Ene 07, 2021 08:47 UTC

ParsToday - Asia Occidental ha atravesado por cambios importantes tras el asesinato en enero de 2020 del general Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán. En este programa, abordaremos más sobre este tema en breve.

Determinación de los grupos de la Resistencia para expulsar a las tropas estadounidenses.
 
 
Una de las características más importantes de los acontecimientos en la región de Asia Occidental después del martirio de Soleimani ha sido la cohesión regional dentro de los grupos de Resistencia.
 
 
En Irak, estos grupos insistieron en la retirada de las tropas estadounidenses del país en dos aspectos político y militar.
 
 
En un primer paso, el Parlamento iraquí aprobó el 5 de enero de 2020 el retiro de los uniformados norteamericanos del país, y luego la amenaza contra los mismos se intensificó drásticamente.
 
 
Después del martirio del general Soleimani, aumentaron los ataques de los grupos de Resistencia iraquíes contra los militares estadounidenses en Irak e incluso murieron algunos de ellos. Ante esta situación, EE.UU. emprendió las tres opciones de atacar a los citados grupos, cerrar algunas de sus bases militares en Irak y negociar de nuevo con el Gobierno local para contrarrestar la creciente amenaza contra sus militares.
 
 
Washington creía que al atacar a los grupos de Resistencia podría evitar que continuaran los ataques contra sus soldados, pero esto era incorrecto, ya que tuvo que cerrar algunas de sus bases en Irak.
 
 
La primera base de la que se retiraron los estadounidenses, fue la base militar de Qaem en la provincia occidental de Al-Anbar, la cual fue entregada a las fuerzas iraquíes en marzo pasado. Y la segunda base fue la de Al- Qayara, al sur de la ciudad de Mosul, en la provincia de Nínive.
 
 
La tercera fue la base aérea de K-1 en Kirkuk, al norte de Irak, de donde se retiraron las tropas estadounidenses. Y la cuarta base que fue cerrada, fue la de Al-Habbaniyah en la provincia de Al-Anbar.
 
 
Los estadounidenses hablaron del retiro de sus militares, pero sus tropas, evacuadas de las bases mencionadas, fueron trasladadas a las más grandes de Taji, Ain al-Asad y Harir en Erbil. Washington afirmó que la salida de sus tropas de Irak se debe a la propagación del coronavirus en ese país.
 
 
El coronel Myles B. Caggins, portavoz de la coalición internacional contra el grupo EIIL (Daesh, en árabe), tuiteó que "el mando de las fuerzas de la coalición está entregando la sede de la misma en las bases de Irak al Ministerio de Defensa, y cientos de soldados y asesores militares están abandonando temporalmente Irak para protegerse contra la COVID-19".
 
 
Sin embargo, parece ser que la razón principal de la decisión de EE.UU. de cerrar algunas de sus bases en Irak fue el aumento de las amenazas contra sus tropas tras el asesinato del general Soleimani y Abu Mahdi al-Muhandis
 
De hecho, una de las repercusiones más importantes de ese asesinato para Washington ha sido el tambaleo de su posición en la región de Asia Occidental y la intensificación del repudio público en esta zona.
 
 
A nivel regional, quedó rota la grandeza militar de EE.UU. y apuntó el odio de la opinión pública a ese país. Prueba de ello fue la manifestación antiestadounidense de un millón de iraquíes el 24 de enero de 2020.
 
 
Si bien esta cohesión fue más patente en Irak que en otros países del área, la retirada de Estados Unidos no se limitó al país mesopotámico, sino que también, el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el movimiento yemení Ansarolá y los grupos de Resistencia en Siria inciden en el repliegue de los uniformados norteamericano de Asia Occidental, lo que llegó a ser uno de los rasgos más importantes de esta región después del martirio del general Soleimani.
 
 
 
Seguimiento del libreto de dejar sin gobierno a los países del eje de la Resistencia
 
 
Otro rasgo que caracterizó a Asia Occidental tras el martirio de Soleimani fue que se hizo seguimiento del escenario para dejar sin gobierno a los países que forman parte del eje de la Resistencia.
 
 
Este libreto existía incluso antes del martirio del jefe castrense persa, pero los opositores a la Resistencia creían que, en su ausencia, podrían perseguir este escenario en calma.
 
 
 
Irak y El Líbano eran las dos áreas principales para dar seguimiento a este guión.
 
 
En Irak, hicieron muchos esfuerzos para socavar el papel de los grupos de Resistencia en la estructura del poder. Por eso, personas como Adnan al-Zurfi fueron nominadas para ocupar el cargo de primer ministro, pero la resistencia de dichos grupos no permitió que sucediera esto.
 
 
Aunque Mustafa al-Kazemi no es la óptima opción de la Resistencia iraquí, pero no es tan duro como Adnan al-Zurfi al enfrentarse con la misma, y sabe que para permanecer en el poder, debe interactuar con los grupos de Resistencia. Sin lugar a dudas, estos últimos juegan un papel clave en las próximas elecciones de junio de 2021.
 
 
En El Líbano, sin embargo, la situación es más complicada. Aunque Hasan Diab llegó al poder con el apoyo de los grupos de Resistencia, los frecuentes sabotajes lo obligaron a dimitir tras la explosión del 4 de agosto en el puerto de Beirut, que dejó alrededor 200 muertos y más de 7 mil heridos.
 
 
El libreto de restablecer en el poder a Saad al-Hariri se cumplió por parte de la oposición, pero éste aún no ha podido formar su gabinete deseado desde hace cuatro meses, toda vez que, con el apoyo de las potencias extranjeras, está tratando de debilitar la posición de Hezbolá en la estructura del poder libanesa, lo que no ha conseguido hasta ahora debido a la influencia y posición de este movimiento.
 
 
Empero, el punto a destacar es que los enemigos de la Resistencia consideran que la persistencia de la presencia de un gobierno interino en El Líbano favorece sus intereses.
 
 
 
Reingeniería de la región
 
 
La tercera característica más importante de Asia Occidental tras el martirio del general Soleimani es el esfuerzo de los que buscan la paz con Israel, por la reingeniería o el rediseño de la región, especialmente en el marco de la normalización de las relaciones de algunos países árabes con el régimen sionista.
 
Aunque este asunto se persiguió incluso antes del asesinato de Soleimani, se ha acelerado después del mismo.
 
 
El propósito de este expediente es convertir al conflicto árabe-hebreo en uno árabe-iraní y presionar a la República Islámica y a sus aliados regionales.
 
 
Aun así, la posición del eje de la Resistencia en la zona es tal que el objetivo de los que buscan la paz con Tel Aviv, no es muy factible, ya que los grupos de Resistencia ya se han propagado en la región y cada uno de ellos puede infligir golpes irreparables, cuando fuera necesario, sobre todo a Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos e Israel.
 
 
Esta situación se ve claramente en la guerra de Yemen, ya que los drones y misiles yemeníes impactan en las profundidades de Arabia Saudí sin ser interceptados, pese a que el cielo saudí está protegido por los sistemas estadounidenses.
 
 
La verdad es que la región de Asia Occidental ha entrado en una nueva era después del martirio del general Soleimani.
 
 
Algunos expertos son de la opinión de que dicho martirio constituye un punto de inflexión en los avatares del área, el cual se define en el contexto de la nueva confrontación de los grupos de Resistencia con EE.UU. y el eje conformado por los gobiernos que quieren hacer las paces con Israel.
 
 
Las amenazas contra las tropas estadounidenses en la región han aumentado notablemente y, al mismo tiempo, Washington y sus aliados están tratando de fortalecer a la entidad sionista.
 
 
Sin embargo, los atolladeros internos y las crisis dentro de los Territorios Ocupados y algunos países árabes son tales que su vulnerabilidad es mucho mayor que el eventual fortalecimiento de su posición regional.
 
 
 
P/FE/JP
 
 

 

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