Dic 30, 2020 07:34 UTC

ParsToday-El presente programa aborda la duplicación de los esfuerzos del Gobierno francés para imponer más restricciones a los musulmanes mediante la presentación de un proyecto de ley a la Asamblea Nacional, so pretexto de luchar contra el extremismo.

En las últimas semanas, Europa, liderada por Francia, es testigo de una nueva ola de islamofobia, so pretexto de contrarrestar el extremismo. Mediante una carta, los funcionarios de 70 ciudades diferentes de Francia censuraron las políticas del Gobierno del presidente galo Emmanuel Macron, alertaron que dichas políticas dirigen a Francia al fascismo, y denunciaron que el Gobierno francés está atacando la libertad de expresión y de asociación, en lugar revisar su camino de la lucha contra el terrorismo. La carta anota: "El ataque a los musulmanes es, en realidad, una ofensiva contra los ciudadanos franceses, y el Gobierno utiliza los ataques armados como herramienta para presionar a los musulmanes". A juicio de dichos funcionarios, los recientes acontecimientos en el país galo son una excusa para presionar a los musulmanes y a las asociaciones islámicas. En la citada carta, los titulares de las 70 ciudades francesas denunciaron el cierre de los grupos de ayuda Barekat City y la Sociedad contra la Islamofobia en Francia y aseguraron que estas asociaciones no tienen nada que ver con el asesinato de un profesor francés. "Las medidas del Gobierno galo son racistas e inconstitucionales. Nunca nos quedaremos de brazos cruzados mientras el Gobierno francés se ahoga en el fascismo", destaca la misiva. Conforme a los funcionarios, "lo que se está haciendo en nombre del secularismo es de hecho un trato racista e inhumano de los ciudadanos musulmanes". Los funcionarios de las 70 ciudades francesas, advirtiendo sobre el deterioro de la situación en Francia, sostuvieron que la situación en Francia es peligrosa. Hay que terminar esta obsesión asociada con los musulmanes y el Islam ya que eso lleva al país hacia el fascismo.
 
Tras los tres ataques armados realizados en el último mes en París, los suburbios de Paris y la ciudad de Niza, el Gobierno francés ha intensificado su vigilancia de unas 50 asociaciones musulmanas y 75 mezquitas. Francia ha presentado un proyecto de ley a la Asamblea Nacional para legalizar estas restricciones. Según el proyecto de ley, el Gobierno aumentará la supervisión a todas las mezquitas francesas y la forma de su financiación. El Gobierno también prevé una mayor inspección de la educación de los imanes de las mezquitas en dicho proyecto de ley. Según el proyecto de ley, la educación será limitada en el hogar. En reacción a las críticas generalizadas de los musulmanes franceses y los defensores de la libertad y la justicia, Paris insiste en que el proyecto de ley tiene como objetivo contrarrestar el extremismo. El premier francés, Jean Castex, en una conferencia de prensa alegó que, a pesar de las críticas sobre la marginación de los musulmanes, el proyecto de ley no apunta al Islam, sino al "islamismo extremista". El islamismo extremista propaga el odio y la violencia en la sociedad y divide a la sociedad, afirmó Castex para luego añadir que la República de Francia prefirió rendirse ante estas amenazas y defender su valor.
 
Sin embargo, a juicio de los funcionarios de 70 ciudades francesas, el nuevo proyecto de ley del Gobierno tiene como objetivo restringir las actividades religiosas y sociales de los musulmanes bajo el pretexto de contrarrestar el extremismo. Indudablemente, el extremismo es condenado en todas las religiones y escuelas, y básicamente el Islam no es una religión extremista. Como recordamos la completa y deshonesta defensa de Emmanuel Macron de la reciente ofensiva de la revista satírica gala Charlie Hebdo so pretexto de defender los valores de la República y la "libertad de expresión", provocó protestas e indignación de los musulmanes de todo el mundo.
 
Muchas instituciones islámicas de diferentes países instaron al boicotear la compra de productos franceses. Tras las críticas generalizadas a las declaraciones de Macron sobre el Islam y su defensa de las controvertidas caricaturas del Profeta del Islam, el Hazrat Mohamad (la paz sea con él y sus descendientes), el ministro galo de Relaciones Exteriores Jean-Yves Le Drian, quien intentó justificar las declaraciones de Macron por reducir las críticas contra su país en los países islámicos, diciendo que las políticas de su país contra el extremismo no se habían interpretado correctamente ya que no son islamofobas y París tiene el mayor respeto por el Islam. Pero los comentarios del canciller francés fueron una mera reacción a las críticas generalizadas contra el presidente francés, y no significaron un cambio en el enfoque antislámico del Gobierno galo. Tras las reprobaciones generalizadas contra las palabras antislámicas de Macron, el Gobierno francés busca imponer nuevas restricciones a los musulmanes mediante la presentación de un proyecto de ley a la Asamblea Nacional.
 
El gobierno francés ha inspeccionado 76 mezquitas so pretexto "luchar contra radicalismo islámico". Paris está chequeando y procesando a musulmanes y lugares islámicos bajo el pretexto de luchar contra el extremismo, mientras eso viola las leyes de la democracia liberal. El Artículo 10 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 de Francia establece: "Nadie debe ser incomodado por sus opiniones, inclusive religiosas, siempre y cuando su manifestación no perturbe el orden público establecido por la Ley". Además, el Artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 subraya: "Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia".
 
Dentro de las fronteras francesas, la decisión del Gobierno de Macron de imponer más restricciones a los musulmanes también ha generado críticas. A juicio de algunos políticos izquierdistas, este proyecto de ley podría interpretarse como una herramienta para etiquetar a los musulmanes. El politólogo francés del Instituto para el Estudio del Mundo Árabe y Musulmán, en el sur de Marsella, Francois Burgat, cree que el gobierno no es imparcial respecto a la religión. Sobre las políticas del jefe de Estado francés, Burgat destaca: "Macron ha entrado en una nueva fase y está dando los pasos necesarios para satisfacer a la extrema derecha ya que necesita su voto en las elecciones presidenciales de 2022". Según este analista francés, los musulmanes a menudo son discriminados en el mercado laboral y se sienten marginados en este país europeo. Farhad Josrojavar, sociólogo de la Facultad de Ciencias Sociales en Parí afirma que "el gobierno está reprimiendo a grupos de musulmanes que no tienen nada que ver con el extremismo. La interpretación francesa del secularismo debido a sus leyes estrictas, como la prohibición del pañuelo islámico para mujeres musulmanas en las escuelas y los lugares de trabajo públicos fueron parte del problema. Es una visión antiislámica que da excusas a los radicalistas. Tuvieron lugar 23 ataques terroristas en Francia entre 2000 y 2017, lo que no es incidental, mientras esta cifra fue 10 en Reino Unido y solo 5 en Alemania".
 
La postura de la Administración francesa hacia los musulmanes ha sido objeto de serias críticas en las instituciones internacionales de derechos humanos. La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Michelle Bachelet, en una conferencia de prensa sostenido en Ginebra dijo "El proyecto de ley de seguridad en Francia tiene un impacto negativo sobre los afrodescendientes y otras minorías étnicas procedentes de otros países". Al expresar su preocupación sobre el posible monitoreo y control del Gobierno francés a musulmanes y mezquitas, subrayó que el enfoque general de seguridad presentado en el Artículo 24 de esta ley parece controvertido y amplía las facultades de ejecutores de la ley y eso crea nuevos delitos. Bachelet instó a las autoridades francesas a evitar realizar acciones que conduzcan al seguimiento y control de las minorías en el país.
 
El incremento de las acciones antiislámicas de la Administración gala provoca que otros Gobiernos europeos y corrientes de extrema derecha ven a Francia como un ejemplar para poner más restricciones sobre los musulmanes. Austria busca prohibir legalmente el "Islam político". Las personas condenadas por violar dicha ley, podrían enfrentar vigilancia electrónica de por vida si son liberadas más pronto. Van a cerrar a las asociaciones y mezquitas sospechosas de comprometerse con el Islam político y los imanes de estas mezquitas deben ser admitido por el Gobierno. En resumen, en toda Europa, hay cada vez más ataques a los derechos civiles y humanos de los musulmanes por parte de los Gobiernos, lo que revela la aparición de los Gobiernos policiales en Europa. 107L
 
P/FSH/NL

 

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