Mar 01, 2021 06:18 UTC

ParsToday - Hola queridos oyentes. Estamos a su servicio con el espacio “EE.UU. en la semana que pasó”, en el que haremos un repaso a las noticias más importantes del país norteño en este periodo de tiempo.

 El 19 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante su discurso en la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se celebró en formato virtual, abordó una amplia gama de importantes temas de política exterior y de seguridad del país norteño.
 
Entre otras cosas y al lanzar acusaciones contra Irán, Biden dijo: "Tenemos que hacer frente a las actividades desestabilizadoras de Irán en todo Oriente Medio, y trabajaremos en estrecha cooperación con nuestros asociados europeos y con otros a medida que seguimos adelante”.
 
Sin referirse a un retorno de EE.UU. al acuerdo nuclear iraní de 2015, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés) o al levantamiento de las sanciones a Teherán, Biden afirmó que "estamos preparados para volver a implicarnos en negociaciones con el grupo 5+1 sobre el programa nuclear de Irán".
 
 
La analista estadounidense Nahal Tousi comentó en el sitio web “Politico” que "las declaraciones de los estadounidenses desde distintas tribunas e incluso las hechas por el propio Biden insisten en que Irán no se adhiere al pacto nuclear, mientras que fue EE.UU. el que comenzó a violar las disposiciones de este documentó”.
 
A continuación, Biden dijo: "Los cuatro años pasados han sido difíciles. Pero Europa y Estados Unidos tienen que liderar una vez más con confianza, para enfrentar cualquier desafío y asegurar juntos nuestro futuro. Sé que podemos hacerlo”.
 
Al asegurar que la alianza transatlántica está de vuelta, Biden dijo que “Estados Unidos está plenamente comprometido con su alianza de la OTAN y no podemos permitir que el grupo EIIL (Daesh, siglas en árabe) se reagrupe y reanude sus actividades”.
 
Señaló que “si bien Estados Unidos está llevando a cabo una revisión exhaustiva de su propia postura de fuerzas en todo el mundo, he ordenado que se detenga la retirada de las tropas estadounidenses de Alemania, y EE.UU. va a interactuar con sus aliados europeos".
 
Biden puso énfasis en que Washington está plenamente comprometido con su alianza de la OTAN y la interacción con Europa diciendo que EE.UU. está decidido a recuperar su posición de liderazgo de confianza.
 
El mandatario norteamericano añadió que “la democracia prevalecerá y debe prevalecer. EE.UU. mantendrá la fe en el Artículo 5 de la OTAN. Un ataque contra uno es un ataque contra todos”.
 
En cuanto a Afganistán, Biden dijo: “Continuamos comprometidos a garantizar que Afganistán no vuelva a ser más nunca la base para ataques terroristas contra EE.UU. contra nuestros socios y nuestros intereses”.
 
En su alocución, Biden también lanzó acusaciones contra Rusia diciendo que “Moscú trata de socavar nuestro sistema de gobierno”, y pidió trabajar con los aliados europeos para contrarrestar las medidas de Rusia.
 
Biden acusó a China de los abusos económicos y dijo: “Nuestros desafíos con China son reales. Tenemos que prepararnos para una competición estratégica a largo plazo con China. Tenemos que impedir los abusos económicos y la coerción del gobierno chino”.
 
Al referirse a los peligros que suponen los cambios climáticos, Biden dijo que “esta es una crisis existencial mundial y todos nosotros sufriremos las consecuencias si fallamos”. Añadió: “Es por ello que a partir de hoy EE.UU. es oficialmente parte del Acuerdo de París”.
 
Biden igualmente expresó que “la amenaza de la proliferación nuclear sigue requiriendo una diplomacia cuidadosa y cooperación entre nosotros. Necesitamos transparencia y comunicación para minimizar el riesgo de un equívoco o de errores estratégicos. Es por ello que Estados Unidos y Rusia, ampliaron el Nuevo Tratado Start por cuatro años adicionales”.
 
 En plena crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus en EE.UU., los informes oficiales indican la reducción de la esperanza de vida en el país.
 
Según las estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), publicadas el 18 de febrero, la esperanza de vida en este país se redujo en un año durante la primera mitad de 2020 cuando la pandemia de COVID-19 causó su primera ola de muertes.
 
Es el mayor declive desde la Segunda Guerra Mundial, y ha permanecido en niveles bajos desde 2006.
 
Sin embargo, las estadísticas publicadas por los CDC, no reflejan del todo los efectos de la pandemia de la COVID-19 en la sociedad estadounidense.
 
Elizabeth Arias, una de las autoras del reporte, dijo: "El declive de la expectativa de vida en el primer semestre de 2020 fue la mayor baja desde la Segunda Guerra Mundial, cuando la expectativa de vida cayó en 2,9 años entre 1942 y 1943”.
 
Los datos también ampliaron las desigualdades raciales, étnicas y de género, las mayores en las más de dos décadas.
 
Ahora se espera que los estadounidenses vivan en promedio 77,8 años, frente a los 78,8 años de 2019.
 
La esperanza de vida disminuyó 2,7 años para los negros, a 72, la mayor baja entre los grupos demográficos en EE.UU, y disminuyó 0,8 años para los blancos, a 78.
 
Entre 2019 y la primera mitad de 2020, la esperanza de vida bajó 1,9 años para los latinos, a 79,9.
 
Diferenciado entre hombres y mujeres, la cifra bajó de 78,1 años a 75,1 para los primeros y, de 81,4 a 80,5 para ellas.
 
La expectativa de vida en Estados Unidos había disminuido incluso antes del inicio de la pandemia, tras un aumento gradual desde la Segunda Guerra Mundial. El aumento de las tasas de suicidio y de las muertes por el consumo de drogas y, por encima de todo, el impacto de la pandemia sobre ambos casos, destacan entre las eventuales causas de este asunto.
 
El número de muertos por el frío mortal que hace tiempo ha asolado el centro y el sur de EE.UU., va subiendo, lo que ha llevado a las autoridades a emitir alertas para más de 100 millones de habitantes, desde Texas hasta Nueva Inglaterra.
 
Los cortes de electricidad y agua en las regiones que enfrentan un duro frío, han obligado a un grupo de residentes a buscar refugio en otras áreas para huir de esta crisis, pero las malas condiciones de las carreteras y el problema de abastecimiento de la gasolina y el combustible de los vehículos, han complicado la situación.
 
Tras la crisis de frío sin precedentes en el estado de Texas, después de cortes de electricidad y problemas de calefacción, ahora más de 13 millones de personas se han quedado sin agua potable en sus casas y es casi imposible para ellos encontrar agua embotellada, y mucha gente se ha visto obligada a hervir la nieve.
 
Un texano ha publicado un video de personas haciendo fila para recibir agua potable, diciendo que aquí no es un país del Tercer Mundo, sino EE.UU.
 
Los estantes de las tiendas de comestibles también se quedan vacíos rápidamente. En Austin, capital de Texas, las fugas de agua y la ruptura de las tuberías principales por el frío, han dejado las reservas de agua casi vacías.
 
Más de 800 sistemas públicos de agua, que abastecen a 162 de las 254 ciudades de Texas, han quedado fuera de servicio. Según el director ejecutivo de la Comisión de Calidad Ambiental de Texas, Toby Baker, a siete millones de texanos se les ha aconsejado que hiervan agua del grifo para beber.
 
Esto sucede mientras millones de estadounidenses han tenido problemas para pagar sus facturas de gas y electricidad debido a la difícil situación económica causada por la pandemia de la COVID-19, que ha dejado a las empresas proveedoras de servicios en una crisis de ingresos.
 
 
 
P/FE/JP

 

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