Ago 06, 2020 10:21 UTC

ParsToday - Las sociedades humanas están experimentando uno de los eventos más dolorosos de la historia contemporánea, y el elemento más fundamental de la humanidad, es decir las "relaciones sociales", enfrenta el fenómeno del "distanciamiento social".

. ¿Cuál es la situación de la cultura y el arte en esta nueva era y cómo han lidiado con esta siniestra pandemia? ¿El arte entrará en una nueva arena y pasará por nuevas experiencias? De este desafío les hablaremos en varios programas.
 
 
Quizás esta situación en la que nos encontramos nosotros y los demás no se haya experimentado en ninguna parte de la historia. Una historia que ha visto años de guerras y muchos desastres, pero que ninguno de ellos ha sido tan global como ahora. Estos días, estamos en una prueba mayor es la más grande de todas las pruebas que el ser humano ha enfrentado hasta la fecha. Una calamidad peor que la sequía, la inundación, el terremoto, la guerra e incluso la peste, la cual no se cura ni con la lluvia, ni se seca con el sol, ni descansa en paz, ni desaparece con una pomada. Una calamidad que nos ha familiarizado con lo que desconocemos.
 
 
 
Estos días, cuando el nuevo coronavirus ha obligado la suspensión de casi todas las actividades y reuniones humanas, tampoco las artes han quedado inmunes a esta pandemia, y se puede decir con certeza que todas las artes se han visto afectadas por este flagelo: tanto el cine que ve cómo se han detenido por completo su producción y su cadena de distribución y que solo tiene depositada la esperanza en los sistemas de  estreno en línea – lo que podría producir una ligera sacudida en la economía del cine -, como el teatro que enfrenta exactamente el mismo problema que ha colocado al cine al borde de la mayor crisis económica en su historia de 100 años y pico. Esto pasa también con la música, que ve las presentaciones en vivo con el público como un sueño lejano, y el cierre de librerías y bibliotecas, así como las galerías y museos, ha complicado la situación. Incluso los placeres como viajes y excursiones han sido quitados al hombre, y la industria del turismo está a punto del colapso total.
 
 
 
Vamos a dar un vistazo a la reacción del arte, los artistas y la gente involucrada en los asuntos culturales a las nuevas condiciones y la era de coronavirus.
 
 
En condiciones de cuarentena que prevalecen en todo el mundo, el hashtag #museo_en_casa ha sido una de las tendencias del ciberespacio en los últimos meses. Un hashtag que de hecho puede considerarse como la reacción de las artes plásticas al cierre de museos, exposiciones de arte, galerías y otros centros artísticos que, después del shock inicial del cierre, se están adaptando al ambiente de cuarentena y están tratando de llenar el vacío de su audiencia real con audiencia virtual. En este sentido, los motores de búsqueda han acudido en ayuda de los museos y las galerías, y en la actualidad, recorridos virtuales por museos como Guggenheim (con su famosa escalera), el Museo Nacional de Artes Modernas y Contemporáneas de Corea del Sur, la Galería Nacional de Sudáfrica, el Museo de Artes de Sao Paulo y más de otros 100 museos y galerías, están disponibles para la audiencia.
 
 
Alexander Monroe, experto en arte del Museo Guggenheim, califica este periodo como un curso "experimental" y dice: "En momentos críticos, la producción cultural y artística puede fortalecer el sentimiento de solidaridad social en las sociedades humanas al contribuir a describir y reexaminar nuestras experiencias colectivas".
 
 
 
A su vez, Patricia M. Lambert, profesora de política cultural y gestión artística sostiene que: "Estos días críticos nos recuerdan constantemente cuán resistentes e innovadores son los artistas y qué buenas oportunidades han creado para la creación de empleos. Por ejemplo, en los días de cuarentena, nos enfrentamos a una avalancha de artistas que han creado rápidamente nuevos empleos, incluida la enseñanza en línea de artes plásticas y música”.
 
 
La verdad es que la "virtualización" es tan importante para las organizaciones permitiéndoles tener acceso a su audiencia, como lo es para la misma. Estos días, y desde luego en toda la historia, se han realizado muchos estudios, todos los cuales enfatizan en el mismo punto: este punto dorado es que, ver obras de arte reduce la ansiedad y aumenta y fortalece el sentimiento de empatía del espectador.
 
 
El aspecto esperanzador del asunto es que parece ser que los grupos e instituciones de arte están aunando esfuerzos para mejorar la situación, como por ejemplo ofrecer asistencia y préstamos de distintas asociaciones artísticas a los artistas. Asimismo, algunos gobiernos están considerando pagar subsidios a los medios de comunicación y a las instituciones y empresas culturales y artísticas, lo que en la actual situación crítica podría evitar su destrucción. Quizás es por eso que Patricia Lambert cree que, a la larga, esta experiencia podría crear oportunidades para la participación económica en el arte y, al menos, cambiar la mentalidad de las sociedades sobre la contribución en el arte.
 
 
Añade: "El estado económico del arte y la cultura en Estados Unidos y en todo el mundo en general, es catastrófico. A menos de un mes del inicio de la cuarentena, las pérdidas financieras de las artes sin fines de lucro han totalizado 3.6 mil millones de dólares. Ahora, si incluimos las artes con una economía más productiva en esta ecuación, nos daremos cuenta de que la situación es aún peor. No se puede negar que el daño económico asestado por el coronavirus al arte, a la industria de entretenimiento y, desde luego, al turismo cultural, es inimaginable”.
 
 
Según esta profesora universitaria, “en la situación actual, las condiciones de vida de los artistas son preocupantes, que en su mayoría pertenecen a la clase media. Pero no se debe olvidar que esto se debe a que las actividades de estos artistas no se limitan a su campo de arte, ya que tienen otros trabajos también. En otras palabras, además de los ingresos relacionados con actividades artísticas, los artistas también obtienen ingresos de trabajos paralelos vinculados con el arte, como la enseñanza, el diseño gráfico, etc. Ahora, en condiciones en que la pandemia ha afectado todos estos trabajos, el impacto económico de este desastre en la vida de los artistas se hará más patente en los próximos meses”.
 
 
 
Han transcurrido casi cinco meses desde el brote del coronavirus en Irán, y muchos de los sitios culturales y artísticos que quedaron cerrados en los primeros días de la epidemia, aún están cerrados; los daños causados por la enfermedad epidemiológica en estas áreas son terribles. En el sector de la música, 4000 grupos de música, 80 teatros solo en Teherán, 300 galerías de artes plásticas, casas de moda y ropa y 26 mil escuelas de arte, que operaban en Irán, han sufrido muchos daños por el cierre de sus actividades.
 
 
 
También en la mayoría de los países del mundo, la COVID-19 ha obligado el cierre de lugares e instituciones culturales, galerías de arte, conciertos, museos, cines, etc., los cuales son símbolos claros de la identidad cultural de un país. Hasta la fecha, el 90% de los países han cerrado total o parcialmente los sitios declarados como Patrimonio Mundial por parte de la Unesco, y 128 países han cerrado sus instituciones culturales.
 
 
 
El control de desplazamientos o las medidas restrictivas por parte de muchos países para controlar la pandemia han restringido el acceso a la cultura y han debilitado el ecosistema de la cultura. El cierre de los sitios de patrimonio cultural y las organizaciones culturales relacionadas, la cancelación o la demora en la celebración de eventos y la interrupción de las producciones culturales han tenido importantes consecuencias económicas y sociales para las industrias culturales y artísticas. El impacto de esta crisis ha debilitado aún más las condiciones profesionales, sociales y económicas de los artistas y expertos culturales y los medios de comunicación, y en muchas partes del mundo el acceso desigual a la tecnología ha exacerbado las privaciones culturales.
 
 
 
En consecuencia, debemos esperar nuevas dimensiones de este problema global y los resultados de la adversidad epidemiológica, toda vez que a medida que pasa el tiempo, sus efectos y consecuencias se amplían cada vez más, y los analistas deben hablar más sobre las repercusiones de esta crisis para el sistema social, cultural, económico y político del mundo y encontrar una cura para este mal, ya que además de los impactos económicos, también tendrá efectos sustanciales en obras de arte.
 
 
 
De todas formas y pese a todos los problemas actuales, no se debe olvidar que es a través de la cultura por la que se puede crear una resistencia colectiva. La amenaza a la cultura supone una amenaza para el futuro de la humanidad, y la cultura como un bien básico incluye resistencia y el desarrollo humano, social y económico. El arte puede registrar cada momento de los esfuerzos realizados en la situación actual y mantener encendida la luz de la cultura. Entonces, en el contexto de enfatizar la distancia social y usar mascarilla y lavarse las manos, también debemos pensar en aumentar la resistencia espiritual e intelectual y contribuir a mantener vivas las bellas manifestaciones del espíritu humano y el arte de la sociedad humana.
 
 
P/FE/JP

 

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