio de 10 %, no obstante, a pesar de la importancia de esto, todavía hay países que nunca han podido brindar a las mujeres acceso a las oportunidades educativas. En muchos de estos países, la discriminación y las brechas de género son claramente visibles desde la misma escuela primaria. Por ejemplo, en Chad, solo el 55 por ciento de las estudiantes continúa sus estudios secundarios, por lo que Chad es considerado el peor país del mundo en cuando a tasas de igualdad. Después de Chad, Costa de Marfil, Paquistán y Yemen tienen las brechas de género más altas en términos del acceso de mujeres a la educación primaria y secundaria. Entre estos países, Yemen tiene la mayor desigualdad de género en términos de ingreso de niñas a la escuela primaria. En general, la alfabetización como el logro educativo más importante en estos países es muy diferente entre hombres y mujeres. Por ejemplo, en Malí, solo el 25 % de las mujeres sabe leer y escribir, en comparación con el 43 % de los hombres. En Chad, también vemos una situación similar porque la tasa de alfabetización de las mujeres es del 28 %, en comparación con el 47 % de los hombres. La alta tasa de analfabetismo femenino ha puesto trabas al desarrollo de estos países. Por supuesto, cabe destacar que incluso en los países desarrollados, a pesar de que las mujeres superan a los hombres en cuanto a estudios e ingreso a las universidades, las mujeres continúan enfrentando desigualdad.
Según una masiva encuesta publicada en 2015, si las mujeres estarían en la misma posición que los hombres en la economía, en 2025 se agregarían 28 mil millones de dólares, un 26 %, al producto interno bruto (PIB) mundial. Esa cifra equivalente al PBI total de Estados Unidos y China. Las estadísticas muestran que el empoderamiento económico de las mujeres no solo es efectivo para las mujeres y la familia, sino que también tiene logros considerables para el desarrollo económico de la sociedad. A pesar de la importancia de este tema, en la situación mundial actual, solo el 50 % de las mujeres en el mundo está empleado y presente en el mercado laboral, mientras que las estadísticas muestran la presencia del 77 por ciento de los hombres en los mercados laborales. En promedio al 24 % de las mujeres que realizan los mismos trabajos que los hombres y tienen las mismas calificaciones académicas y habilidades que ellos, se les paga menos que los varones y se les priva de servicios sociales, seguros y mejores oportunidades laborales. Esto ocurre especialmente en los países de Asia y África y América Latina, por supuesto, también en algunos países avanzados industrializados de Occidente, las mujeres enfrentan tal situación.
Por ejemplo, en Inglaterra, el salario promedio de las mujeres empleadas es mucho más bajo que el de los hombres. Aunque en las últimas dos décadas la disparidad ha disminuido un tanto, las mujeres siguen ganando menos que los hombres en las mismas categorías laborales. Por ejemplo, las trabajadoras del gobierno en el Reino Unido ganan el 60 % menos que sus contrapartes masculinas.
De acuerdo con los informes de la Perspectiva Económica Mundial (World Economic Forecast), si la participación de las mujeres crece con la tendencia actual, la participación equitativa de las mujeres y los hombres en el lugar de trabajo se alcanzará en 81 años. Este impactante hecho ha forzado a la comunidad global a reducir las brechas de género en las oportunidades económicas y el empoderamiento económico de las mujeres para el año 2030, y proporcionar una mejor sociedad para las mujeres. Por supuesto, lograr este objetivo depende de resolver el problema más grande, es decir, la violencia que todavía afecta a las mujeres en todo el mundo.
Mientras el mundo se encuentra en el tercer milenio, todavía no se ha acabado la violencia contra las vidas de las mujeres. Impresionantes informes de todo el mundo muestran violaciones de los derechos básicos de las mujeres, lo que refleja el amargo hecho de que solo han cambiados las formas de violencia contra las mujeres y permanece en su naturaleza. Este hecho se puede ver en los resultados de una encuesta de Gallup que se publicó hace algún tiempo. Según un estudio realizado en más de 160 países, más de 2 mil millones de mujeres en el mundo describieron sus condiciones de vida con sufrimiento. Solo una cuarta parte de ellas, es decir 620 millones de mujeres, vive en una situación tolerable. La mayoría de estas mujeres viven en Islandia y Suecia. Según Gallup, la mayoría de las mujeres que describe su subsistencia con privaciones vive en países con una estabilidad social, económica y de seguridad baja, como Afganistán, Grecia y Ucrania.
Las últimas investigaciones de la Organización de la Salud, (la OMS) revelan que una de cada tres mujeres enfrenta violencia doméstica. Esta entidad también advierte del aumento de la violencia contra las mujeres. Cabe agregar que la violencia contra las mujeres en los países avanzados industrialmente y adheridos a tratados internacionales de derechos humanos la situación es exactamente la misma que en los países subdesarrollados. Los resultados de 500 investigaciones sobre la violencia contra las mujeres en el mundo confirman que la violencia a la que están expuestas las estadounidenses es similar a la de las mujeres de Zimbabue y Camboya. La Organización Mundial de la Salud también alerta de que las "guerras y las crisis humanitarias", en particular la violencia sexual contra mujeres y niñas en los conflictos armados, provocan consecuencias devastadoras para la salud física y mental de las víctimas.
A pesar de las medidas internacionales tomadas para combatir la violación sexual como uno de los métodos de guerra en áreas de conflicto armado, aun somos testigos de que se comete violencia sexual en contextos bélicos, una situación que afecta a las mujeres de más de 20 países involucrados en conflicto. La noticia de la violación de mujeres y niñas rohingyas por militares en Myanmar es un ejemplo de esta amarga realidad. Las mujeres africanas han sido víctimas de violencia durante muchos años. Según la África Time, las mujeres y las niñas africanas son víctimas de múltiples casos de violencia, incluida la sexual. El documento afirma que las mujeres en África, en particular, la República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Sudán del Sur, Somalia y África Central se enfrentan a violencia sexual y física, además de la pobreza.
Considerando estos hechos, se puede ver que incluso en las dos primeras décadas del tercer milenio ha habido problemas profundos para la mayoría de las mujeres en el mundo. Violaciones de los derechos humanos, obstáculos en la participación política y económica, muchas leyes discriminatorias son algunos factores que continúan obstaculizando el desarrollo del empoderamiento de las mujeres. Recientemente, la vice secretaria general para los asuntos de la ONU, Fomizila MElambo Nekuka, ha advertido sobre una preocupante desaceleración en el progreso del empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género. Los miembros de las Naciones Unidas y los representantes de la Unión Interparlamentaria expresaron su preocupación de que este crecimiento en espiral podría enfrentar con graves riesgos y complejidades el cumplimiento de los objetivos de desarrollo del siglo XIX.
Los expertos señalan que, desde el comienzo del siglo XIX, se han tenido en cuenta los derechos de las mujeres y su empoderamiento e igualdad de género, pero se han evitado las condiciones y los antecedentes para su realización. En particular, actualmente, no existe apoyo político ni voluntad política en el campo de los derechos de las mujeres, y los gobiernos no asignan fondos adecuados. Los funcionarios de Asuntos de la Mujer de las Naciones Unidas dicen que, si el empoderamiento de las mujeres se coloca en la vanguardia de todos los países del mundo, y los líderes mundiales cumplen con lo acordado en Cumbre de Pekín hace muchos años, todavía se alcanzará en 2030 la cuestión de la igualdad de género y el empoderamiento de todas mujeres en el mundo.