Abr 28, 2020 08:23 UTC

ParsToday-El coronavirus se inició en la ciudad china de Wuhan y muy rápidamente se ha extendido por todo el mundo. Actualmente, los países de Europa y EEUU se han convertido en el centro de esta pandemia y, pese a que realizan amplios esfuerzos para frenar la propagación de este virus mortal, a nivel global, registran la mayor cantidad de contagiados y muertos por esta enfermedad, llamada COVID-19.

La presencia del coronavirus en Europa ha sacado a luz las brechas en la Unión Europea. Las autoridades de este bloque han entendido claramente la importancia del desafío surgido en su seno por este virus mortal y han tomado medidas eficaces para enfrentar este problema sin precedentes. Las autoridades de alto rango de Europa también han reconocido este asunto; entre ellas, la canciller alemana, Ángela Merkel, ha calificado la crisis del coronavirus como el mayor desafío de la Unión Europea desde la creación de este conjunto comunitario.
 
La realidad amarga que se esclareció después de la llegada del coronavirus a Europa ha sido que,  a pesar de la existencia de una entidad conjunta, es decir, la Unión Europea, cada uno de los países europeos siguió su camino sin prestar ninguna atención a las medidas comunes emitidas por dicha unión para enfrentar el virus mortal. De hecho, una de las consecuencias de la crisis de la COVID-19 ha sido la revelación de las debilidades de la Unión Europeo en su enfrentamiento contra crisis imprevistas. El problema verdadero radica en que, durante crisis duras e imprevistas, se destruyen también los reglamentos de la Unión Europea.
 
Actualmente, se ha esclarecido que el lema de la Unión Europea “Unidos en la diversidad” y su meta de colaboración conjunta para el establecimiento de la paz y el bienestar, se realizan solo hasta cuando los campos de la seguridad nacional y el bienestar económico de los países miembros no estén en peligro. Tal como, los Gobiernos de Francia y Alemania  —dos países claves de la Unión Europea—que,  desde el principio de la detección del coronavirus en Italia y España, prohibieron la exportación de sus equipamientos médicos y sanitarios a estos países y cerraron sus fronteras. Las Administraciones de París y Berlín no mostraron una reacción positiva ante la petición de ayuda de Roma y Madrid; mientras que Rusia y China enviaron cargamentos de equipamientos médicos e sanitarios para ayudar al pueblo italiano y español. La reacción de Berlín y Paris conllevó la furia de las autoridades italianas y españolas.
 
El desarrollo del coronavirus ha provocado que algunos países de la región de Schengen controlen más sus fronteras, una medida que ha impedido el intercambio de artículos y productos entre los países de la Unión Europea y, prácticamente, ha cesado el comercio europeo, de modo que, como consecuencia, la producción también se ha enfrentado con múltiples problemas y ha creado un estancamiento económico en el continente verde. Por otra parte, esta situación afectará gravemente la situación social y económica de los países europeos.
 
Con la continuación de la crisis de coronavirus en Europa y el aumento de las preocupaciones por las consecuencias económicas y políticas, el cierre de las fábricas y centros productivos, el estancamiento económico, el aumento del desempleo, la previsión de la intensificación de la crisis económica y la necesidad del establecimiento de mejores programas para enfrentar esta crisis, ha puesto en la palestra  más que antes la brecha entre las autoridades europeas.
 
El caso de la economía es uno de los ejes principales de la crisis del coronavirus, y los países europeos están preocupados por su futuro. Ante estas preocupaciones, en la vía de ayudar a las economías de la región euro, el Banco Central de Europa, el 18 de marzo pasado, anunció un mecanismo extraordinario que consiste en la compra de bonos públicos ama por valor de 750 mil millones de euros. En base a este plan, el Banco Central de Europa adquirirá las deudas de los gobiernos y empresas en el marco de bonos  acreditados. El ente bancario de la Unión Europea toma esta decisión, pese a que algunos países de la zona euro, especialmente, Italia y España, se encuentran en unas condiciones caóticas. La amplia propagación del coronavirus en medio del déficit de equipamientos médicos y sanitarios en estos países, ha dañado seriamente su economía. Esto ocurre mientras que Italia y España antes de la llegada del virus mortal a su territorio, ya enfrentaban problemas económicos, incluidas ingentes deudas,  desempleo e inflación.
 
En otra medida, los ministros de Hacienda de los 27 países miembros de la Unión Europea, en su reunión extraordinaria del 9 de abril, acordaron destinar un paquete de ayuda extraordinaria de 500 mil millones de euros para enfrentar las consecuencias del coronavirus. Un asunto que resaltó en el proceso de la aprobación del paquete de ayuda extraordinaria para la lucha contra este virus mortal, es el aumento de las discrepancias entre los países de la Unión Europea. Holanda solicitó que estas ayudas se acondicionen a la ejecución de las políticas de austeridad económica, pero, finalmente, ante la insistencia de Francia  y Alemania, este paquete de ayuda fue aprobado. El ministro neerlandés dejó claro en su página de Twitter la oposición permanente de su país a la compra de eurobonos.
 
A pesar de las discrepancias, está previsto que este presupuesto se use para proteger a las áreas económicas débiles con marcada situación de desempleo por el coronavirus. Estas ayudas pueden ser útiles para algunos países de la Unión Europea que dependen de economías pequeñas, pero los economistas consideran que, en las condiciones actuales, esta ayuda  es solo una solución provisional para pasar el actual estancamiento económico. A juicio de los expertos, los daños económicos y políticos que impone este crédito a los países de la Unión Europea se esclarecerán terminada la pandemia.
 
Además de las preocupaciones por las condiciones actuales, se han intensificado también las inquietudes por el futuro. El asunto de las ayudas económicas, los daños económicos después de la pandemia, la carencia de una solidaridad considerable entre los países europeos después de esta crisis terrible, son las más importantes preocupaciones de la mayoría de las autoridades de los países de Europa, que consideran que el multilateralismo y la adopción de una política unida son los principios fundamentales de la Unión Europea. Según las autoridades europeas, la actuación de algunos de los países más poderosos, como Francia y Alemania, ha propiciado el terreno para la mayor actividad de los grupos derechistas, lo que supone la propagación de la separación de países como Italia y España de la Unión Europea; un asunto que, en los recientes años, se considera un peligro serio para la continuación de este grupo.
 
La prevalencia del coronavirus aumenta asimismo la probabilidad de la destrucción de las democracias occidentales en Europa que ya vienen con múltiples daños anteriores. En los recientes años, Europa ha experimentado la crisis de los refugiados, el creciente aumento de movimientos, partidos y políticos derechistas, el envejecimiento de su población y la crisis económica  y, actualmente, todos estos asuntos han temblado las bases de una Europa unida. La marcada incapacidad de la Unión Europea en enfrentarse de forma eficaz contra el coronavirus, ha acelerado la probabilidad del surgimiento de disturbios sociales en este continente y se considera un inicio para la destrucción de la convergencia europea.
 
Indudablemente, el mundo después de la crisis de coronavirus en Europa, no será al igual que el periodo anterior a la detección de este virus mortal. Parece que el fortalecimiento de los Gobiernos europeos para alcanzar mayor convergencia en Europa, ha sido una de las consecuencias de la reciente crisis. A este respecto, el fortalecimiento de la nacionalización y la insistencia en alcanzar soluciones más poderosas para enfrentarse a las próximas crisis, serán algunas de las consecuencias de los recientes cambios.
 
Mientras tanto, se plantea una pregunta: ¿en qué grado ha dañado a Europa esta crisis pandémica mundial? Esto depende mucho de la manera en que reaccionará la Unión Europa ante las consecuencias económicas de la crisis de coronavirus en los países afectados y su capacidad o no para establecer reformas eficaces. La respuesta económica a la crisis surgida por este virus mortal requiere de la colaboración más cercana entre los países europeos. En este medio, el otorgamiento de ayuda financiera y apoyo a aquellas economías que han enfrentado esta crisis es el más serio desafío de la Unión Europa que, hasta cierto punto, dejará mucha influencia en el futuro del proyecto de convergencia del bloque comunitario.
 
P/MK/NL

 

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