Pars Today

Pese a los esfuerzos de los medios occidentales y de algunos países reaccionarios árabes para presentar a Irán como una amenaza para el Golfo Pérsico, no solo los expertos iraníes, sino también muchos analistas internacionales y think-tanks o centros de reflexión destacan el papel clave del país persa en garantizar la seguridad del estrecho de Ormuz. A juicio de los expertos, la medida de EEUU y algunos otros países para montar el denominado “Constructo de Seguridad Marítima Internacional” (IMSC, por sus siglas en inglés) no solo no ayuda a garantiza seguridad en el Golfo Pérsico, sino que también tiene efecto bumerán.

 

El exvicecanciller iraní para África y Asuntos Árabes, Hosein Amir Abdolahian, aludiendo a las políticas anteriores de EEUU y sus aliados en relación con la región de Asia Occidental y sobre todo el Golfo Pérsico, mantiene que “la alianza militar estadounidense en el estrecho de Ormuz es como repetir la ocupación de Irak y Afganistán e intensificará la inseguridad en la zona”.

 

Christopher Davidson, profesor de ciencias políticas de la Universidad Durham en Londres, en una parte en su libro titulado “El dominó de la caída en el Golfo Pérsico; el cuarto Despertar en el Oriente Medio”, menciona la hostilidad de ciertos países árabes en el Golfo Pérsico contra Irán como una de las causas de la inseguridad y el factor de los enfoques intervencionistas extranjeros de EEUU en esta región.

 

En opinión de Davidson, algunos regímenes monárquicos ribereños del Golfo Pérsico, tales como Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Baréin, han mostrado mal humor respecto a Irán en los últimos años, lo que es uno de los síntomas de su enfermedad de depender de las medidas de seguridad occidentales y de la presencia de bases militares occidentales en sus respectivos territorios.

 

Entre los renombrados expertos estadounidenses, John Mearsheimer, profesor de la Universidad de Chicago y destacado teórico de las relaciones internacionales, tiene una visión especial respecto a la seguridad regional, especialmente en el estrecho de Ormuz y el enfoque de Washington sobre este tema. En su opinión, el este y el sudoeste asiático y Europa son las prioridades estratégicas número uno, dos y tres para EEUU, respectivamente.

 

La importancia del Golfo Pérsico para EEUU no se debe sólo a que posee abundantes reservas de petróleo y gas, sino también porque China necesita fuertemente el petróleo que importa desde esta región.

 

Actualmente, Estados Unidos tiene desplegados más de 45 000 militares en Kuwait, Catar, Baréin, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Omán. Naturalmente, puesto que Washington considera a China como uno de sus enemigos, la presencia de estas fuerzas no es para garantizar la seguridad del transporte de energía al gigante asiático, sino interrumpir la seguridad en la región.

 

Incluso John Mearsheimer considera que uno de los motivos de la política de máxima presión norteamericana sobre Irán es impedir el suministro de petróleo a China por parte de Irán.

 

Algunos expertos estadounidenses reconocen el papel clave de Irán en garantizar la seguridad en el Golfo Pérsico y aseguran que si Irán decide bloquear el estrecho de Ormuz como respuesta a las medidas desestabilizadoras de Washington, EEUU no podrá hacer nada en la práctica.

 

Rockford Weitz, director del Programa de Estudios Navales de la Universidad de Tufts en EE.UU., confirma el poderío militar de Irán para controlar el estrecho de Ormuz y dice que “las fuerzas militares iraníes no necesitan una capacidad extraordinaria para bloquear el estrecho de Ormuz, ya que pueden hacerlo usando lanchas veloces, misiles o minas marítimas o submarinos. Como consecuencia, el transporte y la navegación se verán interrumpidos y el comercio de energía sufrirá serios daños, e incluso los suministros del petróleo podrían parar, lo que obligaría a muchas empresas internacionales a suspender el tránsito de sus petroleros”.

 

En cuanto al enfoque de Irán sobre la seguridad del Estrecho de Ormuz considerando los acontecimientos de 2019, Fyodor Lukyanov, presidente del Consejo de Política Exterior y de Defensa de Rusia, sostiene que ante la escalada de tensiones en el estrecho de Ormuz y el Golfo Pérsico, Irán está mostrando que no pretende dar marcha atrás ante las medidas unilaterales de EEUU y el Reino Unido, por lo que resulta difícil anticipar lo que sucederá en el futuro.

 

Otro experto ruso, Alexei Malashenko, cree que Irán al jugar un papel clave en la seguridad del éstrecho de Ormuz, ha demostrado que es capaz de responder a los desafíos y puede obtener lo que quiere, pero la guerra a ningún nivel beneficia a Teherán o Washington. Tampoco EEUU considera que le beneficia entrar en guerra, porque no será este el que la termine.

 

Abeer Kayed, experta en asuntos de Asia Occidental en la Universidad de Harvard, destaca la importancia del estrecho de Ormuz, especialmente en términos de impactos de la inseguridad en la economía de los países árabes de la región, y señala que “el estrecho de Ormuz es la vía principal de las exportaciones de petróleo de los países árabes litorales del Golfo Pérsico, de modo que el 80 % de las mismas se realiza a través de esta vía fluvial”.

 

Refiriéndose a una declaración del presidente iraní, Hasan Rohani, de que “no tiene sentido que Irán no pueda exportar su petróleo, pero que lo puedan hacer otros países de la región”, Abeer Kayed advierte de que todos los países exportadores e importadores de petróleo se verán perjudicados si el estrecho de Ormuz queda bloqueado. En este caso, la economía saudí recibirá el mayor grande golpe.  Irak, los Emiratos Árabes Unidos y otros países también correrán el mismo destino, y quizás su economía basada en el petróleo colapse dentro de poco tiempo.

 

De acuerdo con el experto Berman, el Gobierno iraní puede enfrentar a la economía mundial con problemas al aumentar el precio del crudo, no solo bloqueando el estrecho de Ormuz, sino también restringiendo el tráfico de los petroleros por esta importante vía marítima; en este caso, Estados Unidos no tendrá suficientes excusas para una intervención militar.

 

Irán puede restringir el tráfico comercial en el estrecho de Ormuz realizando ejercicios militares, lo que aumentaría los precios del petróleo en el mercado mundial.

 

A su vez, el think tank estadounidense Consejo Atlántico, en un informe titulado “Las sanciones hacen que Irán sea de suma importante en los cálculos mundiales de la energía”, sostiene que la seguridad del transporte de energía del Golfo Pérsico depende de Irán.

 

La demostración de fuerza de Irán en el estrecho de Ormuz es uno de los factores que ha aumentado el poder de Irán para eventuales futuras negociaciones. En este sentido, Irán está tratando de incrementar su poderío desempeñando un papel dominante en la estructura de seguridad del Golfo Pérsico. El aumento de la actividad marítima en el Golfo Pérsico es la estrategia más efectiva de Teherán para resistir ante la máxima presión de Estados Unidos.

 

Con su papel clave en garantizar la seguridad del Golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz, Irán sostiene que la seguridad de la región debería basarse en un sistema de cooperación regional. Al respecto, el canciller iraní Mohamad Yavad Zarif, en un discurso en Noruega, aludió al peligro de la guerra y el futuro del Golfo Pérsico y aseveró que la seguridad en el Golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz no puede garantizarse sin Irán.

 

Al calificar de poco constructivo el enfoque de los gobiernos extrarregionales respecto a la seguridad del estrecho de Ormuz, Zarif subrayó que la única opción es respetar el derecho internacional. Añadió que la seguridad en el Golfo Pérsico se logrará solo con la cooperación entre los países del área y dijo que la seguridad en la zona es la prioridad de Irán, por lo que propuso la formación de un foro de diálogo regional.

 

Estimados oyentes, esperamos que la octava parte del espacio “El papel clave de Irán en la seguridad del Golfo Pérsico” haya sido de utilidad para todos ustedes.

 

P/FE/NL