Feb 01, 2021 05:45 UTC

ParsToday-Saludos cordiales a todos ustedes estimados queridos oyentes. Estamos en los días felices de la victoria de la Revolución Islámica de Irán. Una revolución que, con el paso de 42 años, aún sigue tan viva y fresca como los primeros días.

 Los jóvenes revolucionarios de hoy son más activos en la lucha contra la opresión y la arrogancia que sus padres en el año 1978. Aunque ellos no vieron ni comprendieron la corrupción y la miseria de los días antes de la revolución y no tienen experiencia de la revolución o incluso de la guerra impuesta, ahora están más avanzados en muchos campos de la cultura, la ciencia, la tecnología y la política que muchos revolucionarios de los primeros años de la Revolución Islámica.
 
La revolución de la nación iraní es sin duda uno de los acontecimientos más importantes e influyentes del mundo contemporáneo. Una revolución que se formó y ganó basándose en valores religiosos e ideas islámicas y creó el sistema de la República Islámica. Esta revolución tuvo lugar en un momento en el que las naciones del mundo habían aceptado o debían aceptar el gobierno y las ideas comunistas de Oriente o el dominio y los puntos de vista liberales del capitalismo del Occidente. Por eso, diferentes pensadores destacados han estudiado de diversas perspectivas la Revolución Islámica de Irán. Entre las diversas teorías que justifican e interpretan todos los tipos de revoluciones y gobiernos, la Revolución Islámica de Irán fue un fenómeno único que no concuerda con los cálculos de ninguno de los políticos y pensadores contemporáneos. Por supuesto, esta discrepancia estaba justificada; porque, durante continuos siglos, la religión no tuvo una participación seria en la política y eso era un tema aceptado en el mundo.
 
La antecedencia histórica de la idea de separar la religión de la política en el mundo islámico también se remonta a los reinados de los omeyas y los abasíes. Ellos, pese a denominarse califas y sucesores del Profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes), gobernaban al pueblo con innumerables opresiones.
 
Algunos científicos religiosos, para preservar la religión y liberar al Islam de lo que los gobernantes de las tierras islámicas denominaban religión, pensaron que el mundo de la política, contaminaba la religión y, por eso, alejaron la religión de la política. De hecho, aclararon el tema y no lucharon contra la usurpación del califato por parte de personas incompetentes e irreligiosas, evitando que unos gobernantes dignos pudieran sentarse en el trono y gobernar la sociedad de acuerdo con las enseñanzas del Islam.
 
Por supuesto, hubo quienes con picardía plantearon el tema de que el Islam, y los clérigos eran sagrados y no debían interferir en la política, lo cual era impío, porque al entrar en política, su santidad se rompía. De acuerdo con esta idea, la religión y la política tienen una naturaleza separada y el área sagrada de la religión debe mantenerse alejada de los juegos políticos para evitar su contaminación.
 
El Imam Jomeini (que descanse en paz), el gran arquitecto de la Revolución Islámica de Irán, para corregir esta idea desviada, escribió un libro titulado “Descubrimiento de secretos” unos treinta años antes de la victoria de la Revolución, en los años 1320-1321 de la hégira solar.
 
El Líder de la Revolución Islámica, en este libro, que puede considerarse su primera obra política, refiriéndose a la aleya 59 de la sura Las Mujeres escribe que Dios creó un gobierno islámico hasta el día de la Resurrección y es completamente claro que no hay que obedecer a nadie excepto a Dios, el Profeta y los que están en autoridad. En este libro, el Imam Jomeini también considera que supervisar el gobierno, es el deber de los clérigos y juristas y escribe: “El único gobierno cuya sabiduría se considera correcta y se debe aceptar con los brazos y la faz abiertos es el gobierno de Dios ... No debemos negar que el gobierno tiene que ser administrado por un jurisprudente, pero decimos que el gobierno debe regirse por la ley de Dios, basándose en el interés del país y del pueblo, y esto no debe hacerse sin la supervisión de los clérigos”.
 
 Sin duda, el Imam Jomeini ha sido la mayor persona que revivió el Islam después de los Imames. Revivió la religión del Islam tanto en dimensiones epistemológicas como prácticas. ¡Por supuesto, el renacimiento del Islam puro de Mohamad (P)! Porque desde el punto de vista del Imam, el régimen de Pahlavi era como los gobiernos omeya y abasí, que aparentemente aceptaban el Islam, pero impedían la realización del verdadero Islam. Por eso, al introducir el verdadero Islam, el Imam Jomeini usó el término “Islam puro de Mohamad” y al presentar los islames desviados, usó el término “Islam estadounidense”.
 
El ayatolá Jamenei, que después del Imam Jomeini, asumió la responsabilidad de administrar esta gran revolución islámica, ha dicho sobre la expresión de estos dos términos: El Islam estadounidense es algo llamado Islam que sirve a los intereses de las potencias arrogantes... El Islam estadounidense es el Islam de unas personas inclementes que solamente piensan en sí mismas y en el bienestar de sus intereses mundanos. Para ellas, Dios y la religión son vistos como el capital de los comerciantes, un medio para obtener oro o poder, y todas las aleyas y narraciones que van en contra de su voluntad e interés, se olvidan con rudeza o se interpretan sin pudor. ... Sí, este es el Islam estadounidense que aleja a la gente de la política y la comprensión y el debate político real. Pero el Islam puro de Mohamad considera la política como parte de la religión e inseparable de ella, y pide a todos los musulmanes que comprendan y practiquen la política, y esto es algo que las naciones musulmanas siempre deben recordar sobre su difunto Imam”.
 
Es interesante saber que, al comienzo del movimiento del Imam Jomeini, a la atmósfera que prevalecía en la sociedad no le gustó la entrada de los clérigos religiosos en la política. Sin embargo, el Imam Jomeini (que descanse en paz), confiando en las claras enseñanzas del Corán y la vida del gran profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes), con firme voluntad y confianza en Dios, Todopoderoso, continuó su actividad política junto con la actividad religiosa. Al principio, trató de corregir los comportamientos del régimen del shah de acuerdo con las condiciones y capacidades de la sociedad. Pero después de un tiempo, cuando los motivos religiosos y divinos dominaron en la sociedad y se esclareció más la lucha del régimen de Pahlavi contra la religión, el Imam Jomeini inició una nueva etapa de la lucha con el objetivo de cambiar el sistema.
 
El régimen gobernante en Irán antes de la revolución, trataba de destruir y debilitar las creencias, la fe y el pensamiento religioso del pueblo. El régimen del shah hizo grandes esfuerzos por crear pesimismo sobre los líderes religiosos, fortalecer las sectas desviadas y reemplazar la cultura islámica por la cultura occidental. Pero, a pesar de estas actividades, el Islam fue el foco principal de la cultura iraní. De hecho, la creencia de que esta religión garantiza la justicia, la libertad, la paz y la seguridad y el avance espiritual de los seres humanos, se convirtió en el motivo del movimiento y la revolución de millones de iraníes.
 
El Imam Jomeini comenzó su discurso crítico en el 1341 de la hégira solar después de la aprobación de la Ley de asociaciones estatales y provinciales. Porque esta ley, más que cualquier otra cosa, propiciaba el terreno para una mayor influencia y dominación de Estados Unidos e Israel sobre Irán. Las protestas y los discursos político-religiosos del Imam, concluyeron en el levantamiento del 6 de junio. El levantamiento fue temporalmente controlado por el salvajismo, las masacres y la ley marcial. Pero 15 años después, la ira del pueblo estalló nuevamente y prendió fuego al régimen opresor del shah.
 
Ahora, la República Islámica de Irán, con su resistencia de 42 años contra todo tipo de conspiraciones, es un país libre, poderoso, digno, religioso, avanzado en ciencia, poseedor de un récord en la aceleración del progreso científico, una potencia regional e influyente en las ecuaciones globales. Este crecimiento y desarrollo en varios campos científicos, culturales, políticos y militares que han asombrado al mundo entero, se ha logrado bajo el gobierno de un sistema religioso y es un regalo de Dios a la nación martirizada de Irán. Tal como el Imam Jomeini en su testamento presenta a la Revolución Islámica como un “regalo divino e invisible” y dice que no hay duda de que la Revolución Islámica de Irán está separada de todas las revoluciones. Tanto en el origen como en la calidad de la lucha y en la motivación de la revolución y el levantamiento. Y no hay duda de que esto es un regalo divino e invisible que ha sido proporcionado por Dios, Todopoderoso, a esta nación oprimida y saqueada.
 
P/MK/NL

 

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