Hashemi Rafsanyani un político sin igual 3
En este programa, se habla de la vida de Akbar Hashemi Rafsanjani después del final de la guerra impuesta hasta su fallecimiento. Con motivo de su reciente partida, hemos preparado un programa de tres partes para presentar brevemente a este personaje sin parangón.
En los dos programas anteriores hemos hablado de sus campañas anteriores a la revolución islámica y su papel en la coordinación y la consolidación de las fuerzas revolucionarias y religiosas, así como en la transmisión de mensajes de Imam Jomeini desde Irak como el líder del movimiento contra el régimen monárquico que gobernaba en Irán. Después de la victoria de la Revolución Islámica, Rafsanjani seguía siendo una de las principales figuras del incipiente sistema de la República Islámica de Irán. Bajo el liderazgo del Imam Jomeini (que Dios lo bendiga), Hashemi Rafsanjani tuvo un papel determinante en la gestión de las crisis posteriores a la revolución. Son pocas las revoluciones populares que se han enfrentado a muchas intrigas, conspiraciones, hostilidades y crisis como la Revolución Islámica en Irán.
La actividad de grupos separatistas y contrarrevolucionarios, apoyados por los entonces dos bloques del este y el oeste, el asesinato de personalidades de alto rango del sistema, las sanciones económicas y, finalmente, la imposición de la guerra de 8 años por el Gran Satán a través de su marioneta, Saddam, a lo largo de los 1.200 kilómetros de las fronteras de Irán-Irak crearon condiciones especiales. Cada una de estas crisis hubiera sido suficiente para derribar cualquier sistema recién nacido. La resistencia y la firmeza del pueblo iraní, bajo el liderazgo del Imam Jomeini y la presencia de capaces, astutas y dedicadas figuras revolucionarias ayudaron a la nación a superar todas estas crisis.
En el programa anterior, dijimos que una de las responsabilidades asumidas por Hashemi Rafsanjani en la era post-revolución fue asumir el cargo de segundo comandante en jefe de las fuerzas armadas y comandante de guerra. La República Islámica de Irán, a través de sus valientes jóvenes obtuvo grandes victorias en la lucha contra las fuerzas baasistas de Saddam que estaban equipadas con armas proporcionadas por los dos bloques, tanto oriental como occidental.
En 1987, la perspectiva de guerra se hizo más complicada. Rafsanjani, presidente del Parlamento y comandante de guerra, en una entrevista expresó: "Lo importante para el mundo es que el fracaso de Irak no se considera una victoria militar para la República Islámica de Irán " En 1987, el Consejo de Seguridad de la ONU emitió la resolución 598 y fue aceptada condicionalmente por Irán. Después de la aprobación de la resolución, los movimientos diplomáticos del Ministerio de Asuntos Exteriores aumentaron para considerar las condiciones de Irán en la aplicación de la resolución. Los enormes problemas económicos del país, el apoyo directo EE.UU. a Saddam y la luz verde occidental al régimen baasista para el uso de armas y municiones avanzadas, la violación de las leyes internacionales en la comisión de crímenes de guerra, como el lanzamiento de gases químicos en Halabche, convencieron al Imam Jomeini y a los altos funcionarios que la continuación de la guerra no era beneficiaria para Irán. Rafsanjani fue una de las figuras clave para aceptar la resolución 598 y poner fin a los ocho años de guerra impuesta. La defensa sagrada de ocho años del pueblo iraní para enfrentar la agresión del régimen baasista terminó en circunstancias en que un puñado de potencias arrogantes globales conocidas como la comunidad internacional se vieron obligadas a reconocer a Saddam como un régimen agresivo e iniciador de la guerra intestina.
La reconstrucción de las ruinas de los combates fue una de las prioridades más importantes del país después del final de la guerra. El Sr. Rafsanyani desempeñó un papel especial en este campo. En vista de la función carismática del Imam Jomeini, los enemigos de la Revolución Islámica pensaron que con su salida del mundo mortal, la Revolución Islámica llegaría a su fin y la República Islámica dejaría de existir. Pero para disgusto de todos los enemigos y malhechores, la Asamblea de Expertos en menos de 24 horas del fallecimiento del Imam, sorprendió al mundo entero al elegir al ayatolá Jamenei como Líder de la Revolución Islámica. El Sr. Rafsanjani tuvo un papel eficaz en esta elección. Después de que se nombrara a la persona mejor y más merecedora como el líder de la República Islámica, el pueblo iraní eligió a Akbar Hashemi Rafsanjani como presidente por dos períodos, de 1989 a 1997. Este período de ocho años se llegó a ser conocido como la era de la reconstrucción. El crecimiento del producto interno bruto (PIB) en este periodo alcanzó el 4,6 %.
El déficit presupuestario del 50 % en el año 1988 se convirtió en una balanza equilibrada tanto del presupuesto y los gastos del gobierno cambiaron en beneficio de los gastos de desarrollo. El saldo negativo del comercio exterior pasó a ser positivo y la deuda externa disminuyó. Además del crecimiento económico, per cápita y el bienestar social, el aumento de la política clave de los servicios de bienestar y cuidado de la salud tuvieron una amplia cobertura en las ciudades, los pueblos y las regiones desfavorecidas.
Los trabajos de construcción de más de 60 presas en marcha y el desarrollo de las redes de riego y drenaje, así como otras medidas agrícolas causaron que productos como el trigo y otros cultivos tuvieran un crecimiento anual de casi el 6 %. La capacidad nominal de las centrales de energía del país se elevó de 13.000 a más de 23.000 megavatios y la producción de diferentes tipos de energía, acero, cemento y petroquímica consiguió un crecimiento promedio de hasta el 18,3 %, 5,3 % y 21 %, respectivamente. Después del final de su mandato, Hashemi Rafsanjani fue elegido como presidente del Consejo de Discernimiento del Sistema de la República Islámica de Irán por el ayatolá Jamenei. Este Consejo es el órgano encargado de resolver las diferencias entre el Legislativo y el Consejo de los Guardianes de la Constitución sobre la determinación de las principales leyes del país. Rafsanyani asumió esta responsabilidad hasta el final de su vida. Una de las medidas adoptadas por el Consejo de Discernimiento del Sistema durante la presidencia de Rafsanyani fue aprobación de la perspectiva de la República Islámica de Irán de la perspectiva en el horizonte de 1404 de la hégira solar. El nombre de Akbar Hashemi Rafsanjani está mezclado con los altibajos la era contemporánea y sobre todo en el medio siglo. Su papel ha sido histórico y es por eso que su nombre ha sido colocado en línea con los otros nombres de fomento de la historia como Amir Kabir.
Durante sus campañas y después de la victoria de la revolución islámica, Rafsanjani se puso al servicio del movimiento hasta la victoria y después de esta al servicio de la gente y el país. El nunca salió fuera de orbita de la moderación en todos los períodos de sus responsabilidades. Fue esta característica moral y la política de Hashemi Rafsanjani que incluso sus oponentes y críticos le concedían un respeto especial. Con su muerte, Rafsanjani demostró que ha sido un gran político. La participación de todos los estratos del pueblo y figuras políticas, incluso oponentes, en su entierro mostró su influencia en los corazones de los iraníes. Más de 2 millones y medio participaron en su funeral, Esta presencia en la ceremonia de despedida de un político revolucionario después del funeral glorioso del fundador de la Revolución Islámica, el Imam Jomeini, ha sido única, que Dios lo bendiga.