Dicen que los números no mienten (una simple comparación) (1)
(last modified Sun, 23 Oct 2016 01:05:52 GMT )
Oct 23, 2016 01:05 UTC

En una serie de 26 partes breves con un máximo de 150 a 200 palabras se evalúa el costo de las elecciones presidenciales en Estados Unidos en comparación con el presupuesto destinado para los servicios y bienestar general del país, así como los fondos necesarios para resolver los problemas mundiales, para reducir el hambre, la mortalidad infantil, el analfabetismo, las emisiones de gases de efecto invernadero, etc.).

Cada cuatro años, los medios de comunicación mundiales durante meses están al servicio de Estados Unidos para abordar las elecciones presidenciales. En una amplia cobertura noticiosa, el tema interno de las elecciones presidenciales en Estados Unidos se convierte en un asunto internacional y la cobertura de esta competencia se vuelve un carnaval propagandístico de Estados Unidos en el mundo.
 
En el marco de la política general de “crítica a Estados Unidos” parece necesario hacer frente a este tipo de propaganda mediática. Uno de los aspectos negativos y críticos en las largas campañas electorales en Estados Unidos son sus enormes costos. La comparación de estos gastos con los presupuestos necesarios para resolver los problemas de los estadounidenses o las cuestiones globales, revela más el espectáculo de las elecciones en Estados Unidos y pone bajo tela de juicio la soberanía del dinero en el proceso de los comicios presidenciales en este país.
 
El hambre y el acceso limitado a las fuentes de alimentos que se necesitan para garantizar una vida normal es uno de los problemas del mundo. Según las estadísticas de la agencia de la ONU encargada de los asuntos de la  alimentación, Programa Mundial de Alimentos (PMA), una novena parte de la población mundial, equivalente a 795 millones de personas, no tiene suficiente comida.
 
12,9 por ciento, es decir casi el 13 por ciento de la población de los países en vías de desarrollo, según los estándares internacionales, sufre hambre. Dos tercios de hambrientos viven en Asia. Pero la situación del hambre en  África, más precisamente en las regiones del sur de África subsahariana es mucho más complicada. En esta zona, una cuarta parte de las personas se enfrentan con  pobreza alimentaria.
 
El órgano encargado por la comunidad internacional para  resolver el problema de la pobreza alimentaria es la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) que realiza esfuerzos mundiales para coordinar y gestionar acciones a fin de enfrentar la desnutrición en el mundo.
 
El presupuesto de la FAO está financiado por los países miembros y, para 2016-2017, ascendió a 2600 millones dólares.
 
 

Así, los gastos que han hecho los candidatos finales de las elecciones presidenciales 2016 de Estados Unidos (Hillary Clinton y Donald Trump) para atraer la atención de los votantes es más de la mitad del presupuesto que la comunidad mundial ha dedicado a la FAO para luchar contra el problema mundial del hambre.

 

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