Invitación divina V
ParsToday-Cada persona necesita una oportunidad para invocar a su Señor. Esta convocación al principio se inicia con una corta oportunidad que si es una invocación buena, abarca todo día y la noche de los seres humanos, se convertiría a una convocación permanente. Una bendición que Dios omnipotente otorga a sus creyentes, es por una autoconstrucción y meditación.
Estamos en el quinto día del mes bondadoso de Ramadán otra vez suplicamos a Dios y leímos el rezo de este día:
Oh, Dios mío, cuéntame entre aquéllos que te piden perdón y establéceme en este día entre los siervos benevolentes y obedientes, y cuéntame en este día entre los amigos más próximos a Ti, Por tu amor ¡Oh, el más Misericordioso de los Misericordiosos!
En el fragmento de este rezo iluminado pedimos perdón. Perdón significa arrepentimiento y pedir perdón de los pecados, es un acto agradable que causa acercamiento a Dios. Si los hombres no creen en amnistía y bendición de Dios y están desesperados sobre su futuro, no solo no perdonaran, sino día a día aumentara sus pecados. Pedir perdón al creador único, tiene bellos efectos en este mundo y en el otro mundo de los seres humanos. Hazrat Ali (P) decía, si alguien pide perdón buenamente, sus pecados serán perdonados. Además decía, arrepentirse elimina los pecados, pedir perdón, a Dios, cuando es continuo y junto recompensara el pasado, resolverá los problemas.
En este caso, la narración del Imam Hasan (P) el nieto de profeta del Islam (S) un hombre vino hacia el Imam Hasan y se quejo por carestía y hambre ante aquel Hazrat, y éste le dijo, pide perdón a tu Señor. Otro hombre vino y se quejo por pobreza. Él, también le dijo, pide perdón a tu Señor. El tercero vino y dijo al Hazrat: pide a Tu Señor y reza por mí, para que Dios me dé un hijo. El Imam Hasan le dijo, pide perdón a tu Señor. Los presentes que fueron testigos de todo esto y le preguntaron, los hombres vinieron y se quejaron de diversos problemas, tenían diferentes demandas, y usted les ha dicho a todos, pidan perdón a Dios, el Imam a la respuesta dijo, no lo he hecho por mí, sino es lo que Dios dice en el Corán, y Dios ha dicho, pide perdón a vuestro Señor, es muy indulgente, las aleyas 10 -12 de sura Noé
Y he dicho: pedid perdón a vuestro Señor, que es indulgente.
Y evitará sobre vosotros del cielo una lluvia abundante.
Os dará mucha hacienda a hijos varones. Pondrá a vuestra disposición jardines, pondrá a vuestra disposición arroyos.
Ramadán es la brisa agradable de la bendición divina. Muchos entienden buenamente esta realidad, que la vida sin el mes bondadoso de Ramadán, es frio y sin alma. Si no existieran las oportunidades espirituales como el mes de Ramadán, nuestras almas por los pecados, se convertirían en almas oscuras. Pero cuando el Ramadán, pasa de las calles de nuestra vida, parece que una pura y suave lluvia cae en el desierto de nuestros corazones. Ramadán nos dice que, un amigo amable y sabio existe en todos los momentos de nuestra vida. Pues en esta oportunidad valiosa de este mes, abrimos las ventanas de nuestras almas hacia el cielo.
Un experto religioso y profesor de universidad el Dr. Mirbaqueri, habla sobre las ocasiones de auto construcción en el mes bondadoso de Ramadán.
Cada persona necesita una oportunidad para invocar a su Señor. Esta convocación al principio se inicia con una corta oportunidad que si es una invocación buena, abarca todo día y la noche de los humanos y se convierte en una convocación permanente.
Una bendición que Dios omnipotente otorga a sus creyentes, es por una auto construcción y meditación, obviamente hacer caso a esto, no es posible sin programación, exactitud y atención. Algunas oportunidades tienen el privilegio de purificación. Algunos días especiales, como el mes de Rayab, Shaaban y especialmente Ramadán que es el mes de la invitación de Dios. Dios omnipotente, ha dado la oportunidad para que los seres humanos recompensen lo que han perdido.
Uno de los grandes éxitos en este mes, es el éxito de alejamiento de los pecados. Aquí estudiamos una narración de la vida de un joven culpable que aprovecha de los consejos y recomendaciones del Imam Sadeq (P).
Un día un joven en las calles de Medina, sumergido en sí, con un dolor y tristeza que molestaba su alma, él no tenía motivación para trabajar. Estaba totalmente distraído por dentro. Por un lado la insistencia en pecar y por otro lado, el sufrimiento de su conciencia.
El joven buscaba a un amigo para sincerarse y contarle su preocupación. Alguien que pueda ayudarle y salvarle de este terrible abismo en el cual iba cayendo. Durante este tiempo, por la bendición de Dios, recuerda el Imam Sadeq querido nieto de profeta del Islam, que vivía en Medina.
Él sabía que el Imam Sadeq, era amable y confidencial. Entonces ocurrió algo dentro de él y de repente se levanto y fue hacia la casa del Imam. El joven visito el Imam y mientras miraba la cara cariñosa de él con vergüenza dijo,
Yo estoy acostumbrado a pecar, que puedo hacer para dejar de hacerlo, por Dios ayúdame.
El Imam Sadeq de manera sabia, se dirigió al joven y le dijo, ahora que estás acostumbrado a pecar, tienes que aprender a respetar varios cosas. Primero: pecar donde Dios no te vea. El joven preguntó, yo no me escondo de Dios para pecar. El Imam Sadeq le dijó, pues cuando quieras pecar sal de la tierra de Dios. Ya que el desobedecer al dueño en su casa se considera como traicionarle. El joven dijo, Oh ebne Rasolelah, ¿a dónde ir que no sea la tierra de Dios? Todo le pertenece. El Imam Sadeq dijo, pues deja sus provisiones, el joven sorprendido dijo, es posible que no coma de sus provisiones, porque cada vez que beba y coma, son todas las bendiciones de Dios.
El Imam Sadeq, con diversas preguntas, despertó la inteligencia en el joven. El Imam a continuación le dijo, si pecando puedes resistir, a no ir al infierno cuando quieran llevarte, no vayas. El joven dijo, aquel día es el día de la insolvencia y no tendré autorización y por los pecados que he cometido tendré que ir al infierno. Respondía el joven a las preguntas mientras estaba llorando frente al Imam. El Imam Sadeq en su oración final le dijo, pues con todo esto no puedes insistir en el pecado.
El Imam Jomeini (Dios lo bendiga) fue de las personas que paso sus días y noches y los momentos de su vida con meditación y acercamiento con el Corán. Uno de sus compañeros en Nayaf, dijo, que el Imam, tenía oftalmia y fue a visitar al oculista. El Dr., después de revisarle los ojos le dijo, usted tienen que dejar unos días de recitar el Corán y hacer que sus ojos descansen. El Imam se hecho reír y dijo, Dr. Yo quiero mis ojos para leer el Corán, no vale la pena que tenga ojos si no puedo leer el Corán. Usted haga algo para que yo pueda leer el Corán. El Imam Jomeini, durante el mes de Ramadán recita diez el Corán, vale decir que cada tres días recita un Corán. El mes de Ramadán tenía un valor especial para Imam Jomeini, por eso en este mes, no visita a nadie, y solo recita el Corán y realiza su oración. Uno de los hijos del Imam dijo, que su programa de adoración en el mes de Ramadán, desde la noche hasta la mañana, fue el rezo y adoración y después del rezo de la madrugada y un poco de descanso, se preparaba para realizar sus trabajos.