Jun 16, 2016 07:50 UTC

En el programa de esta semana les hablaremos sobre la humillación.

Este sentimiento se observa en un número considerable de personas y algunas veces provoca el surgimiento de múltiples problemas para ellas. Hoy nos esforzaremos por estudiar sus motivos.
Lo interesante es que el sentimiento de sentirse despreciado o humillado surge de diferentes formas en las personas. En una primera mirada, parece que aquellas personas que tienen estos sentimientos, son personas aisladas, pero la realidad no es así. Algunas veces, la humillación se une a comportamientos como la dominación, la exageración, el aventurismo y el enfado.
Los psicólogos informan que en el interior de las personas hay una inclinación de dominación, la cual es la raíz de la mayoría de los comportamientos normales y anormales. Este sentimiento se encuentra en todas las etapas de la vida de un individuo desde la niñez hasta la vejez. Pero, si aparece un problema en su estructura, esto provocaría la creación de enfermedades psicológicas y físicas.
Los psicólogos creen que es posible que la humillación se forme en una persona en el período de su niñez. Por ejemplo: si en la casa, los padres reprochan a sus hijos o lo comparan con sus amigos, este tipo de conducta provoca la creación de un sentimiento de humillación o desprecio en aquel niño. También, si un maestro se burla de un estudiante ante sus amigos en la clase, fortalece este sentimiento en aquel alumno. Y cuando una persona fracasa en sus estudios o trabajo, se le reprocha en la sociedad. El sentimiento de  humillación también se suma a sus fracasos anteriores.
Algunas veces este sentimiento tiene raíz en un detecto físico o una debilidad mental. Según los psicólogos, la existencia de comportamientos y características anormales en algunas personas, además de la pobreza, la realización de  maldades y cometer pecados, pueden considerarse como los elementos principales de la humillación.
 Alguien que siente culpabilidad y siempre está bajo presión, se considera una persona inestable y tiene un sentimiento de desprecio.
Es natural que cuando el sentimiento de humillación se intensifica, para reducir o recompensarlo, la persona recurre a mecanismos defensivos. Algunas veces, este método de recompensa es positivo y real que provoca que aquella persona llegue al equilibrio y se elimine este mal sentimiento. Por ejemplo: una persona minusválida para tener confianza en sí misma ingresa en una rama deportiva o actividades científicas y al esforzarse, alcanza grados muy altos. Este éxito es el resultado de su esfuerzo y es muy elogiable.  Pero, algunas veces una persona para recompensar el sentimiento de humillación en sí misma, da pasos desviados y falsos. En este caso, este sentimiento surge de una forma destructiva y negativa. 
Los que sufren este problema, cuando no pueden destruir este sentimiento de humillación, al ocultarlo o exagerarlo de diferentes formas, se esfuerzan por atraer la atención de los demás. 
Por ejemplo: las personas tímidas, tienen gestos valientes o las personas fracasadas en sus estudios, se muestran académicas y exitosas ante los demás.
Además, aquellas personas que sufren este mal sentimiento, al maltratar a los demás y crear pánico y miedo, se esfuerzan por atraer la atención de los demás. Un psicólogo llamado John Divy dice: la tendencia a la dominación es tensa en personas que sufren el sentimiento de humillación o desprecio. Ellos para recompensar sus defectos, se esfuerzan por dejar influencia en los demás y de esta manera, atraer su atención a través de su poder y fuerza para que así puedan recompensar su humillación. Otras personas que no pueden mostrarse poderosas se esfuerzan por destruir y exageran el más pequeño error de los demás. Ellos para recompensar sus problemas internos, insultan la personalidad de otros, mienten, acusan y ridiculizan.
Lo interesante es que los líderes religiosos han mencionado las dimensiones psicológicas de estos problemas y para eliminarlas, han recomendado a las personas que conozcan su situación verdadera. A este respecto, el gran profeta del Islam, el Hazrat Mohamad (saludos sean para él y sus descendientes) considera que algunas características negativas surgen debido a la existencia del sentimiento de humillación en una persona y dice: una persona sana no dice mentira y si lo hace, es por el sentimiento de humillación que siente en su interior. También, el Imam Hadi (la paz sea con él) considera negativo este sentimiento para cualquier persona o sociedad y dice: tienes que cuidarte del mal de aquella persona que siente humillación en su interior.
Los psicólogos dicen que algunas personas para recompensar su humillación, tienen placeres falsos. De ahí que estas personas creen no poder hacer actos constructivos, útiles y fundamentalmente, se alejan de cualquier esfuerzo positivo, y gozan de placeres provisionales para olvidar sus problemas internos y mentales. Usan drogas y medicamentos, tienen  adicción al alcohol y otros placeres que de una forma provisional los satisfacen.
En las enseñanzas religiosas, se esfuerzan por materializar los comportamientos positivos. En el entrenamiento religioso, se ha enfatizado en un serio enfrentamiento contra el espíritu débil y la incapacidad, y desde el principio, se ha insistido en la confianza en sí misma y el regocijo. La religión se esfuerza por dirigir a las personas en el camino del equilibrio para que no sufra el debilitamiento ni el orgullo que finalmente conlleva a fuerza  falsa.
El Imam Sadeq (sexto imam de los chiíes del mundo) en una narración menciona el orgullo y la dominación y los tacha como resultado del sentimiento de humillación. Él dice: ninguna persona se hace orgullosa sino que por el desprecio y la humillación que siente en su interior.