Abr 21, 2020 06:40 UTC

ParsToday-El coronavirus se detectó por primera vez a finales del mes de diciembre del año 2019 y, pasados tres meses, esta enfermedad ha sido aprovechada por actores de la política mundial. En el programa anterior, planteamos algunos ejemplos del aprovechamiento político de este nuevo coronavirus, que ha causado la enfermedad, denominada COVID-19, en el sistema mundial y estudiamos la influencia de este virus mortal en la región de Asia Occidental.

La politización del coronavirus ha tenido mucha influencia en Asia Occidental, al igual que en otras regiones del mundo. Una de las más importantes influencias de este virus mortal en Asia Occidental ha sido el cese de las manifestaciones populares en algunos países. Antes de la detección del nuevo coronavirus, algunos países, como Irak y El Líbano, eran testigos de manifestaciones antigubernamentales y violencia callejera. Aunque la violencia se había reducido en dichos países, no había cesado completamente. Con la presencia del coronavirus, prácticamente se paralizaron las protestas en Irak y El Líbano. Por ejemplo, aunque aún no se ha creado un nuevo gabinete en Irak y los diferentes grupos políticos no han llegado a un conceso sobre el nuevo primer ministro de este país, las calles de Irak han dejado de ser centros de protestas, enfrentamientos, violencia y represión. El cese de los enfrentamientos en Irak puede determinar un destino político diferente en dicho país.
 
Las movilizaciones contra el régimen sionista también pararon en Palestina. De hecho, las manifestaciones, denominadas Marchas del Retorno, que se han celebrado cada semana, han dejado de realizarse; asimismo, los palestinos no salieron a las calles el 30 de marzo de este año para conmemorar el Día de la Tierra (Palestina). Mientras tanto, destaca la celebración de manifestaciones simbólicas; como las realizadas por los habitantes en los territorios ocupados en contra del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y la realizada por palestinos el 30 de marzo por el Día de la Tierra. Otro asunto que se plantea al respecto es que, en Asia Occidental, considerada una de las regiones más importantes del mundo desde el punto de vista religioso, con la llegada del nuevo coronavirus, se congelaron las ceremonias religiosas en Arabia Saudí, Irak y la República Islámica de Irán para evitar congregaciones de personas que podrían poner en peligro la vida de las personas, ya que este virus se trasmite de forma alarmante con el contacto de la gente. Quizás, no se pueda encontrar un ejemplo semejante al respecto en la historia del Islam, es decir, que un elemento provoque el cese completo de las ceremonias religiosas. Otro punto resaltante se observa en el tema de la energía. Asia Occidental es el centro de la energía del mundo, ya que provee casi la mitad de la energía a nivel global; sin embargo, la presencia del coronavirus en esta zona ha conllevado condiciones especiales en el mercado de hidrocarburos, de modo que seis países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico que abastecen una quinta parte de la producción del crudo del mundo se enfrentaron a un déficit de presupuesto; ya que, el precio de petróleo se ha reducido considerablemente.
 
 El nuevo coronavirus y la continuación de la ineficacia de las entidades regionales
 
 Uno de los asuntos importantes que se observa en relación con la región de Asia Occidental se refiere a que incluso el coronavirus no ha provocado esfuerzos de los países de esta zona para acabar con sus discrepancias. La Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica, prácticamente, no han realizado ninguna medida para adoptar una decisión consensuada y convergente entre los países de la región para combatir este virus mortal. 
 
Aunque el Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico realizó una vídeoconferencia a nivel de ministros de Economía, entre ellos Catar, hasta el momento, no se ha observado ningún signo que muestre la voluntad de acabar con la tensión entre los miembros de este consejo de países árabes, es más, el coronavirus ha abierto una nueva etapa de tensiones entre Baréin y Catar. Otro escenario, es el aprovechamiento político por parte de Arabia Saudí, entre otros países de Asia Occidental, de la pandemia del coronavirus. La familia Al Saud ha acusado a la República Islámica de Irán de difundir este virus en la región. El consejo de ministros saudíes afirma que las medidas de Irán han enfrentado los esfuerzos mundiales para el control del coronavirus con múltiples obstáculos. Según este consejo, Irán ha permitido a los ciudadanos saudíes que regresen a su patria y estos se han convertido en elementos de contagio del coronavirus en Arabia Saudí. Estas acusaciones se plantean mientras que la República Islámica de Irán reiteradas veces había solicitado a los aliados de Arabia Saudí, entre ellos, Baréin, la toma de medidas para la repatriación de sus ciudadanos desde Irán; no obstante, Riad al no responder al llamado ha demostrado su desprecio por la vida de sus ciudadanos. Por otra parte, los medios de comunicación masiva saudíes acusan Irán de fracasar en el control de la expansión del coronavirus y de ocultar las cifras exactas de los muertos por esta enfermedad. Lo importante es que Arabia Saudí no ha obtenido ningún resultado de estas propagandas antiraníes, ya que, actualmente, se enfrenta con la amplia propagación de este virus mortal dentro de sus fronteras y los críticos internos acusan a las autoridades saudíes de ocultar las cifras exactas de los contagiados por el nuevo coronavirus. En realidad, la llegada del coronavirus, que se considera una amenaza global y no se limita a un país especial, no ha hecho que los saudíes dejen su hostilidad ciega contra la República Islámica de Irán. 
 
Juego de Netanyahu para presentarse más en el poder
 
El régimen sionista también ha usado políticamente el coronavirus. En lo que va de año, el régimen sionista ha celebrado tres elecciones parlamentarias y todas han fracasado en la creación de un nuevo gabinete. En momentos en que Netanyahu estaba perdiendo poder, de repente, todo cambió en los territorios palestinos ocupados por Israel. Netanyahu creó un juego político con el coronavirus y se mantuvo en la estructura del poder de Israel. El primer ministro israelí afirmó que probablemente hasta un millón de personas se contagiarían del coronavirus en los territorios ocupados. Esta previsión, por un lado, atizó las dimensiones peligrosas del virus y, por otro, el ministro de justicia de Israel, unas horas antes del inicio del enjuiciamiento de Netanyahu, cerró todos los centros políticos y no políticos en Israel. Después, el presidente del parlamento que, es uno de los amigos de Netanyahu, suspendió la celebración de las reuniones legislativas, lo que permitió aplazar la celebración de las elecciones para elegir al nuevo primer ministro. Incluso, la medida del tribunal supremo israelí, de presentar a Amir Peretz, líder del partido Laboral de Israel, como presidente suní provisional del parlamento, no provocó el fracaso del guion de los aliados de Netanyahu en el partido Likud para el parlamento; ya que, exagerando el peligro del coronavirus, convencieron a Benny Gantz, líder de la coalición Azul- Blanco, para que aceptase la presidencia del parlamento con la finalidad de crear un gabinete de unidad con Netanyahu. Con la presentación de Gantz como presidente del parlamento, probablemente, Netanyahu será responsable de la creación del nuevo gabinete con la participación de los aliados de Gantz, poniendo de este modo fin provisional a la mayor crisis política de Israel.
 
 Otro tema en la politización del coronavirus es que hasta el momento esta pandemia no ha conllevado una convergencia mundial, pese que actualmente este virus ha provocado la mayor cuarentena de la historia, involucrando a casi la mitad de la población del mundo, que se ha visto obligada a confinarse en sus casas para evitar el contagio de este virus letal. Esto mientras para superar esta pandemia se requiere de una medida conjunta, que incluya a todos los países del mundo, a fin de dar con una vacuna contra la Covid-19, como se denomina la enfermedad causada por el nuevo coronavirus. Este virus ha sacado la luz el egoísmo de los países en el sistema mundial, pues la continuación de las sanciones contra algunos países, más que cualquier otro asunto, muestra el comportamiento inhumano de ciertos gobiernos y gobernantes. Si la enemistad no se convierte en amistad, el coronavirus puede crear la mayor catástrofe humana y enfrentar al mundo con la mayor debacle económica de las recientes décadas.
 
P/MK/NL

 

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