Derechos Humanos Islámicos 30
Saludos cordiales a todos ustedes estimados oyentes. Como siempre estamos a su servicio con la serie Derechos Humanos Islámicos, tal como dijimos en el programa anterior el Islam exhorta a los hombres a descubrir la verdad y tratar de encontrar el camino correcto. En este programa hablaremos sobre la apostasía, es decir el abandono de la fe islámica.
El Islam cree que el ser humano debe hacer uso de su libertad de pensamiento e idea para que de manera libre pueda aceptar la religión y el monoteísmo, y tratar de evitar la idolatría y la blasfemia. Obviamente el Islam no quiere imponer a la fuerza esta idea en las personas. Porque las creencias del alma y creencias religiosas se dan por la reflexión y aceptación de manera consciente, así que no se puede obligar a cambiar de idea a las personas.
Para empezar, en el Corán no existe ninguna referencia sobre un castigo mundanal contra el apóstata, todo lo contrario, se establece la libertad de adoptar la creencia que uno cree correcta, aunque sí hay muchas referencias sobre el castigo en el día del juicio. De acuerdo con el Corán, en el gobierno islámico los musulmanes son obligados a vivir pacíficamente con los no musulmanes mientras ellos no causen perjuicio ni dominio en la comunidad islámica, y se comporten ellos con amabilidad y justicia. Ahora considerando que el Islam es una religión que respeta la libertad de creencias, ¿porque castiga severamente la apostasía, es decir cuando un musulmán deja la religión?
Si bien el principio de la libertad en el Islam es fundamental para profesar la fe, sin presión alguna, el Islam no permite a los musulmanes abandonar su fe. El Corán reprocha tajantemente la apostasía; pero el punto interesante es que en ninguna aleya coránica concerniente a la apostasía mencionan los castigos de este mundo para el apóstata, sin embargo, en la tradición del Profeta y de los Imames, incluso los eruditos islámicos, han hablado de duros castigos prescritos para efectos legales específicos.
En la sunna, es decir, la tradición profética, que es la segunda referencia para las leyes islámicas, hay varios hadices que hablan de matar a los que cambian su religión, pero los eruditos no se han puesto de acuerdo si es por el hecho de cambiar de religión en sí, o porque con su cambio, realiza otras actividades ilegales que le pueden clasificar como traidor.
En el sagrado Corán, varias veces se recuerda a los apóstatas con nombres como: engañado por diablo, perdedores, infieles y similares, ejemplo en la aleya 217 de sura La vaca se lee:
“Las obras de aquéllos de vosotros que apostaten de su fe y mueran como infieles serán vanas en la vida de acá y en la otra. Ésos morarán en el Fuego eternamente”.
Los eruditos han divido los apostatas en dos forma natural y nacional. Apostata natural es alguien que ha nacido musulmán pero se convierte en ateo. Apostata nacional es alguien que primero ha sido infiel y se convierte en musulmán y luego otra vez se convierte en ateo.
Según el artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: "Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de tener o de adoptar la religión o las creencias de su elección, así como la libertad de manifestar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, mediante el culto, la celebración de los ritos, las prácticas y la enseñanza”.
Teniendo en cuenta el libre pensamiento avanzado del Islam sobre la libertad de expresión, ¿cómo se explica la sentencia de apostasía? ¿Y la filosofía de castigo pesado como la ejecución que es para el apóstata del Islam? Uno de los puntos importantes y considerables en el caso de apostasía, son los motivos de probar este delito, en teología y derechos islámicos.
La idea de que el islam prescribe la pena de muerte para aquellos que abandonan el islam es uno de los malentendidos más lamentables y persistentes sobre la jurisprudencia islámica. Un malentendido alimentado en ocasiones por la ignorancia de los propios musulmanes, además del oportunismo político de aquellos que utilizan la condena por apostasía para silenciar a disidentes.
Comprender la aceptación de un delito por apostasía por parte de numerosos sabios supone un verdadero desafío, ya que la libertad de conciencia es uno de los principios más firmemente y reiteradamente establecidos en el Corán, sin que pueda caber la menor duda sobre ello:
La aleya 256 de la Sura La Vaca dice:
“No hay coacción en la religión”.
La aleya 39 de la Sura Los Grupos
“Ciertamente hemos hecho descender sobre ti esta escritura divina, que expone la verdad, en beneficio de toda la humanidad. Y quien elija ser guiado por ella, lo hace por su propio bien, y quien elija extraviarse, se extravía solo en detrimento propio. Tú no eres un guardián para ellos”.
La aleya 29 de la sura La Caverna:
“Y di: La verdad viene de vuestro Sustentador: así pues, quien quiera, que crea, y quien quiera, que la rechace”.
La aleya 45 de la sura De Qaf
“Tú no puedes obligarles en absoluto a creer. Aun así, advierte por medio de este Corán a todo aquel que tema Mi advertencia”.
Las aleyas 99-100de la sura Yunus
“Y si tu Señor quisiera creerían todos los que están en la tierra. ¿Acaso puedes tú obligar a los hombres a que sean creyentes? Ningún alma puede creer si no es con permiso de Alá”.
Según estos y otros versículos, la libertad de religión y de conciencia son inherentes al islam. Nadie puede obligar a nadie a creer o a mantenerse a la fuerza en el islam. Una persona forzada a aceptar una religión no se convierte por ello ni en un creyente ni en un musulmán, ya que estas palabras no designan en absoluto a los que siguen nominalmente una religión histórica concreta, sino aquellos que se confían y se entregan a Dios conscientemente (de hecho, en el Corán se mencionan mumin de otras religiones, no solo musulmanes).
Alá no le dice al Profeta que los castigue ‘en esta vida’, sino que les anuncie el castigo de Dios ‘en el más allá’.
En las aleyas 144 y 145 de la sura de La Familia de Imrán, el Corán deja abierta la posibilidad de que tras la muerte del Profeta algunos de sus seguidores abandonasen el Islam, sin que se prescriba pena alguna.
Si Dios hubiese establecido la pena de muerte para los que abandonan el islam, sin duda estas y otras aleyas que tratan sobre el tema lo reflejarían. Pero no es así, sino todo lo contrario. Veamos aleya 136 de la Sura de Las Mujeres
“Es verdad que a quienes creyeron y luego renegaron, y después volvieron a creer y renegaron de nuevo, siendo mayor aún su incredulidad, Alá no los perdonará ni les mostrará ningún camino”.
Según esta aleya que acabamos de citar nos preguntamos lo siguiente:
“¿Cómo podemos pensar en alguien convirtiéndose en musulmán una segunda vez, tras rechazar una primera vez la fe, en el caso de que debiese matarse a esta persona tras su primera apostasía?”
Como hemos dicho, en todas estas aleyas el Corán está reflejando un hecho sucedido durante la vida del Profeta: los casos de aquellos que se convertían al islam y luego abandonaron a la comunidad. Y sin embargo no tenemos noticia de ni un solo caso en el cual el Profeta tomase represalias contra alguien a causa de su abandono del islam. El Corán deja abierta claramente la posibilidad de que los apostatas vuelvan al islam, lo cual sería difícil si hubiesen sido ajusticiados.
En la sociedad islámica, la apostasía se prueba con el testimonio acordado de dos musulmanes adultos. La pena de muerte de los apostatas se da solo en el caso de que los que abandonen el islam realicen actividades que signifiquen “algún desafío serio al Estado islámico o al orden social”.
Hoy los derechos humanos son de vital importancia y los eruditos modernos están comprometidos en el proyecto de mostrar que esos derechos son completamente compatibles con el islam. Si algún ulema insiste en la sentencia a muerte por apostasía, esto no sólo constituye un crimen contra la libertad de conciencia y los derechos democráticos sino también un serio ataque contra el Islam.
El Corán denuncia repetidamente la hipocresía y si forzamos a la gente a no renunciar al islam bajo amenaza de muerte, ¿no estamos fomentando la hipocresía en el islam y la sociedad islámica? No creerán en el islam en sus corazones pero se adherirán a él por miedo a la muerte. ¿Es esta una situación aceptable? Sólo se puede ser un creyente sincero si el corazón y la mente aceptan la fe, de otro modo será sólo un acto mecánico.
Si forzamos a alguien a permanecer en el Islam mediante la pena de muerte, esto creará en ellos no sólo resentimiento sino también odio hacia los musulmanes, y eso puede ser peligroso para cualquier sociedad. Deberíamos intentar producir mejor calidad de musulmanes, que entiendan el verdadero espíritu del Corán y sus valores clave: la justicia, la benevolencia, la compasión y la sabiduría. Si nos adherimos a esos valores coránicos seremos gratamente respetados en el mundo moderno.