Feb 04, 2021 06:57 UTC

ParsToday - Estimados oyentes, estamos a su servicio con otro espacio más de la serie de los especiales dedicados al cuadragésimo-segundo aniversario de la Década del Alba de la Revolución Islámica de Irán, en la que les daremos a conocer con una de las consignas más importantes de la misma, a favor de la independencia nacional de Irán durante la Guerra Fría y el ambiente bipolar entre los dos bloques del Este y del Oeste.

Se trata del lema de “Ni Este ni Oeste”, que sirvió de base de la política exterior de Irán en los años posteriores al triunfo de la Revolución Islámica de 1979 y que trajo la independencia de Irán en el escenario internacional.
 
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y debido a la formación de un sistema bipolar y al establecimiento de un nuevo sistema de equilibrio en el escenario internacional conocido como Guerra Fría, casi todos los países se vieron obligados a incorporarse a uno de los dos bloques del Oeste y del Este, dirigido por EE.UU. y la Unión Soviética, respectivamente.
 
Pero coincidiendo con el apogeo de la lucha anticolonialista en el mundo, algunos países asiáticos y africanos decidieron emprender una política independiente en las relaciones internacionales para liberarse de su dependencia de los citados dos bloques y de Washington y Moscú.
 
 
Con este motivo, en abril de 1955, tuvo lugar en Bandung, Indonesia, la primera conferencia de países asiáticos y africanos para establecer un nuevo bloque no alineado.
 
 
En el evento, los representantes de los países participantes hicieron elogios del Dr. Mohamad Mosadeq, primer ministro legítimo del gobierno iraní hasta agosto de 1953, como pionero de la política no alineada en el tercer mundo y sus luchas contra el colonialismo. Mosadeq, por impulsar la nacionalización de la industria petrolera de su país, fue desbancado del poder mediante un golpe de Estado en 1953, organizado por EE.UU. y el Reino Unido.
 
 
En otra conferencia, celebrada en septiembre de 1961 en Belgrado, capital de la ex Yugoslavia, los países del Movimiento de Países No Alineados tomaron como modelo la “política de equilibrio negativo” adoptada e implementada por Mosadeq durante los años de la nacionalización de la industria petrolera y la lucha contra Gran Bretaña, con lo cual el líder persa pudo acabar con la intervención de los países poderosos en su país presentando un modelo práctico de no alineación a los amantes de la libertad del planeta en un mundo bipolar.
 
 
Aparte de las enseñanzas religiosas y coránicas, que rechazan dependencia de otros y toda dominación, lo que se planteó en la Revolución Islámica de Irán bajo el lema de “Ni Este ni Oeste” estaba arraigado, histórica y políticamente, en la “política de equilibrio negativo”, que se formuló en la época de la nacionalización de la industria petrolera en Irán y que más tarde se convirtió en un modelo a seguir por los países miembros del Movimiento de Países No Alineados.
 
 
La “política de equilibrio negativo” significaba la independencia del país de la intervención de las potencias extranjeras, incluyendo cualquier poder que quisiera impedir el desarrollo político, económico, social y cultural de la sociedad estableciendo una relación hegemónica y desigual.
 
 
El pueblo iraní sostenía que la independencia nacional y la no intervención de los extranjeros en los asuntos internos de su país era un derecho natural e inalienable, y no estaba dispuesto a dar marcha atrás en este derecho teniendo en cuenta las desagradables experiencias históricas de la injerencia de Rusia y el Reino Unido en la nación persa.
 
 
Para la “política de equilibrio negativo”, todas las potencias extranjeras eran iguales. Esa política rechazaba enérgicamente el principio de “liberación del Oeste a expensas de la dependencia del Oriente”. Similar a la denominada política de “tercera fuerza”, adoptada por el gobierno iraní en un corto período de tiempo, cuando Amir Kabir era el Ministro Principal en la época de los qayares, con la diferencia de que la “política de equilibrio negativo” tampoco confiaba en una tercera fuerza, sino en la concientización del pueblo y su apoyo.
 
 
La “política de equilibrio negativo” del entonces Gobierno constitucional de Irán en la lucha por la nacionalización de la industria petrolera se convirtió en un modelo a seguir por muchos países oprimidos del mundo para lograr la independencia y adoptar una política de la no alineación con los dos bloques del Este y del Oeste. Sin embargo, tras el golpe de Estado pro-estadounidense y pro-británico de 1953 en Irán contra el gobierno del primer ministro Mohamad Miosadeq, el Sha de Irán, un déspota, cambió la política exterior del país de “equilibrio negativo” y  a la de alineación con el nacionalismo positivo y de lazos con el Occidente, sobre todo con EE.UU.
 
 
El Sha, que debía su trono a los norteamericanos, se convirtió oficialmente en miembro del bloque occidental y en un gobierno títere de EE.UU. y Occidente al otorgar muchos privilegios económicos, políticos y jurídicos y al cerrar acuerdos militares y en materia de seguridad con Washington.
 
 
Confiando en el apoyo de EE.UU., en los abundantes ingresos petroleros y en los avanzados equipos militares comprados a ese país, el Shah creó una atmósfera sofocante en Irán.
 
 
El gobierno despótico de Mohamad Reza Pahlevi, además de destruir la independencia del país y hacerlo dependiente de los gobiernos occidentales, especialmente de Estados Unidos, también eliminó las libertades políticas y civiles del pueblo y convirtió al gobierno constitucionalista en una monarquía absoluta y autoritaria que reprimía a todos los opositores y no permitía ninguna crítica a nadie.
 
 
 Bajo tales circunstancias, ocurrían la Revolución Islámica de Irán, liderada por el Imam Jomeini, con el objetivo de recuperar la independencia y libertad del pueblo.
 
 
El Imam Jomeini pudo convertir la independencia en uno de los ejes principales del discurso de la Revolución al formular la consigna “Ni Este ni Oeste” poniéndolo a la cabeza de la política exterior de la República Islámica.
 
 
Dicho lema sirvió de base para trazar los principios de la política exterior de Irán en la Constitución de la República Islámica, de modo que en el artículo 152 de la misma se lee: “La política exterior de la República Islámica de Irán se basa en la negación de toda dominación o sometimiento a ésta, la salvaguarda de la independencia en todos sus aspectos, la integridad territorial del país, la defensa de los derechos de todos los musulmanes y la no alineación con las potencias dominantes, así como en las relaciones pacíficas recíprocas con los Estados no beligerantes”.
 
 
Este artículo constitucional y la consigna “Ni Este ni Oeste”, instalada encima del portal de la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, indican la independencia del país en el escenario internacional y la negación de dominación y dependencia de otros países, especialmente de las potencias del Este y del Oeste, pero no significa negación de una relación positiva y basada en el respeto mutuo con otros países.
 
 
Dicho de otra forma, el cumplimento del lema “Ni Este ni Oeste” busca rechazar el dominio extranjero, pero no quiere romper los lazos con otras naciones.
 
 
En consecuencia, la República Islámica siempre ha tratado de mantener buenas relaciones con otros países preservando su independencia del Este y del Oeste.
 
 
 
Esto ha sido la base de la política exterior de Irán bajo el liderazgo el ayatolá Seyed Ali Jamenei en los últimos 30 años. Al respecto, el Líder de la Revolución Islámica dice que” las líneas principales de la política exterior de la República Islámica, cuya base principal es el lema de “Ni Este ni Oeste”, no han cambiado y nunca cambiarán. Este principio significa no ceder a las demandas excesivas y arrogantes y enfrentarse seriamente con los que quieran agredir los intereses de la Ummah islámica”.
 
 
 
P/FE/JP

 

Tags