Revolución islámica, Imam Jomeini (que Dios lo bendiga) y el principio de Velayat-e-Faqih (jurisprudencia)
(last modified Thu, 01 Feb 2018 02:25:39 GMT )
Feb 01, 2018 02:25 UTC

Pars Today: El Imam Jomeini escribe en el libro de Tahrir al-Vasile: "En el tiempo de la ausencia del Jurisprudente, los asesores y gobernantes de la época, son los líderes generales del Profeta y juristas plenos que están calificados para emitir fatwas y realizar juicios", es decir, son los sucesores del Profeta en la ejecución de los asuntos políticos y gubernamentales y otros asuntos relacionados con el Imamato.

La mañana del 1 de febrero de 1979, el pueblo de Irán amaneció con esperanza pero al mismo tiempo preocupado. Después de al menos 14 años, esperaban ansiosamente el regreso de su líder popular y revolucionario, el Imam Jomeini. Sin embargo, la naturaleza criminal del régimen de Pahlavi y  la amenaza de que su avión sea atacado causaban preocupación entre la gente. Por supuesto, el régimen no se atrevió a jugar con la ira de la gente y el avión aterrizó ante la entusiasta bienvenida del pueblo iraní, y cuando el Imam Jomeini pisó su tierra, se inundó una ola de alegría en todo Irán. Esto marcó un nuevo punto de partida en la historia de altibajos de Irán, que derivó en la caída del régimen autoritario y dependiente Pahlavi en menos de dos semanas.

El Imam Jomeini trajo consigo altas y supremas aspiraciones humanas e islámicas y la gente hizo un gran esfuerzo para realizarlas. Ideales como libertad, independencia, justicia, lucha contra la opresión, hermandad y otros similares. Pero quizás se puede decir que su mayor contribución a la nación de Irán y de todos los musulmanes en el mundo ha sido el plan del gobierno islámico basado en el principio de Velayat-e-Faqih. Por supuesto, el gobierno islámico y las condiciones de su gobernante han existido dese hace siglos entre suníes y chiíes. Sin embargo, el Imam Jomeini fue quien explicó con argumentos racionales todos los detalles de las bases de este sistema de forma independiente. Este trabajo comenzó mucho antes de la victoria de la Revolución Islámica y, en este sentido, el libro Velayat-e-Faqih es esencialmente una explicación de este mismo principio. Uno de los mensajes más importantes de este principio islámico progresivo es que la religión divina del Islam está en la política en su nivel más elevado.

Velayat-e-Faqih, en un lenguaje sencillo, es la administración de la comunidad por un musulmán calificado que se le llama jurisprudente. El Líder es, en realidad, el suplente y sucesor del Imam de la era en el momento de su ausencia. El Imam Jomeini, en sus escritos y dichos, ha refrendado el principio de  Velayat-e-Faqih con razones firmes y las tradiciones islámicas.

Al respecto, las tradiciones son numerosas al respecto. El Profeta considera a los ulemas su propio califato y herederos del trabajo de los profetas. En este sentido, el Imam Ali (la paz sea con él) también se ha referido a los ulemas como los gobernantes del pueblo. En una de sus hadices, el Imam afirma: "De acuerdo con el mandato de Dios y el Islam respecto a los musulmanes, después de la muerte o el asesinato de su líder, es obligatorio que no realicen ningún acto, ya sea con o sin guía, a menos que antes, elijan a un líder piadoso y  justo que encabece el poder judicial en base a la tradición del Profeta Mohamad (saludos sean para él y sus descendientes), administre la propiedad pública y las limosnas, y dirija las oraciones del Hach (peregrinación) y de los viernes". Por lo tanto, la elección de un líder competente para la sociedad islámica es anterior a cualquier otra tarea. El Imam Hussein (la paz sea con él) también enfatiza en un hadiz que: "Las fuentes y los recursos de los asuntos están en manos de eruditos divinos. Aquellos que son leales a lo divino y guardianes de Dios". Pero hay otro hadis del Hazrat Mahdi (que Dios acelere su llegada), en que presenta explícitamente a los narradores de hadices, en otras palabras sobre los sucesores de los juristas en el tiempo del Absoluto, dice: "En eventos y sucesos, refiéranse a los narradores de nuestras hadices, ya que son pruebas de mí y yo soy una autoridad de Dios". De acuerdo con este precioso hadiz, en los eventos y asuntos del día, uno tiene que seguir a aquellos que están familiarizados con las tradiciones y enseñanzas del Islam.

Pero hay varias razones para probar que es necesario Velayat-e-Faqihy el Imam Jomeini describió algunas de ellas. Una de estas razones es que en una sociedad dominada por musulmanes y en la que se creen en los valores islámicos, es natural que funcione un estado islámico, porque la vida social y la perfección del individuo y de la comunidad dependen de la implementación de la ley divina, la cual debe regir en la vida individual y social. La dirección de este gobierno debe estar en manos de una persona competente, justa, piadosa y experta en jurisprudencia islámica. Tal persona es el Líder supremo. El Imam Jomeini escribió en el libro de Tahrir al-Vasile: "En el tiempo de la ausencia del Jurisprudente, los asesores y gobernantes de la época, son los líderes generales del Profeta y juristas plenos que están calificados para emitir fatwas y realizar juicios", es decir, son los sucesores del Profeta en la ejecución de los asuntos políticos y gubernamentales y otros asuntos relacionados con el Imamato.

Otra razón que argumenta la necesidad de un líder supremo y gobernante del Islam es la estrecha relación con el tema. Al explicar esta razón, el Imam enfatiza que el Islam tiene una dimensión social y política significativa además del aspecto individual, lo cual requiere el establecimiento de un estado islámico, encabezado por un líder supremo. En el libro de Velayat-e faqih, El Imam Jomeini escribe: "Todos, con una mirada a los mandamientos islámicos, descubren que aparte de la adoración, un deber entre el hombre y su Creador  son los asuntos políticos y sociales relacionados con los asuntos mundanos, de los que tienen que ocuparse los fieles...salvo la adoración, los asuntos económicos, sociales y políticos son importantes y, en esta mirada, también se entiende que el Islam no es simplemente una regla puramente devocional... El Islam ha sido dado a conocer para que el hombre establezca un gobierno justo en base a leyes económicas, penales, judiciales y... todo esto está vigente". El Imán Jomeini también menciona la necesidad de ampliar la justicia, la educación islámica, mantener las fronteras, recaudar impuestos, emitir decretos judiciales, mantener el orden, hacer el bien y prohibir el mal etc… Indudablemente, el gobernante de tal gobierno no puede ser sino un jurisprudente de supremos conocimientos y un erudito islámico.

El Imam Jomeini también prueba el principio de Velayat-e-Faqih desde otro ángulo. En el libro de Velayat-e-Faqih, describe esta razón: "Creemos en Velayat y creemos que el Profeta del Islam debía ser quien elija el califa, tal como lo eligió... Lo que es razonablemente necesario para elegir al califa es la gobernación. Necesitamos un califa para hacer cumplir la ley. La ley requiere de un ejecutor. En todos los países del mundo es que las leyes por sí solas no son beneficiosas y no proporcionan bienestar humano, después de que se hayan establecido, debe entonces crearse un poder ejecutivo".

Por lo tanto, los preceptos y las enseñanzas del Corán y los hadices, especialmente en los asuntos sociales y políticos, no benefician a los musulmanes a menos que un gobernante justo haga cumplir estas leyes y proporcione las bases para la felicidad de la comunidad. El Imam Jomeini insiste en que: "Dios, después de enviar una serie de normas, es decir los rituales religiosos, ha establecido un gobierno y sistema de ejecución y administración". El Imam, luego concluye: "Tal como el profeta del Islam era el agente de la ejecución de las leyes y del establecimiento del sistema islámico, dado que Dios lo colocó como el jefe gobernante de los musulmanes y es obligatorio obedecerlo, un justo jurista también debe ser el jefe gobernante que supervise la implementación de las ordenanzas y establezca el sistema social".

Pero se aclarar que cualquier jurisprudente e islamólogo no pueden liderar la sociedad. Como afirma el Imam Sadiq (la paz sea con él) en un conocido hadiz: "De los juristas, los justos, protectores de la religión, opuestos a los deseos carnales y obedientes de los mandamientos de Dios, son los que el pueblo en general deben obedecer". El Imam Jomeini también considera que, entre los requisitos que debe tener el líder supremo y gobernante de la sociedad islámica, es su familiaridad con las enseñanzas islámicas, la justicia y la piedad. Al respecto, señala: "Debido a que el gobierno islámico es la ley divina, entonces el gobernante debe tener dos rasgos, que son imprescindibles para la  base de un gobierno legal y sin los cuales el estado de derecho no es razonable. Uno de estos atributos es el conocimiento de la ley (islámica) y el otro es la justicia".  Además, el Imam Jomeini, al expresar algunas otras condiciones del jurisprudente supremo, declara: "El que quiere ser, líder y discípulo de Imam... debe ser purificado y no ser apegado a las cosas de este mundo. Porque en este caso no sería honesto y no se podría confiar en él. Otra condición para el líder supremo es la capacidad de administrar los asuntos del estado. De hecho, el quinto principio de la Constitución de la República Islámica de Irán incluye las siguientes condiciones que debe tener el jurisprudente encargado de la autoridad del estado y Velayat sobre la sociedad islámica. "Durante la ausencia del Imán de los Tiempos (que Dios acelere su aparición), en la República Islámica de Irán la gestión y el imamato están a cargo de un alfaquí justo, virtuoso, conocedor de su época, valiente, eficaz y hábil, y asumirá esta responsabilidad de acuerdo con el principio 107", dice el Principio 5º de la Constitución iraní.  El punto importante sobre el líder supremo es que pierde su liderazgo tan pronto como una de las condiciones de Velayat, como la justicia, la piedad, el valor, entre otros, pierde su valor para el gobierno del sistema islámico. Esta es la diferencia entre otros sistemas de gobernanza, tanto democráticos como autoritarios. El Imam Jomeini hizo hincapié en este terreno: Por lo tanto, los preceptos y las enseñanzas del Corán y los hadices, especialmente en los asuntos sociales y políticos, no benefician a los musulmanes a menos que un gobernante justo haga cumplir estas leyes y proporcione las bases para la felicidad de la comunidad. El Imam Jomeini insiste en que: "Dios, después de enviar una serie de normas, es decir los rituales religiosos, ha establecido un gobierno y sistema de ejecución y administración". El Imam, luego concluye: "Tal como el profeta del Islam era el agente de la ejecución de las leyes y del establecimiento del sistema islámico, dado que Dios lo colocó como el jefe gobernante de los musulmanes y es obligatorio obedecerlo, un justo jurista también debe ser el jefe gobernante que supervise la implementación de las ordenanzas y establezca el sistema social".

"Esas cualidades en el líder supremo... no le permite que se equivoque. Si dice una mentira, o comete un error no tiene la cualidad de Vilayat", por tanto, Velayat-e-Faqih es el principio más fundamental y progresivo que la ley islámica pesto que la define y regula sus términos y condiciones. Debido a esta posición y el papel del líder supremo, el Imam Jomeini llama a "ser partidario de Velayat-e-Faqih para que no sufra daños el país".