El ataque más sangriento en Estados Unidos
El incidente de terror en la ciudad de Orlando, en Estados Unidos, en términos del impacto en la región y los vínculos internacionales, se puede considerar otro 11 de septiembre con una escala más limitada, ya que está seguido por una serie de consecuencias regionales e internacionales.
Omar Mateen, un ciudadano estadounidense de origen afgano, el domingo 12 de junio, atacó a tiros un club en Florida, provocando el ataque más sangriento en la historia de Estados Unidos. Las fuentes norteamericanas dicen que Mateen, de 29 años de edad, después de tres horas de tiroteo finalmente murió por un disparo de la policía. Previamente, él mismo había llamado a la policía y declarado su lealtad a los grupos extremistas.
El presidente de Estados Unidos, Barak Obama, después de una reunión con el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo a la prensa que “aparentemente, se trata de un joven enfadado, perturbado e inestable que se radicalizó".
Omar Mateen era hijo de una pareja inmigrante joven residente en Estados Unidos. Nació en la ciudad de Nueva York y, según altas especulaciones, el motivo del ataque podría estar en sus tendencias políticas y religiosas. El portavoz del FBI informó que las autoridades están estudiando minuciosamente este caso para determinar si se trata de un tema interno o un ataque terrorista internacional.
El incidente de terror en la ciudad de Orlando, en Estados Unidos, en términos del impacto en la región y los vínculos internacionales, se puede considerar otro 11 de septiembre con una escala más limitada, ya que está seguido por una serie de consecuencias regionales e internacionales.
Un escritor del diario estadounidense Nueva York Times, Roger Cohen, en un breve comentario sobre este ataque y sus efectos negativos, en particular sobre el fortalecimiento del racismo en Estados Unidos y Europa, dijo: “El tiroteo masivo de Orlando está a favor de procesos desastrosos derechistas, separatistas, nacionalistas y racistas en Estados Unidos y Europa”.
Como se esperaba, en respuesta a este ataque, la punta de la flecha apuntó hacia los musulmanes, incluso el precandidato presidencial republicano Donald Trump volvió a exigir que se prohíba la entrada de los musulmanes en Estados Unidos. Trump se aprovechó de este incidente en su competencia con la demócrata Hilary Clinton por llegar a la Casa Blanca y dijo orgullosamente que estaba en lo cierto cuando habló sobre el extremismo islámico. El magnate estadounidense, después de este incidente, dijo que un número de personas que se había puesto en contacto con él y lo felicitó por su correcta postura. El mismo domingo de la matanza, Trump, con actitud triunfalista, se felicitó a sí mismo porque aparentemente los hechos le daban la razón sobre sus advertencias sobre el Islam. Y exigió a Obama que dimitiese y a Clinton que abandonase la campaña presidencial por no usar la palabra “islam radical” en referencia.
Los observadores creen que este incidente podría aumentar el poder de la extrema derecha en Estados Unidos y causar la extensión de la islamofobia. Estos grupos quieren estrechar el círculo de los musulmanes y controlar la entrada de los solicitantes de asilo y los musulmanes en Estados Unidos y Europa. Las consecuencias negativas de tales incidentes para los musulmanes no se han hecho esperar en Estados Unidos. Este evento ha propiciado la intensificación de hechos racistas y extremistas en el país norteamericano con el objetivo de destruir la imagen del Islam. Estos grupos han usado negativamente el incidente de Orlando en las redes sociales para atacar a los musulmanes y presentar como musulmán al autor del ataque.
Por otra parte, otros analistas han dicho que este incidente tendrá efecto en la presencia de los musulmanes en las urnas para elegir al presidente de Estados Unidos. De acuerdo con expertos, si aumenta la presión contra los musulmanes después de la mantanza de Orlando, ellos por miedo a ser apuntados, evitarán presentarse a las urnas el día de las elecciones.
Un senador republicano dijo que las investigaciones que se realizan sobre este incidente determinarán los motivos que llevaron al autor a cometer el ataque y si se concluye que el autor es seguidor del EIIL (Daesh) se estudiará el caso como terrorismo y si existe un móvil psíquico en el acusado se estudiará el caso por el uso de armas. Por su parte, el precandidato demócrata en las elecciones presidenciales de Estados Unidos Berni Sanders, a raíz del ataque de Orlando, considera necesario que se revisen las leyes sobre armas. Otra precandidata de este partido, Hillary Clinton, expresó su acuerdo con Sanders y, anteriormente, también había llamado a limitar el porte de armas en Estados Unidos.
De hecho, otra consecuencia del incidente de Florida es el replanteamiento de la ley de libertad de tenencia de armas en Estados Unidos. Obama también destacó en su discurso la falta de una conexión entre el autor del incidente de Orlando y los grupos terroristas islámicos y lo aludió a la libertad de portar armas, además, criticó a Trump por atribuir el incidente a los musulmanes.
Este asunto recobra importancia cuando uno de los principales lobbies de armas de Estados Unidos NRA7 es uno de los partidarios principales de Trump en las elecciones. Después del incidente, una vez más la atención y las críticas se han dirigido hacia esta empresa.
El diario neoyorquino Daily News, con un título polémico “GRACIAS, ANR” presentó como culpable principal de la matanza de Florida a la empresa de venta de arma que apoya a Trump. Clinton también en su discurso mencionó a este lobby y lo consideró culpable. Antes de que suceda el incidente de Orlando, Trump y Clinton habían hablado en repetidas ocasiones sobre las empresas ANR uno contra otro.
Ahora, los partidarios y los adversarios de la libertad de portar armas pueden aprovecharse de esta matanza a su favor. Mientras los adversarios de la libertad de llevar armas, consideran que incidentes como el de Orlando y otros que ocurren a diario son producto de la ley que permite el libre porte de armas, los partidarios de llevar las armas creen que de anularse esta ley, los ciudadanos serían más vulnerables ante los terroristas.
Los estadounidenses, con el pretexto de luchar contra el terrorismo, han desplegado a sus fuerzas en Irak y Afganistán, pero no solo no ha destruido el terrorismo sino que el resultado de su presencia en la región ha sido el surgimiento de grupos terroristas como EIIL (Daesh) Al-Nosra, Jaish al-Fatah y decenas de otros nombres que han matado a personas inocentes, sin embargo, esta mancha negra no se acaba en Oriente Medio sino que día a día se está extendiendo hacia su origen. De hecho, las políticas de Estados Unidos y su apoyo financiero e incluso espiritual a los terroristas en Siria han causado la extensión de las actividades de los grupos terroristas, de modo que sus operaciones se han activado en Estados Unidos.
Por otro lado, son pocos los analistas que ocultan el papel de Arabia Saudí en los incidentes de los últimos años y sus apoyos financiero y armamentístico a los grupos terroristas en Irak, y Siria, así como, su papel en la provocación de luchas sectarias y religiosas, su agresión al pueblo de Yemen y su apoyo a los regímenes dictatoriales de los países litorales del Golfo Pérsico. Tampoco se puede ocultar el papel de Arabia Saudí en los sucesos del 11 de septiembre, un suceso en el que 15 de los 19 autores eran ciudadanos saudíes. Si bien no son secretas estas medidas negativas de Arabia Saudí, en 2010, el gobierno de Obama emitió una licencia de venta de armas por sesenta mil millones de dólares a Riad. Desde entonces, el gobierno estadounidense ha sellado acuerdos de venta de armas a Arabia Saudí por 48 mil millones de dólares, que se traduce en tres veces más que el total de la venta de armas del periodo de la presidencia de George Bush. Armas que hoy Riad utiliza para fortalecer a Daesh y otras bandas terroristas y en masacrar al pueblo inocente de Yemen.
El portavoz del Ministerio del Interior saudí, Mansour al-Turki, anunció que Omar Mateen, el autor del ataque terrorista del club de Orlando, dos veces, en 2011 y 2012, había viajado a Arabia Saudí.
En este sentido, un responsable estadounidense dijo que el historial de los viajes de Mateen registra que viajó una vez a Emiratos Árabes Unidos. Aunque las autoridades de Arabia Saudita hasta ahora no han informado si el autor del ataque terrorista de Orlando durante su viaja a Arabia Saudí se reunió o no con terroristas, existe la posibilidad de la relación de Mateen con elementos terroristas en este país.
Ahora la pregunta es: ¿por qué Estados Unidos no solo no presiona Arabia Saudí y no toma ninguna medida en su contra, sino que continúa brindándole todo su apoyo a este país? e incluso contrarió a los intereses y deseos de los ciudadanos y a costa de la pérdida de vidas de estadounidenses y la violación de su seguridad interna, ¿no está listo a dejar de apoyar incondicionalmente a Arabia Saudí?