La decadencia del liderazgo global de Estados Unidos (1)
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ParsToday – La degradación de la posición global de Estados Unidos y el declive de la política exterior de Washington, aunque comenzaron prácticamente en la década de 1970 y tras la derrota de EE.UU. en la guerra de Vietnam, se aceleraron con la llegada al poder de George W. Bush y sus acciones unilaterales y arbitrarias, como ataque a Afganistán e Irak, pese a la oposición de las Naciones Unidas.
(last modified 2020-08-01T12:43:22+00:00 )
Jul 16, 2020 03:55 UTC

ParsToday – La degradación de la posición global de Estados Unidos y el declive de la política exterior de Washington, aunque comenzaron prácticamente en la década de 1970 y tras la derrota de EE.UU. en la guerra de Vietnam, se aceleraron con la llegada al poder de George W. Bush y sus acciones unilaterales y arbitrarias, como ataque a Afganistán e Irak, pese a la oposición de las Naciones Unidas.

Al mismo tiempo, la toma de posesión de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2017, revitalizó la política de unilateralismo e intensificó las disputas de Washington con las potencias mundiales. Una política que se había desvanecido durante el mandato de Barack Obama, debido, en parte, a su enfoque de acompañar a sus socios a batallar con los asuntos internacionales como el caso nuclear iraní.
 
En línea con el lema “America First” (“América Primero”, en español) y al priorizar los intereses y objetivos de Estados Unidos, pero ignorando a otros países, Trump ha afirmado que sus políticas egocéntricas aumentarán el poder y el dominio de Estados Unidos sobre sus rivales. Sin embargo, la implementación de estas políticas ha conducido en la práctica a una creciente brecha entre Washington y sus aliados, así como a la escalada de la confrontación con otras potencias internacionales rivales de Estados Unidos, como Rusia y China.
 
El expresidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dice que la idea "América primero" de Trump ha llevado a una América solitaria, al tiempo que Trump ha recurrido a métodos inusuales para dar seguimiento a sus políticas, empleando técnicas y métodos de comercio y negocio en el campo de la política exterior y de seguridad de Estados Unidos, considerando el principio de rentabilidad como un principio fundamental al respecto.
 
En otras palabras, Trump ha optado por comercializar la política exterior y de seguridad de EE. UU., lo que ha aumentado las disputas y brechas entre los dos lados del Atlántico, así como la desconfianza y el pesimismo de los aliados occidentales de EE.UU. sobre su papel de liderazgo en la política global.
 
Según la investigadora francesa Marie-Cécile Naves, las políticas de Trump, que buscan acabar con el mundo multipolar, se basan en autoridad, farol y chanchullo, lo que es típico de él.
 
El enfoque de Trump de dar prioridad a Estados Unidos y a sus intereses lo ha llevado a tomar posiciones contrarias al consenso de la Comunidad Internacional e incluso de sus socios europeos. "El unilateralismo de Donald Trump ha aislado al país, lo que se ha hecho más patente con su retirada del acuerdo nuclear iraní y la imposición de aranceles comerciales a los aliados más cercanos de Estados Unidos", comenta Robert Malley, exmiembro del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
 
Desde la subida al poder de Donald Trump, el escenario internacional ha vivido muchas tensiones debido a sus políticas y medidas.
 
Una de las características más importantes del mandato de Trump es su enfoque negativo ante los acuerdos y tratados regionales e internacionales, de muchos de los cuales ya se ha retirado.
 
 
Hasta ahora, la Administración Trump se ha retirado del Acuerdo de París sobre el cambio climático; el Acuerdo nuclear iraní; y el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, siglas en inglés), y pidió renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o Nafta) y, presionando a Canadá y México, acabó firmando un nuevo acuerdo comercial con ellos.
 
Trump ordenó detener las negociaciones con Europa sobre un acuerdo de libre comercio transatlántico, y amenazó con retirarse de la Organización Mundial del Comercio en línea con su política comercial y el estallido de la guerra comercial con algunas de las principales economías mundiales como China.
 
 
La Administración Trump también puso en la mira los tratados de control de armas, enfocándose en retirarse de los mismos, entre ellos el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio y el Tratado de Cielos Abiertos. Ahora tiene la intención de no renovar el muy importante Nuevo Tratado START poniendo excusas.
 
 
Entretanto, Donald Trump ha emprendido una política agresiva contra las instituciones y normas internacionales al desdeñarlas. Este enfoque se basa en el desprecio, críticas, amenazas y, finalmente, retirada de las organizaciones e instituciones internacionales, especialmente de aquellas que se oponen a las demandas e intereses de Estados Unidos y sus aliados, sobre todo el régimen israelí.
 
 
En este sentido, Trump se ha retirado hasta ahora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, además de dejar de financiar a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y de anunciar recientemente su salida de la misma.
 
 
La más reciente medida de Trump ha sido sancionar a la Corte Penal Internacional (CPI). organismo internacional responsable de atender crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
 
 
Todo lo arriba mencionado ha llevado a los países del mundo a oponerse a las medidas de Trump, lo que prácticamente ha derivado en el aislamiento de Estados Unidos y en la disminución de su poder blando, es decir, su capacidad de influir.
 
 
Al seguir una política de unilateralismo y una estrategia completamente despótica, Trump ha tratado de imponer sus diversos enfoques y demandas a los socios europeos de Washington.
 
 
Trump ha criticado repetidamente a los europeos por lo que ha llamado insuficiente su contribución a la OTAN y, al mismo tiempo, al retirarse del Acuerdo Climático de París, ha causado gran resentimiento y críticas por parte de los líderes de los grandes países europeos.
 
 
Mientras tanto, la retirada de Estados Unidos del Acuerdo nuclear iraní, conocido como el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, siglas en inglés), el 8 de mayo de 2018, fue completamente en contra del deseo de la Unión Europea y del trío europeo, y en este sentido, los europeos han asegurado que se esforzarán por mantener el JCPOA. Al anunciar la retirada de EE.UU. de este pacto, Trump asumió una gran responsabilidad histórica y demostró que el país norteño no puede desempeñar el papel de una potencia positiva y efectiva en el mundo.
 
 
El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, comentó que "no es aceptable para nada que Washington quiera ser el gendarme económico del mundo”.
 
 
Desde el punto de vista de los europeos, la salida de Trump del JCPOA, a la que se opusieron todos los signatarios del mismo, es un craso error, ya que pone en peligro la seguridad internacional, desde el punto de vista político, militar e incluso económico.
 
 
Todo esto ha dejado especialmente a los aliados europeos de Washington con una visión muy negativa y pesimista respecto a las políticas y medidas de la Administración Trump, cuestionando el papel de EE.UU. en el liderazgo del mundo occidental y, básicamente, su liderazgo global.
 
 
 
P/FE/JP