Mar 25, 2019 07:52 UTC

ParsToday-Queridos amiogs, este programa aborda uno de los temas muy importantes del cine social persa, el cual es considerado una de las grandes preocupaciones de los cineastas iraníes, es decir, las mujeres y todo lo concerniente a este género y la conducta de los cineastas al respecto.

Revisando la historia de la presencia de la mujer iraní en los diferentes escenarios sociales, culturales, políticos y científicos, observamos su éxito notable en medio de las dificultades del mundo de hoy. De hecho, la presencia de las mujeres persas se ha convertido en un ejemplo. Indudablemente eso es gracias a la Revolución Islámica

 

Actualmente las mujeres iraníes desempeñan un rol clave en todos los campos del arte cinematográfico. Al echar un vistazo a la historia de 112 años del cine persa, nos encontramos con abundantes películas dedicadas a las mujeres, sin embargo, muy pocas han podido representar correctamente y sin alienación a la mujer en el campo social. La presencia de la mujer en el cine iraní se inicia con la película "Hachi Agha, actor del cine", estrenada en 1932, donde la hija del protagonista quiere casarse con un hombre de cine. Su padre, Hachi Agha, está en contra del cine y le impide contraer matrimonio. El futuro yerno, ocultamente filma a la chica y la introduce en este arte. La primera actriz del cine iraní fue una señora cristiana, llamada Asia Ghostanian, quien participó en distintas películas en la década de los 50.

 

Durante el gobierno del derrocado shah, Mohammad Reza Pahlavi, afectaron las estructuras sociales y culturales del país, de modo que el modernismo, con sus políticas basadas en la libertad superficial de las mujeres, cambió esencialmente la vida de una parte de las féminas iraníes. Las creencias tradicionales de la sociedad, fueron apuntadas en estos cambios impulsados por el Gobierno a través de los medios de comunicación, como la televisión y el cine. La mayoría de los cineastas de filmes iraníes antes de la Revolución, mostraban a las mujeres como prototipos seguidores de la moda y aparentemente modernas, y las usaban para incrementar las atracciones comerciales del filme. Las mujeres no tenían una identidad propia y, en la elección de las actrices, no se tomaba en cuenta sus capacidades interpretativas. La mujer en este cine era una muñeca de casa, de fiesta o de centros de corrupción.

 

El cine de Irán, en la década de los sesenta, compitió con películas extranjeras, especialmente del Occidente, distanciándose cada vez más de las normas tradicionales de la sociedad musulmana iraní. El estrato medio de la sociedad era una audiencia fiel a las películas extranjeras que las convirtieron en sus favoritas. Eso hizo que los cineastas iraníes copiaran y pusieran como base de sus cintas el baile, las canciones y las relaciones ilegítimas entre el hombre y la mujer. Acompañando a estos cambios sociales y tradicionales de la sociedad, la mujer no tradicional y denominada "moderna" era representada en un marco positivo como una heroína o modelo.

 

En esta era, las escenas de melodramas, escenas inmorales, farsas, formaban parte de los guiones de las películas iraníes con la mujer como centro. A decir verdad, la mujer, en estas obras, representa a una criatura débil y presa de su género, que necesitaba ser salvada por un hombre. Esta figura era el tema básico de la mayoría de películas de este género cinematográfico.

 

Desde 1973, aunque el cine iraní se chocó con el fracaso comercial, siguió presentando a las mujeres en roles negativos y criminales en la sociedad. Si echamos un vistazo a los oficios de las mujeres en el cine corrupto de la esa era, la prostitución, ser cantante o bailarina eran los roles más comunes de las féminas. Sin embargo, esta situación inmoral y corrupta no duró mucho tiempo y la gente musulmana de Irán y amante de la libertad no soportó esta corrupción y desvergüenza, y se levanta contra los diferentes pilares del sistema imperial. Protestaron  contra la dependencia política, y económica, pero sobre todo, por la subordinación cultural a los extranjeros. Este rechazo es considerado uno de los motivos más destacados del levantamiento revolucionario del pueblo iraní en 1979. Tras la Revolución Islámica los sabios consejos del Imam Jomeini esclarecieron el camino del arte y la cultura sobre todo del cine. En este sector mejoró notablemente tanto el lugar de la mujer iraní que pasó a ser valorada por sus características y se motró a las iraníes como pacientes, comprometidas y expertas mujeres del mundo. Las mujeres y su papel influyente, desde el punto de vista del Imam Jomeini y del ayatolá Seyed Ali Jamenei, tienen un lugar especial debido a que ocupan un alto lugar en la misma fe islámica. Las oportunidades iguales de crecimiento científico, educativo, servicio públicos y su participación en las elecciones y escenarios culturales de la sociedad, todo esto da prueba de la presencia activa e influyente de la mujer iraní en la sociedad tras la revolución. Entonces, en el cine también se empezó a mostrar su verdadera figura, conservando su dignidad humana y su pureza como la base de la familia. Después de Revolución Islámica, los cineastas no convocan más a las mujeres para usarlas como herramientas de aumento del índice de ventas.

 

A través de un estudio histórico, se puede ver que, en los primeros años desde la Revolución Islámica se produjo un retroceso, de hecho, se ven pocos filmes con una mujer como protagonista y desempeñando un rol activo. No obstante, después de la aprobación de reglas para producir películas, las mujeres volvieron a aparecer en la pantalla del cine desarrollando la cultura y los pensamientos islámicos. Ahora más mujeres se dedican a esta profesión, siendo ellas el tema principal de la mayoría de cintas.

 

Con la producción del melodrama "Crisantemos" de Rasol Sard Ameli, poco a poco las mujeres aparecen, aunque al principio su presencia fue muy limitada y con roles marginales pero, con el transcurso de los años, cambió la función de la mujer en el cine iraní y empezó la era donde la imagen que se presenta de las mujeres estaba más acorde con su realidad en la sociedad.

 

En los próximos programas nombraremos algunos ejemplos famosos del cine social persa en relación con las mujeres.

 

Queridos amigos, en la segunda parte del programa de hoy a seguir revisando el cine iraní y la imagen que representa la mujer tras la Revolución Islámica A principios de la década de los 80, las mujeres fueron representadas en roles estereotípicos, marginales y basadas en creencias tradicionales.

 

La mujer a menudo era la madre en melodramas dolorosos que, con sacrificio, apoyaba a otros. En la mayoría de los casos se representaba una imagen opresiva  de la mujer en una sociedad patriarcal, donde las féminas no tenían poder para expresar sus ideas, los matrimonios no finalizaban en divorcio y las mujeres con toda paciencia, aceptaban la culpa de otros. Sin embargo,  la vida real no era tan homogénea y existían familias con dificultades muy serias. Así, poco a poco, los directores se dirigían a la vida real de las mujeres y se atrevieron a presentar sus problemas. La película más destacada en esta categoría es el film "Yegua" de Ali Zhakan, que narra la vida de una mujer aldeana y los problemas que pasa después de la muerte de su esposo para mantenerse a sí misma y a sus hijos. Toda su riqueza es un yegua, y su hermano quiere apoderarse de ella  a como dé lugar. Así la mujer entra en una dura batalla con su hermano, enfrentándose a niveles de entre de la vida y la muerte. Esta película, "Yegua", con su historia amarga y real, aprovechando el caso de la pobreza cultural y económica, trata de las dificultades de la vida de una madre soltera.

 

Tras este filme poco a poco los cineastas se dirigieron a temas más palpables en sus cintas y trataron la necesidad de la dependencia económica de la mujer, lod matrimonios obligatorios e incluso atender sus problemas en caso de segundas nupcias. Este proceso se intensificó en la década de los 90 y el cine iraní tanto en cintas comerciales como intelectuales se centró en el tema de las mujeres. Sin embargo, el cine intelectual se concentró más en los asuntos mentales y  psicológicos qie en el económico. Por ejemplo podemos mencionar el trabajo de Daryush Mehrjoe como un ejemplo para tratar temas en el campo de la mujer.

 

Este cineasta en su película "Hamoon" trata el esfuerzo de una mujer y un hombre para llenar su vacío espiritual y sus diferencias. Pero en sus próximos filmes titulados "Dama", "Sara", "Pari" y "Leila" totalmente examina los asuntos de las mujeres. Lo que ocasionó calificar a estas cintas como películas femeninas. De hecho, Mehrjoe, expresando sus ideas filosóficas en el marco de historias cotidianas tangibles, trata de liberar a las mujeres de los melodramas superficiales y recuerda a la audiencia su rol serio en la vida.

 

Otro cineasta dedicado a asuntos de las mujeres es Mehdi Fakhim Zade, y su película "Esposa", considerada una de las más destacadas de comienzos de los 90, trata de los celos de un hombre por el puesto que desempeña su esposa en una empresa. El filme pone de relieve el esfuerzo de las mujeres para liberarse de una dictadura patriarcal, entre bromas, aborda las preocupaciones de las mujeres en las sociedades en vías de la modernización. En esa misma época, las mujeres cineastas también pisaron el escenario. Rakhshan Bani Etemad, ha producido obras con la mujer como eje de sus películas y ha podido representar los problemas de las mujeres en el cine. Filmes como "Narges", "Pañuelo Azul", "Bajo el piel de la ciudad" y "Dama de Ordibehesht" figuran entre sus obras con temas sobre la mujer.

 

 

La historia del cine iraní nos revela que presentar los asuntos de las mujeres en cintas sociales, no solo limita una mejora relativa de la situación de las fémina sino, como en cualquier otro lugar en el mundo, algunos en Irán también son partidarios y propagadores de pensamientos feministas y lo prescriben como una versión para la sociedad de las mujeres musulmanes. El feminismo tiene dos caras en el cine mundial, la primera se dedica a exagerar las características positivas y potenciales de las mujeres que lamentablemente resultan en una banalidad. La otra cara se centraliza en suprimir el género masculino y anexarles todo lo malo y negativo. Igualmente en el cine iraní, esta corriente se infiltró en algunos períodos y cineastas iraníes que se dedicaron a producir obras feministas.

 

La famosa cineasta persa Tahmine Milani se autodenomina vanguardista del género feminista en el cine iraní y casi todas sus obras se categorizan en la misma tendencia. En las obras de esta directora, los hombres son blanco de una fuerte negligencia hasta el punto que algunos críticos la consideran como anti machista  y critican fuertemente sus filmes. Esta destacada directora iraní, que ha dirigido seis largometrajes y ganado tres premios a lo largo de su trayectoria en el mundo del cine, siempre representa en sus cintas, a los hombres como agresores, egoístas, nerviosos, mentirosos, crueles y pocos confiables que molestan y dañan a su esposa, hijos y  más cercanos.

Cabe mencionar que, finalmente, la audiencia elige una idea que no sea solo un lema en apoyo de los derechos de las mujeres, y esto ha influido en el fracaso de las obras de esta directora en la taquilla.

 

Si deseamos hacer una conclusión de este debate, recordemos que había diferentes tendencias durante las décadas de los 80 y los 90 sobre las causas de las mujeres entre cineastas persas y cada uno lo ha visto desde su perspectiva, lo que resultó en la creación de un amplio espectro. Un cine que ha podido levantarse y renovarse de las cenizas de los años antes de la Revolución Islámica y llegar al auge de la fama, indudablemente tiene la capacidad de soportar distintas ideas y crear la oportunidad de experiencia para la generación joven de los cineastas. Esta misma libertad y esta convivencia de diferentes ópticas, figura como uno de los principales motivos del crecimiento del cine iraní.

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