Mar 11, 2019 07:51 UTC

ParsToday-Pouran Derakhshandeh, cineasta, productora, guionista e investigadora iraní, nació en 1951 en la ciudad de Kermanshah, en el oeste del país persa.

Derakhshandeh se graduó en dirección de cine antes de la Revolución, en 1975, en la Escuela Superior de Cine y Televisión de Teherán. Comenzó su carrera profesional con la producción de documentales para la televisión de Kermanshah y, posteriormente, para la televisión de Teherán. Nada más empezar a trabajar, produjo el filme "La peste", un documental sobre cómo afectó esta enfermedad a la provincia de Kurdistán. Al mismo tiempo, dirigió otras obras sobre las ceremonias y la música tradicionales de diferentes regiones de Irán. Mientras, para la televisión iraní, produjo varios documentales de investigación sobre las mujeres kurdistaníes y su trabajo artesanal, los cuales figuran como obras destacadas en el campo de documentales de televisión.

 

Esta cineasta siempre se enfocó en asuntos y problemas sociales, una visión que se observan en sus obras de los primeros años del triunfo de la Revolución Islámica (1979), por ejemplo, en el periodo 1979-1980, produjo el filme "Giran las ruedas", que examina la depresión económica y social y el cierre de la fábrica nacional de automóviles. "Shokaran", otro documental de la cineasta, se centra en la adicción y consta de 17 capítulos que exploran las dificultades que afrontan hombres, mujeres y niños adictos a los estupefacientes, el contrabando de drogas, y los medios de prevención del abuso de estas sustancias. La producción de esta serie duró de 1980 a 1982.

 

La señora Derakhsahnde, hasta ahora, ha desempeñado el rol de directora en nueve filmes cinematográficos cuyos títulos son: "Relación" (1986), "Un pequeño pájaro de la felicidad" (1987), "Paso dentro de Polvo" (1988), "Tiempo perdido" (1989), "Un amor sin fronteras"(1998) "La Vela en el viento"(2003), "Sueño mojado" (2005) y "Niños eternos'' (2006). Ella ha sido galardonada con diferentes premios nacionales e internacionales. El Diploma de Honor para "Un pequeño pájaro de la felicidad" en el Festival de Cine de Argentina de Mujeres (1988), y el premio "Antorcha de Oro" por la misma película en el Festival de Film Fest de Corea (2001); así como el premio especial por "Relación" en el Festival de Giffoney de Italia, son solo una muestra de los galardones que ha recibido esta gran artista persa por sus obras.

 

Derakhdhande es considerada una de las mujeres cineastas iraníes que tras la Revolución estableció un ámbito sano en el cine persa y, desde que se inició en el campo de la dirección, se enfocó en conflictos sociales de la familia y la sociedad. Esta cineasta de 68 años, considera el cine social como la mejor y la más eficaz herramienta para mostrar los problemas y asuntos de los adolescentes y otros a nivel de la sociedad.

 

Derakhshande entró en el campo cinematográfico con la producción del melodrama "Relación" en 1986, que trata la historia de un chico discapacitado a nivel auditivo. Ella, en esta cinta, se empeña en mostrar los desafíos que este adolescente enfrenta en su vida y, en particular, en su relación con la gente de su entorno. Esta cineasta, gracias a la amplia investigación que hace del tema, pudo presentar un trabajo diferente, el cual obliga a los espectadores a meditar sobre ese problema social. La presencia eficaz de la profesora del adolescente es un punto a subrayar en esta obra, el cual desempeña un importante rol en la conexión del filme con la audiencia.

 

El siguiente filme de Derakhshande, llamado "El pequeño pájaro de la felicidad" aborda la vida de una adolescente que perdió su fuerza de expresión debido a un trauma psicológico, pero con la ayuda de su profesora, regresa a la vida normal. El eje de esta película es la acción brillante de sus actores, sobre todo, de la protagonista, quien por primera vez aparecía ante cámaras. En sus otros dos filmes, "Paso dentro del Polvo" y "Tiempo Perdido", esta directora iraní se centra en las relaciones emocionales, lo que hasta un cierto punto perjudicó sus obras. Posteriormente dirigió la película "Un amor sin fronteras", grabada en EE.UU., como una respuesta a la cinta anti iraní "Nunca sin mi hija".  Ella, en "Un amor sin fronteras", sigue las relaciones de una familia y los problemas que surgen después de emigrar debido a las diferencias culturales y su encuentro con una banda que se dedica al contrabando de drogas.

 

Otras dos cintas de la misma directora, "Una vela en el viento" y "Sueño Mojado", regresan a las preocupaciones sociales, en particular del entorno juvenil, y plantean el problema de la adicción a las drogas en este sector con temas como la huida del hogar. Derakhshande cree que los filmes sociales hablan del honor y las realidades del hombre que, lamentablemente, a veces, para expresarlos, obligan a chocar con algunas líneas rojas. Sin embargo, el cine social, a su juicio, debe considerarse una oportunidad de acercarse a estos obstáculos para extraer los problemas más grandes y ocultos de las esferas bajas de la sociedad, y manifestar cuán peligrosos son a fin de buscar una solución.

 

Derakhshande figura entre las cineastas que, con la producción de obras sobre temas sociales, ha ayudado al fortalecimiento del cine iraní. Ella dice: "Desde mi punto de vista, todas las películas deben conllevar la identidad del mismo país. El cine debe poseer en sí mismo la cultura, la civilización, las costumbres, la religión y todas las características de enseñanza y educación de una región del mundo, de modo que pueda convertirse en un arte atractivo para toda la gente".

 

Derakhshande sigue un camino de compromiso social y, consultando los fenómenos anti-normas, trata de expresar los peligros que siempre amenazan la unidad de la familia. El punto común de todas las cintas de Derakhshande es su interés por plantear los asuntos sociales y psicológicos en el campo familiar, lo que se califica como patología social de la familia o psicología social de la familia. Pese a que este proceso ha experimentado muchos altibajos, se puede afirmar que la historia del trabajo de esta cineasta mantuvo su naturaleza.

 

Su última película "Hish, las chicas no gritan", narra la historia de una adolescente que está cansada de las creencias supersticiosas y vulgares y se esfuerza por librarse. La audiencia de esta película no es sólo adolescente, sino también adultos. 

 

Mis queridos amigos, en segunda parte del programa de hoy, estudiamos sobre una famosa figura del cine social iraní desde hace más de cuatro décadas, que ha presentado obras serias sobre crítica social y es considerado uno de los cineastas más importantes en este campo.

 

El cineasta y guionista Masud Kimiyae, uno de los más polémicos del cine iraní, nació en Teherán en 1941. Comenzó su carrera como ayudante de dirección e hizo su debut con el filme "Come Stranger", en 1968. Pero se hizo famoso con el estreno de la segunda película que dirigió, en 1969, titulada "Gheisar", la cual fue considerada un punto de inflexión en el cine iraní, ya que representa la ética y la moral de la clase obrera pobre romántica a través de su protagonista principal llamado Gheisar. Este filme se convirtió en un gran éxito de taquilla y abrió el camino a muchos cineastas jóvenes y con talento que nunca antes habían tenido oportunidad en la industria cinematográfica. Además, esta película de Kimiyae dió origen a otro género en el cine popular iraní: el drama de acción trágica.

Masud Kimiyae

 

 

En el año 1969, "Gheisar" y la película "La vaca", dirigida por Dariush Mehrjui, provocaron un cambio histórico en la industria del cine iraní. Ambos filmes construyen la base de la llamada Nueva Ola del cine persa. Kimiyae, en sus posteriores películas, siguió repitiendo el concepto del levantamiento personal ante los valores sociales. Un proceso que, a pesar de propagar valores humanos como la fidelidad, llevó un mensaje de lucha de la sociedad por el respeto de las normas y lo justificó con razones, como un mal funcionamiento de la ley.

 

En 1976, Kimiyae dirige el filme "Ciervos" que, a juicio de algunos críticos, se considerada la película política más destacada de este artista. En esta obra se enfoca en dos características diferentes, que finalmente se complementan teniendo un fin tanto trágico como épico. Esta película provocó diferentes reacciones entre el público y los críticos, además de influir en otros cineastas de la época. Su otro film "Viaje de Piedra", donde narra el levantamiento de un pueblo contra los opresores, recibió el premio de la Organización Católica Internacional de Cine (OCIC) en el Festival de Cine Internacional de El Cairo en 1979. Según explicó el jurado de dicha organización, dio el premio a "Viaje de la Piedra", porque el filme denuncia la explotación del hombre y llama a un orden social más justo.

 

Masoud Kimiyae, tras la Revolución Islámica, dirigió 17 obras cinematográficas. El tema de la mayoría de sus obras fueron las creencias y los valores desaparecidos. Kimiyae aborda el honor, la amistad y la caballerosidad e involucra a sus héroes con estas características en una sociedad llena de problemas y prejuicios como la de hoy. Algunos de estos valores podrían ser aceptados por la gente común, pero están en contradicción con la vida moderna. Los críticos apuntan a la ruptura de las normas como uno de los desafíos de este director. Para los comentaristas que cuestionan las obras de Kimiyae, la creación de personajes que rompen las normas es solo una insistencia obstinada de una idea incorrecta, la cual cuestiona el rol de las instituciones legales y sus funciones en la sociedad de hoy.

 

La mayoría de los críticos concuerdan en que la cinta más coherente y destacada de este cineasta es "Diente de Serpiente", realizada en 1989, cuyo tema es la guerra impuesta por el dictador iraquí Saddam contra Irán, y la forma en que esta guerra afecta al pueblo iraní en los márgenes de las grandes ciudades. En el año 1991, fue galardonado en el Festival de Cine Internacional de Berlín por este filme, el cual es considerado una obra eterna para el cine social iraní.

 

Otras obras del mismo cineasta son "Sargento", "Comercio", "Cena", "Mercedes", "Protesta", "Soldados de Viernes", "Orden", "Jefe", "Juicio en Calle" y "Crimen", los que revela su interés por los asuntos sociales. Kimiyae destaca por su habilidad de escribir diálogos y monólogos basados en el lenguaje tradicional de la gente común, ya que conoce muy bien los proverbios del Teherán antiguo. Además, puede crea anti-héroes con figuras míticas. Su principal interés es mostrar un personaje capaz de enfrentarse a la justicia, la cual considera ineficaz e incompetente. Este enfrentamiento, en sus primeras obras lo representa mediante los sistemas policiales y judiciales, posteriormente, lo dirige hacia terratenientes, en un período de oposición contra el modernismo y desarrollo del urbanismo.

Lo que se puede decir con toda firmeza es que las tendencias políticas están presentes en todas sus obras de manera obvia u oculta. Sin embargo, hay que entender que no se puede calificar todas las obras de Kimiyae como propias e ideales del cine social, ya que presenta imágenes sobre su visión personal de la sociedad y su enemistad con todos los aspectos del nuevo mundo y de una dependencia al pasado.

 

Kimiyae, pese a tratar temas como la pobreza, la adicción a las drogas, la infidelidad o traición a la amistad, como parte de los problemas sociales, no trata el respeto o la moral o la reforma del sistema económico-cultural como solución a estos problemas. En sus obras, a menudo se observa al personaje utilizando un arma para defenderse de los criminales, siguiendo el camino de la venganza. Entonces, los filmes de Kimiyae no aprovechan de los conceptos sociológicos, y sus héroes no son ejemplos dignos para la sociedad ni para la vida real. 

 

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