Día Nacional del Golfo Pérsico, conmemoración de un hecho histórico+Videoclip
ParsToday-En el sur de este país vasto, Irán, hay una vía marítima que desde pasados lejanos se ha considerado importante y estratégica. El Golfo Pérsico, con cerca de 240 mil kilómetros cuadrados, es tercer golfo más grande del mundo y a través del estrecho de Ormuz se une al golfo de Omán y al océano Índico. En este paso marítimo hay gran número de islas y se pueden encontrar diversas especies acuáticas e incluso a veces únicas.
Excepto Irán que posee la costa norte del Golfo Pérsico, los países como Irak, Arabia Saudí, Kuwait, Baréin, Catar, Omán y los Emiratos Árabes Unidos, tienen costas pequeñas y grandes al borde de esta importante vía fluvial. Por la importancia del Golfo Pérsico y sus problemas relacionados, la República Islámica de Irán ha nombrado el día 29 de abril, que coincide con el aniversario de la derrota de los colonizadores portugueses en esta vía acuática, como el "Día Nacional del Golfo Pérsico".
La importancia del Golfo Pérsico en el pasado se debía a su papel destacado como paso de conexión marítima para el comercio. Pero en el siglo XX, tras el descubrimiento de petróleo y gas en esta vía fluvial y los territorios litorales, aumentó significativamente el lugar del Golfo Pérsico y también la importancia sobre la seguridad de esta vía fluvial para el trasiego seguro de los hidrocarburos. Como de costumbre, las potencias coloniales, en el pasado, tenían una presencia activa en el Golfo Pérsico, y descubierto el petróleo, aumentaron sus actividades en esta área para llevar este producto vital y barato con seguridad suficiente a su país. Por lo tanto, en lugar de que los países ribereños del Golfo Pérsico trabajen juntos para proporcionar seguridad en la región, las potencias extranjeras, caracterizadas por su codicia, se esforzaron para poseer los bienes de esta zona y ponerlos bajo su control.
Lo que hasta ahora ha obstaculizado la cooperación de los países litorales del Golfo Pérsico, ha sido la dependencia, confianza y apoyo de los gobiernos sureños de esta vía fluvial de poderes dominantes como Estados Unidos y el Reino Unido. Aunque en el pasado el régimen del shah también actuaba igual que esos países, tras la victoria de la Revolución Islámica de Irán en el año 1979, la República Islámica de Irán demandó la expulsión de las fuerzas extranjeras del Golfo Pérsico y abogó para que los países ribereños de este golfo se encarguen de abastecer la seguridad de esta zona. A pesar de la buena intención de Irán, los países del sur del Golfo Pérsico, que por regirse por gobiernos monárquicos no disfrutan de apoyo popular y son dependientes de los poderes extranjeros, se negaron a aceptar la propuesta lógica de Irán. Ellos no solo rechazaron cooperar con la República Islámica de Irán para abastecer la seguridad del Golfo Pérsico sino que trataron de oponerse a que Irán forme el “Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico” en el año 1981 con el mismo propósito.
En principio, el conflicto de los países árabes con Irán se remonta a hace medio siglo. En ese momento, algunos gobiernos nacionalistas para enfatizar su condición árabe, llamaron al Golfo Pérsico, como Golfo Árabe. Mientras que esta medida no tenía ninguna influencia sobre la verdad histórica de esta vía fluvial ya que los gobiernos árabes podrían haber otorgado sus derechos a sus pueblos o luchar contra Israel en apoyo de sus hermanos palestinos, para reivindicar el honor de la raza árabe. Después de la Revolución islámica, esta vez, los gobiernos despóticos y monárquicos del Golfo Pérsico fueron pioneros en cambiar el nombre del Golfo Pérsico. Ellos en los diferentes escenarios políticos, económicos, culturales e incluso deportivos trataban de cambiar el nombre de esta vía fluvial antigua y, en este camino, hasta ahora han gastado mucho dinero. Pero el nombre “Pérsico” de este Golfo importante y estratégico es tan evidente y documentado que los esfuerzos de los gobiernos árabes han resultado en el fracaso.
Los argumentos de los gobiernos árabes para ignorar el nombre auténtico del Golfo Pérsico son tan absurdos y sin fundamento que no podrían ser aceptados por ninguna autoridad. La razón más importante que esgriman estos gobiernos se basa en que, como la población árabe en los países litorales del Golfo Pérsico es más que la población persa, pues, esta vía acuática debería llamarse Golfo Árabe. La razón es irracional y sin fundamento porque en ninguna denominación de documentos y en el derecho internacional para los mares y cursos de agua, no se menciona dicha norma. Caber recordar que el nombre de la vía fluvial Golfo Pérsico, en documentos y mapas de hace más de dos mil años, su nombre está claro. Además si se acepta una ley de este tipo, muchos mares deberán cambiar de nombre. Otro punto es que en muchos países árabes al sur del Golfo Pérsico, un gran número de personas que no son árabes y, a veces más, forman una población superior en número que los árabes. Si se trata de número de habitantes, Irán incluso tiene la población más grande de la costa y de esta vía acuática.
Se puede decir entonces que los gobiernos árabes no tienen ningún documento valioso para cambiar el nombre del Golfo Pérsico, pese a que esta vía fluvial sureña de Irán, se ha registrado en documentos, mapas y libros como Golfo Pérsico o su equivalente. El filósofo y astrónomo griego Ptolomeo, lo conocía como "sinus persicus» que es el equivalente de Golfo Pérsico. También en el periodo islámico esta vía fluvial siempre ha sido señalada como “Golfo Pérsico” en el libro “Documentos del nombre del Golfo Pérsico, una herencia antigua y eterna”. Además, trescientos libros históricos, geográficos, interpretaciones y de tradiciones, desde el principio del Islam hasta principios del siglo XX, han usado en lengua árabe el denominativo “mar Pérsico” o Golfo Pérsico. Este libro también incluye casi mil mapas de europeos y árabes y más de treinta acuerdos de jeques y gobiernos árabes que tienen el nombre del “Golfo Pérsico” y también famosos intelectuales árabes han expresado su reconocimiento, por lo que se llega a la conclusión siguiente: "No hay ni una carta escrita en lengua árabe antes del año 1958 que se use la frase Golfo Árabe”.
Ahora surge esta cuestión, que a pesar de todos documentos y mapas sobre el nombre del “Golfo Pérsico” por qué algunos gobiernos árabes se oponen a esta denominación. Uno de los motivos vanos es desviar la opinión pública árabe sobre el régimen de Israel. Han pasado casi 70 años desde la ocupación de Palestina, no obstante, los gobiernos árabes no han podido salvar este país árabe del dominio de los sionistas. Por esta razón, algunos gobiernos árabes tratan de que su gente piense que la República Islámica de Irán es enemigo de los árabes. Sin embargo, después del fracaso en Irán del poderoso ejército de Saddam, que contaba con el apoyo de los gobiernos árabes y occidentales, los gobiernos árabes tienen miedo de librar un enfrentamiento militar con Irán y por eso han procedido a medidas políticas y propagandísticas. Por lo tanto, el escándalo reciente de Emiratos Árabes Unidos de alegar que la soberanía de tres islas iraníes pertenece a Arabia Saudí debe evaluarse en este sentido. Entre los gobiernos árabes del sur del Golfo Pérsico, parece que Arabia Saudí, más que todos, está preocupada sobre la influencia de la República islámica en la región. Aunque Teherán ha dejado claro que no tiene la intención de entrar en conflicto con ningún país árabe, los saudíes saben que el pensamiento revolucionario iraní entre los árabes tiene muchos partidarios lo que aumenta la resistencia contra el régimen sionista y también aumenta la oposición contra régimen autoritario de Al Saud.
Los apoyos incesantes de gobiernos como Arabia Saudí y Catar a los grupos takfiríes y terroristas como EIIL (Daesh) tienen como objetivo debilitar a los aliados de Irán en la región es decir Siria, Irak y Hezbolá de El Líbano y, si es posible, destruirlos. Es evidente que, para ejercer este plan, los occidentales, especialmente Estados Unidos, apoya a los países reaccionarios árabes. Por lo tanto, se puede concluir que el escándalo de los países árabes del sur del Golfo Pérsico para cambiar el nombre de esta vía fluvial antigua, además de provocar su incapacidad en otros ámbitos, termina inevitablemente en un resultado contrario al esperado.
Por ejemplo, Saddam Husein que un tiempo fue pionero en tratar de cambiar el nombre de Golfo Pérsico e incluso de algunas ciudades sureñas de Irán, ahora él en el otro mundo va a recibir su castigo y el nombre del Golfo Pérsico como siempre sigue siendo “Golfo Pérsico”