Mar 28, 2020 05:49 UTC

ParsToday- Amigos , en el “Especial fin del año iraní 1398”, les ofreceremos la primera parte del tema titulado “El año 1398 desde el punto de vista del líder supremo de la revolución, el ayatolá Ali Jamenei”. Quédense con nosotros.

La República Islámica de Irán ha dejado atrás el año persa 1398, que finalizó el 19 de marzo de 2020, experimentando muchas pruebas difíciles.

La resistencia ante las presiones y amenazas de los enemigos y atravesar sediciones y disturbios que se impusieron al país, destacan entre las grandes pruebas de las que el pueblo iraní salió con éxito y con cabeza alta.

La importancia de esta resistencia, en el sector de la defensa y la autoridad militar, entre otros ámbitos, fue destacada en más de una ocasión en las declaraciones del Líder Supremo y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas durante el año 1398, quien en sus encuentros con los jefes militares del país insistió en la necesidad de dar continuidad a los avances en todas las áreas.

En una reunión con los responsables de la Armada iraní, el ayatolá Jamenei se refirió al despliegue de un extenso frente de los enemigos y  rivales ante  la República Islámica y señaló lo siguiente: "La República Islámica no tiene la intención de iniciar una guerra con nadie, pero debería aumentar sus potenciales al grado que los enemigos no solo tengan miedo de atacar nuestro país, sino que también, gracias a la solidaridad, la autoridad y la presencia efectiva de las fuerzas armadas en el escenario, el pueblo de Irán se ha quitado de encima la sombra de la amenaza”.

No hay duda de que la política de la República Islámica es mantenerse lejos de la tensión y la guerra. Pero Irán siempre ha transmitido a los enemigos el mensaje de que, en caso necesario, no solo defenderá su seguridad, sino que también, tiene la capacidad de enfrentarse con los que perturban la seguridad y la estabilidad en la región.

Al respecto, el ayatolá Jamenei destacó en un discurso la necesidad de potenciar al país en todos los aspectos, especialmente en el campo de la defensa y comentó que “no buscamos amenazar a ningún país, sino que queremos preservar la seguridad nacional y prevenir la amenaza". En cuanto a las sanciones de Estados Unidos contra Irán, el Líder Supremo especificó que las amenazas se convertirán en oportunidades. Las sanciones, que se consideran un acto criminal, pueden salvar al país de la dependencia del petróleo y resolver muchos problemas.

Estas declaraciones apuntan, de hecho, a la necesidad de mantener la vigilancia ante los objetivos de la guerra blanda y dura de los enemigos de Irán a nivel regional e internacional.

En este sentido y en una reunión con los embajadores, encargados de negocios y funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, el Líder Supremo puntualizó que el principal objetivo de la política exterior del país es garantizar y proteger los intereses nacionales en el verdadero sentido de la palabra.

Por otra parte y al intervenir ante miles de habitantes de la ciudad de Qom, el ayatolá Jamenei analizó las dañinas consecuencias de la presencia militar de los extranjeros en la región e hizo hincapié en que las naciones de la región y los gobiernos populares, sin duda no aceptaran la continuación de la presencia corrupta de Estados Unidos.

Al respecto dijo: “La presencia norteamericana en esta región y en cualquier otra parte del mundo, no ha reportado otro resultado sino guerra, disputas, sedición y la devastación de las infraestructuras, y ellos (EE.UU.) buscan lo mismo para la República Islámica. Su oferta de sentarse a la mesa de negociaciones con nosotros, es una antesala para intervenir en nuestros asuntos internos; por eso, debe acabar su presencia en la región”.

El Líder Supremo luego consideró que una de las obligaciones del pueblo en las condiciones actuales es la de identificar al enemigo y enfatizó: “No se debe incurrir en el error a la hora de identificar al enemigo. Aunque todo el mundo sabe que el enemigo es "la Arrogancia, el sionismo y EE.UU.", están haciendo un gran esfuerzo para valerse de complicadas técnicas propagandísticas para convencer al pueblo de que cambie de opinión respecto al enemigo”.

El ayatolá Jamenei manifestó que bajo las condiciones actuales, otra obligación del pueblo es detectar y contrarrestar los planes del enemigo y comentó que “la República Islámica no tiene sentido sin la voluntad popular, la ayuda y los votos positivos del pueblo, por lo que la gente debería detectar las tramas del enemigo y aprender las formas de enfrentarlas”.

Haciendo hincapié en que el enemigo consiste en Estados Unidos, el régimen sionista y un conjunto de empresas, saqueadores y opresores del mundo, agrupados bajo nombre de la Arrogancia, el guía supremo agregó que no hay  que considerar a algunos gobiernos dentro o fuera de la región como enemigos, hasta que no hagan nada a favor del enemigo.

El líder supremo manifestó que “lo que busca el enemigo es entorpecer la voluntad del pueblo y de los jóvenes y denunció que “están tratando de socavar la fe y el entusiasmo religioso del pueblo para así eliminar el poder ofensivo y defensivo de la República Islámica; desde luego, el complot de los estadounidenses no incluye solo este truco, sino que también, quieren golpear al sistema islámico en los ámbitos político, económico y de la seguridad”.

Tras señalar que la hostilidad del frente de los enemigos contra la nación persa es inherente y permanente y no estacional, el ayatolá Jamenei dijo que, “la solución es que nos hagamos poderosos en todos los aspectos políticos, económicos, militares y de seguridad, para que el enemigo no nos pueda golpear; entonces, será un craso error imaginar que si damos un paso para atrás o si cedemos un poco, EE.UU. abandonará su hostilidad contra nuestro país”.

Los acontecimientos del año iraní 1398 evidenciaron que no se debería caer en la ingenuidad y el optimismo al analizar las raíces de la hostilidad estadounidense. Lo que busca Washington es involucrar a Irán en una crisis  regional e internacional. Objetivo que al comienzo de la Revolución de 1979 fue perseguido en forma de una guerra impuesta (por Irak) y planes de golpe de Estado, pero falló.

Esta actitud hostil continuó luego en otras formas, como derrocar al sistema político desde dentro y a través de la guerra blanda, lo que tampoco reportó resultado alguno. En las últimas 4 décadas, Estados Unidos nunca ha dejado de ejercer presión económica y, con el arma de sanciones contra Irán, ha tratado de alcanzar sus objetivos, y en la actualidad intenta animar a Europa y a los países de la región a reducir sus vínculos con Irán.

Al respecto, el Líder Supremo siempre ha hecho hincapié en las buenas y crecientes relaciones con los vecinos y, en cuanto a los Estados europeos, ha dicho que “Irán no tiene inconveniente en seguir negociando con Europa, pero al mismo tiempo ya no se debe tener esperanza en ellos en lo que se refiere a nuestra economía y al acuerdo nuclear iraní (JCPOA, siglas en inglés) de 2015, al que consideró como un medio para salvaguardar los intereses nacionales y agregó “el JCPOA no es el objetivo sino el medio; lógicamente, si  llegamos a la conclusión de que con este medio no se puede  preservar los intereses nacionales, lo abandonaremos”.

Durante los últimos 40 años, Estados Unidos ha hecho todo lo que ha podido en contra de la Revolución, el pueblo y la República Islámica. Ahora, ha depositado toda su esperanza en crear fisura y división interna y obligar a Irán a ceder a la presión económica.

En reacción a estos complots, el Líder Supremo ha destacado la necesidad de aprovechar los múltiples potenciales económicos del país y, apoyándose en un informe de las entidades internacionales, ha añadido que Irán ocupa el primer lugar en el mundo en términos de potenciales no utilizados.

La experiencia de los últimos años demuestra que vincular todos los problemas económicos de Irán con el JCPOA y promover la idea de negociar con Washington es un gran error. La verdad es que el enemigo busca polarizar a las corrientes políticas y crear brecha en la unidad nacional; un movimiento pasivo que aún continúa.

P/FE/JP

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