Pars Today

Amigos en el último episodio, como el anterior, seguimos analizando el papel complejo y multifacético del estado oculto en las elecciones estadounidenses. Como recuerdan, en el programa anterior, dijimos que el actual presidente de EE.UU., Donald Trump, pudo llegar al poder, como una parte de la organización del estado oculto, más bien del sector financiero-comercial que tomó el liderazgo del movimiento populista, frente a la otra parte de la misma organización en la sombra que rige en Estados Unidos. 

 

Sin embargo, la dependencia de Trump del estado oculto, así como partes de sus estructuras políticas y comerciales, no impidió que otros sectores hagan predicciones y tomen medidas y para controlarlo a él y a quienes lo rodean. Mientras se intensificaba la campaña electoral entre Donald Trump y Hillary Clinton en el verano y el otoño de 2016, la comunidad de inteligencia estadounidense estaba recogiendo pruebas y datos sobre los lazos secreto de algunos miembros de la campaña del candidato presidencial republicano con los rusos. No se filtró información sobre la recopilación de estos datos hasta después de las elecciones de noviembre de 2016, y los documentos mencionados nunca fueron examinados seria ni públicamente.

 

Sin embargo Trump dijo más tarde que el silencio de la comunidad de inteligencia estadounidense sobre la recopilación de pruebas de probables contactos con los rusos hasta después de las elecciones presidenciales de noviembre era parte de una conspiración del "estado secreto" con la colaboración de los funcionarios de inteligencia de la Administración Barack Obama para cuestionar los resultados inesperados de las elecciones de noviembre. El entonces director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) James Comey, en su libro titulado 'A Higher Loyalty' ('Una lealtad superior') dice: "En representación de la comunidad de inteligencia, por primera vez, tras su victoria le informó al candidato republicano el tema del intento de Rusia de intervenir en las elecciones presidenciales de 2016 y filmografía en el hotel donde residió Trump en Moscú. Trump describió este retraso en el anuncio como una clara señal de la ira de la comunidad de inteligencia estadounidense por los resultados de las elecciones y la conspiración del "estado oculto " contra su administración. Trump además dijo que la confianza de la Administración Obama y la comunidad de inteligencia como parte del establecimiento político sobre la victoria de Hillary Clinton, la candidata apoyada por el 'gobierno oculto' en las elecciones de 2016, fue la razón de tal comportamiento".

 

En represalia a los esfuerzos de los funcionarios de inteligencia y seguridad de la Administración Obama para monitorear a los miembros de alto rango de la campaña de Trump, el presidente electo lanzó ataques verbales y una campaña propagandística sin precedentes contra los líderes de inteligencia de Estados Unidos antes de ingresar a la Casa Blanca. Acusó a las agencias de inteligencia estadounidenses de conspirar contra el presidente electo y los votantes estadounidenses, desmintió  cualquier contacto ilegal o secreto entre los miembros de su campaña y los rusos. La discrepancia entre el presidente electo y la comunidad de inteligencia estadounidense se intensificó tanto que, al contrario de la tradición, algunos de los funcionarios, incluido el director de inteligencia nacional y el jefe de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU., dimitieron mientras se celebraba la toma de posesión del nuevo presidente. Casi cinco meses después de su ingreso, Donald Trump, despidió por carta al director del FBI, James Comey, una acción sin precedente que en la historia de FBI.

 

Antes del ingreso de Donald Trump a la Casa Blanca, las filtraciones a los medios de comunicación por parte de altos funcionarios de inteligencia y seguridad sobre los contactos de Trump con los rusos habían llevado al presidente electo a ser cuestionado por la opinión pública y eso resultó en el aumento de su ira. Por ejemplo, los medios de comunicación revelaron que el asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, Michael Flynn, durante el período previo a las elecciones presidenciales, tuvo contactos con el embajador de Rusia en Washington, paras asegurar el cese de las políticas hostiles antirrusas de la Casa Blanca en la nueva administración. El contacto se realizó el mismo día que el presidente Barack Obama firmó una resolución del Congreso que imponía nuevas sanciones a Rusia. Fuentes cercanas a Trump revelaron más tarde que Ben Rhodes, entonces asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, había obtenido la información de los miembros de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos y la había entregado a los medios críticos de Trump para dañar al presidente electo.

 

Los asesores de Trump, como Stephen K. Bannon, nombrado como asesor mayor del presidente, consideran las revelaciones de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos sobre el contacto de Flynn con los rusos como un claro ejemplo del lazo entre los burócratas veteranos, líderes de la comunidad de inteligencia y los medios de comunicación como armas poderosas del estado oculto, que había movilizado contra la corriente anti-organizativa, pro nuevo presidente. Durante los acontecimientos de 2016 y 2017, el asesor de Trump, Bannon utilizó muchas veces el término "estado profundo" en sus entrevistas con Breitbart News, un sitio de análisis de derecha pro-Trump.

 

A juicio de los partidarios de Trump, la presentación de las acusaciones sobre los vínculos entre cercanos de Trump con los rusos en los medios de comunicación fue el preludio del caso sobre la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016 por parte de elementos del estado oculto para derrocar al presidente en contra de la corriente anti-organizativa. Como resultado, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions —que su vez fue acusado de connivencia con los rusos—presentó su dimisión al cargo e evitó asumir la responsabilidad ante este controvertido tema y presentar un caso en su contra, de modo que puso la responsabilidad en manos de su adjunto, Rod Rosenstein. Rosenstein, que fue designado por Trump, también nombró a Robert Mueller, exjefe de FBI, como investigador especial para dirigir la investigación sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones de 2016. La investigación de Mueller condujo al interrogatorio de los familiares del presidente y a la presentación de acusaciones contra tres de ellos, Michael Flynn, Paul Manafort (exjefe de campaña de Trump) y Michael Cohen (exabogado personal de Trump), y una mayor investigación en las sesiones de preguntas y respuestas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

 

El proceso finalmente condujo al juicio político (impeachment) contra Trump, el 18 de diciembre de 2019, por mayoría en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, acusando al presidente norteamericano de “obstrucción” al Congreso y “abuso de poder”. Pero al final, el Senado ni siquiera votó para citar testigos al juicio de Trump por el primer cargo, con una mayoría muy débil de 51 a favor de 49 en contra, y por el cargo de Obstrucción en el congreso con una débil mayoría de 53 a 47 declararon no culpable  a Trump, entonces detuvo la caída de Trump.

 

En resumen, tras lo dicho sobre el papel y la influencia del estado oculto en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, podemos agregar brevemente que las partes poderosas de este estado, algunas de las cuales probablemente tengan vínculos con potencias extranjeras, desempeñaron roles en la victoria de Trump en la controvertida elección presidencial de 2016 de Estados Unidos. Además los otros sectores poderosos del estado oculto o el establecimiento político jugaron un papel en el caso del lazos de cercanos de Trump con Rusia y su impeachment en la Cámara de Representantes, y finalmente, fue el mismo estado oculto , que usando su influencia en el Senado impidió la derrota de Trump.

 

Otro punto importante sobre el estado oculto es su papel decisivo en las políticas estratégicas del Gobierno estadounidense. Al respecto, según muchos analistas no importa si el presidente electo de Estados Unidos sea demócrata o republicano, ya que ambos están obligados a seguir las estrategias del estado invisible, sin embargo, con métodos y tácticas diferentes.

 

En este sentido, como un ejemplo podemos referir la misma estrategia de Trump y su rival demócrata, ganador de las elecciones de 2020, Joe Biden, para enfrentar el avance nuclear pacífico y la capacidad defensiva de Irán, el primero (Trump) sigue esta estrategia mediante su retirada del pacto nuclear del nombre oficial, Plan Integral de Acción Conjunta(JCPOA) e imponer sanciones y la campaña de máxima presión económica. Pero, el segundo (Biden) busca mismo propósito mediante un regreso condicional a acuerdo nuclear y negociaciones con Irán. La normalización de las relaciones de los países árabes con el régimen de Israel para fortalecer la existencia usurpadora e ilegítima de este régimen y controlar el poder chino, figuran entre otras estrategias del estado oculto.

 

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