Jun 29, 2016 07:48 UTC

Estimados oyentes en el programa anterior hasta cierto punto explicamos las diferencias de la libertad desde el punto de vista del Islam y del Occidente. Ahora continuamos el programa.

Todos los pensadores aceptan el concepto de la libertad, pero existen diferencias en los puntos de vista relacionados con el límite de la libertad. Un debate que existe entre los pensadores y filósofos sociales y los que han opinado al respecto es ¿dónde está la frontera de la libertad? y si son libres, sobre ¿cuál margen, y dónde tienen que parar?

 

Los pensadores occidentales han expresado ideas sobre el límite de la libertad. Dicen que la frontera de la libertad es la ley. Si alguien quiere ser libre debe serlo en el margen de la ley o, en otras palabras, la frontera de la libertad llega hasta  donde no se perjudica la libertad de los demás.

 

En la práctica, ninguna sociedad tiene libertad absoluta pero es la esencia de las diversas normas de la administración humana, de tal forma que cada ley, en su naturaleza, limita un tipo de libertad. En el Occidente, también, la ley solo observa los asuntos sociales, es decir, facilita el orden y la gestión en la sociedad. Aunque en el Occidente dicen que la libertad se limita con la ley,  la misma ley también es producto de los anhelos, deseos y pasiones de las personas; porque la ley en la civilización y democracia del Occidente es aprobada por la mayoría del pueblo y porque abastece sus intereses personales y de grupo, piensan que esta es una buena ley y además útil. El que una ley sea buena, no necesariamente coincide con los valores humanos. Los anhelos y deseos de la mayoría de las personas de la sociedad, crea una ley y sistema, limitando la libertad dentro de su margen.

 

Obviamente, si alguien piensa en los asuntos del mundo occidental actual y estudia sus problemas, claramente entiende que la libertad en el Occidente radica en la petición de las clases privilegiadas de la comunidad, es decir los dueños del poder y los ricos. Por lo tanto, lo que se plantea como la petición del pueblo, de hecho no es su necesidad real.

 

Tal como dijimos en el programa anterior, en el Islam, la raíz de la libertad se basa en el monoteísmo. Dentro del concepto de la libertad islámica, la adoración y obedecimiento solo es para Dios. El Islam considera el respeto y  valor natural para los humanos y no les considera servidor de nadie excepto de Dios. La libertad en el Islam significa la salvación de los hombres de la esclavitud y la soberanía es solo para Dios. Pero ¿dónde está el límite de esta libertad en el Islam?

 

El Islam, en algunos terrenos, limita el círculo de la libertad y en otros lo extiende. En el Islam, además de obstáculos exteriores que limitan la libertad humana, como los poderes colonizadores,  despóticos y los que limitan la libertad de las personas débiles, existe una serie de factores internos que limitan la la libertad humana, Los activistas occidentales luchan por factores externos que limitan la libertad humana. Pero el Islam, desde una visión más profunda, considera otro grupo de obstáculos, como algunas características del hombre que lo hacen débil y lo arrastran a la humillación y la ignominia. La inmoralidad, la corrupción, el caprichoso, el egoísmo, el rencor y así una serie de factores internos de las personas que, desde el aspecto del Islam, limitan la libertad humana. De hecho, para que el hombre sea libre no solo es suficiente que no esté bajo el dominio de otra persona o gobierno  opresor, sino que, es imprescindible que esté libre de las cadenas dominantes que provocan el egoísmo o los deseos carnales. Un hombre que por debilidad, temor, codicia o deseos terrenales está obligado a optar restricciones y limitaciones, aquel hombre, definitivamente, no es libre.

 

La libertad islámica se diferencia de la libertad occidental porque es considerad una bendición divina fundada en base al monoteísmo y la servidumbre a Dios, en nombre de las barreras internas y externas, previniendo el motín y la rebelión, abrazando la perfección de todas las capacidades humanas. En el Islam, la vida de este mundo y del más allá tiene una relación estrecha y todos los hechos en este mundo tienen influencia en la felicidad real del otro mundo. Dijimos que en el Islam la libertad no es solo salvar los obstáculos externos de la existencia humana, sino que es liberarse de los obstáculos internos para lograr la libertad plena, pues si alguien se salva de sus problemas externos pero no puede superar las barreras en su interior entonces ese hombre no es libre. La "piedad" y también la "purificación", así como la autoconstrucción se han destacado mucho en el Islam, de hecho, son necesarias para vencer los obstáculos internos.

 

La piedad, de una manera consciente, protege a las personas y evita que sus deseos terrenales, ignorancia y desviaciones le alejen de su camino correcto hacia Dios. La purificación hace que los hombres se salven de la corrupción y todo tipo de maldad y malicia. Si la piedad y la purificación existen dentro de alguien, de hecho, esa persona es libre y tiene la capacidad para vencer los grandes poderes del mundo, pero si entre una nación los efectos de la piedad y la purificación son relativos aun en ese promedio se puede vencer en tal mismo nivel a los poderes amenazantes.

 

El Islam y las otras religiones divinas, además de enfatizar l mantenimiento de los derechos y las libertades de los demás, señalan que un hombre no tiene que, con el pretexto de que su libertad o derechos corren peligro, amenazar los derechos de los otros, también indican que un hombre, con el pretexto de ser libre, no puede poner en peligro sus propios derechos. Por lo tanto, el Islam prohíbe el suicidio y perjudicarse así mismo, por ejemplo, un hombre no puede alegar a su libertad para quitarse la vida y evitar así enfrentarse a problemas, fuerza u opresión. Obviamente, un punto muy importante es que esta limitación de la libertad individual, en el terreno de perjudicarse, es un deber personal, es decir, ningún gobierno o ley no tienen derecho a detener o juzgar a nadie con el pretexto que no ha protegido su derecho.

Pero respetar las fronteras de las normas del Islam, es deber y responsabilidad de todo creyente que debe considerarlo como un deber divino, puesto que en caso de incumplimiento, recibirá el castigo divino, porque proteger su derecho es un deber divino. Dios en la aleya 105 de la sura La mesa servida dice: 

 

¡Creyentes! ¡Preocupaos de vosotros mismos! Quien se extravía no puede dañaros, si estáis en la buena dirección. Todos volveréis a Alá. Ya os informará Él de lo que hacíais.

 

Y el Corán en la aleya 6 de la sura La prohibición dice:

 

¡Creyentes! Guardaos, vosotros y vuestras familias, de un Fuego cuyo combustible lo forman hombres y piedras, y sobre el que habrá ángeles gigantescos, poderosos, que no desobedecen a Alá en lo que les ordena, sino que hacen lo que se les ordena.

 

En el Occidente, la libertad forma parte de los intereses materiales. Mejor dicho, protege la mayoría de intereses de las personas, incluso las formas poco éticas o moralmente incorrectas y, cuando estos intereses caen en peligro, la libertad y los intereses de los demás se enfrentan con limitaciones.  La educación es uno de los casos de la libertad que incluye los más evidentes derechos de los humanos. El hombre tiene derecho a la educación pero tal misma libertad queda limitada en las grandes universidades occidentales. La ciencia y la tecnología (HiTech) no son transferibles. Está prohibida la transferencia de tecnología a los países en vías de desarrollo por el temor de que al trasmitir estos conocimientos se ponga en peligro su poder y dominio material.

 

Entonces, la libertad en el mundo material del Occidente tiene límites que no son razonables, como la prohibición a criticar al régimen de Israel, que a veces tiene fuertes sanciones. Pero, en el Occidente, se pisotean los valores morales de todo  el mundo bajo el pretexto de la liberad, por ejemplo, en Europa, los medios de comunicación violan la privacidad de las personas oponentes, es decir, el valor de la moralidad no define el límite de la libertad.