Cuenta regresiva del final de Daesh 2
(last modified Sat, 25 Nov 2017 07:54:26 GMT )
Nov 25, 2017 07:54 UTC

Este artículo aborda la victoria del ejército y de las fuerzas populares en Irak y Siria y las sucesivas derrotas de Daesh, así como el cambio de enfoque de los gobiernos occidentales hacia los acontecimientos en Siria.

En el programa anterior abordamos los acontecimientos en Siria antes de la derrota del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) y el cambio de actitud de los gobiernos occidentales hacia los acontecimientos en Siria. Las victorias del ejército y las fuerzas populares de Siria e Irak han cambiado el campo de las ecuaciones a favor del movimiento de la Resistencia. Estas victorias en el campo político han obligado a las corrientes terroristas takfiríes a modificar sus posturas y medidas. De hecho, la política de proteger a los terroristas bajo la cubierta de la democracia y la libertad ha ido perdiendo su función en el objetivo de derrocar al gobierno de Siria y al gobierno central de Irak. Los gobiernos que apoyan a los terroristas no tienen otra opción que aceptar los éxitos del ejército y las fuerzas populares de Irak y Siria en erradicar a Daesh de sus territorios. Cuando Daesh, en 2014, tomó el control de la ciudad iraquí de Mosul, Estados Unidos formó una coalición que encabeza para enfrentar a la ultraviolenta banda terrorista. Muchos gobiernos de Europa, Oceanía y Medio Oriente participan en esta coalición, que en lugar de actuar en contra de Daesh, trata de gestionar a este grupo takfirí y antiislámico en la vía de las políticas de Estados Unidos y sus aliados regionales, especialmente del régimen sionista y Arabia Saudí. La coalición se planteó ayudar a Daesh, después de que los estadounidenses no lograron sus objetivos en Irak, país que invadieron en 2003. Así que apoyaron a varios grupos terroristas takfiríes, como Daesh, en busca de crear divisiones en el territorio iraquí y sirio. Por esta razón, funcionarios de inteligencia y seguridad de Estados Unidos cuando hablaban sobre el enfrentamiento de la coalición contra Daesh, decían que la recuperación de Mosul duraría más de diez años. De hecho, Estados Unidos y sus aliados europeos y regionales daban una esperanza de vida de diez años a Daesh y, con estos comentarios, intentaban retratar el gran poder de Daesh ante el ejército y las fuerzas populares iraquíes. Sin embargo, la voluntad del ejército y las fuerzas populares de Irak, junto a sus amigos, entre ellos, Irán, Siria y El Líbano y Rusia, ha impulsado una lucha contra los grupos terroristas, en particular Daesh, rompiendo así las estimaciones de los partidarios de los extremistas.

 

Después de que Daesh ocupara Mosul, Irán, Siria, Rusia y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) formaron un centro común para enfrentar a Daesh. La República Islámica de Irán, con ayuda de asesoría y logística al Gobierno iraquí, ha mostrado qué país en el mundo tiene una fuerte voluntad para luchar contra los terroristas. Contrariamente a todas las acusaciones de los gobiernos occidentales de que la República Islámica de Irán apoya el terrorismo, los esfuerzos de Teherán en Irak, con ayuda en asesoría y armamentística, de hecho, no dejaron que Daesh avance en Irak y esto ha sido reconocido en repetidas ocasiones por funcionarios políticos y militares iraquíes. En los planes de Daesh no solo estaba cambiar la geografía política de la región, sino tenía como objetivo final influir en el país persa para finalmente desestabilizar la República Islámica de Irán.

 

El día en que Daesh comenzó su movimiento en el tablero de ajedrez de seguridad de Irak y Siria, esta banda y los poderes que lo ayudaban estaban seguros que nadie podría vencer a Daesh. En opinión de los líderes de Daesh, en ese momento, el retorno de la región a un período gobernado por dinastías, como los otomanos o los Bani-Abbas, era la situación más natural que podía y debía esperarse. Por lo tanto, para Riad y Ankara, Daesh fue una "oportunidad" especial para ayudar en ese proceso. Durante la ocupación de Mosul en 2014, Turquía retiró fácilmente a sus diplomáticos y ciudadanos de la ciudad de Mosul y delante de Daesh, movió sus unidades a la base de Bashika, situada al oeste de la provincia de Kirkuk y, ante la protesta de los funcionarios iraquíes, las autoridades turcas declararon explícitamente que no abandonarían la región bajo ninguna circunstancia. El viceprimer ministro de Turquía, de aquel entonces, Noman Khor Termas, en respuesta a la protesta de Irak, dijo que "el acuerdo de Lausana -en relación con los últimos días del período otomano- nos permite entrar en nuestra patria. En ese momento, Mohammad Bin-Salman, durante los ataques rápidos de Daesh a Irak, catalogó a Daesh de un movimiento de protesta suní que se estaba enfrentando a la injusticia. Aparte de estas cuestiones, hay muchos documentos que indican las extensas comunicaciones de los servicios de inteligencia saudíes y turcos con Daesh.

 Pero, después de tres años de la ocupación de Mosul, los gobiernos estadounidenses y europeos y algunos de los países regionales, respaldada por Daesh no lograron sus objetivos y en práctica fueron testigos el cambio de equilibrio del poder en la región a favor del eje de la resistencia hacer frente contra terroristas takfirí. El papel de las fuerzas populares, junto a los ejércitos iraquí y sirio, ha sido muy eficaz en la lucha contra Daesh. Cuando se derrumbaron los últimos fortines de Daesh en el oeste de Mosul, los cabecillas de esta banda se dieron cuenta de que no era capaces de resistir y, si deseaban insistir en preservar su territorio, estaban obligados a soportar muchas bajas. Un comandante de Daesh que fue capturado en el oeste de Mosul, refiriéndose a las llamadas "fuerzas liberadoras" en referencia a un puñado de fuerzas populares, dijo que sin estas, no habría sido posible que se recuperara ni siquiera un milímetro de Mosul o de cualquier otro lugar.

 

Las fuerzas populares en Siria e Irak están luchando con un motivo muy fuerte, y Daesh no tiene más remedio que rendirse ante ellas que no conocen la muerte ni la derrota. Este espíritu de confianza en sí mismo y de fe en la lucha contra la corriente takfirí es muy fuerte en aquellos que han ido de Irán, Afganistán y El Líbano para ayudar a sirios e iraquíes en su lucha contra Daesh. No parece que Estados Unidos y sus partidarios regionales que han creado a Daesh e invertido un fuerte capital en esta banda, puedan sacarlos de escena fácilmente. Ni los líderes de Daesh ni los servicios de inteligencia y los gobiernos que han contribuido a la formación de este grupo terrorista, en realidad, no quieren que Daesh sea completamente eliminado. En consecuencia, se puede decir que la retirada de Daesh no significa la desaparición de esta corriente takfirí y terrorista. Los expertos han propuesto diferentes escenarios para este grupo takfirí, en los que los takfiríes y teerroristas están vinculados al destino de Irak y Siria en los últimos tres años. El futuro de los grupos takfiríes en Siria tendrá un papel decisivo en Irak. En el próximo programa, hablaremos de los escenarios de Daesh después de perder sus territorios ocupados en Irak y Siria.