Derecho Humanos Islámicos 34
El Islam es un sistema social en el que se atiende y valoriza mucho el bienestar de las personas. Con esta opinión, la designación de los profetas junto con las órdenes divinas, orientan a las personas a usar las enseñanzas divinas para establecer la justicia en la sociedad.
El Islam es un sistema fundamental que por un lado, es signo de una sociedad simbólica para que el pueblo pueda situarlo como ejemplo, y por otro facilita una situación capaz al pueblo para que desempeñe su destino.
Una de las formas de la libertad, son las libertades políticas de las personas en la sociedad. En este programa, conoceremos la opinión del Islam en relación con el derecho de las libertades políticas.
Basadas en las aleyas del sagrado Corán, se puede decir que el primer elemento de la libertad política para una persona es la elección e independencia. Es decir: el Corán considera que cada persona tiene que contar con la libertad política ya que posee dichos elementos.
Según este libro celestial, cada individuo nace como un ser independiente. De ahí que cada persona tiene conocimiento respecto a la bondad y maldad, es autónoma e independiente y con base en este conocimiento potencial, puede elegir el camino correcto de su vida.
En el sagrado Corán después de jurar al sol, la luna, el día y la noche, a los cielos y a la tierra, se jura a la vida de las personas.
En la aleya 8 de la sura del Sol leemos:
"Instruyéndole sobre su propensión al pecado y su temor de Dios".
Por otra parte, considera a las personas como unos seres que pueden elegir su destino. A este respecto Dios en la aleya 3 de la sura del Hombre dice:
"Agradecido o desagradecido, le hemos dirigido por el Camino".
Según estas características fundamentales, el sagrado Corán presenta a las personas como sucesoras de Dios y en la aleya 30 de la sura de La Vaca dice:
"Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: Voy a poner un sucesor en la tierra. Dijeron: ¿Vas a poner en ella a quien corrompa en ella y derrame sangre, siendo así que nosotros celebramos Tu alabanza y proclamamos Tu santidad? Dijo: Yo sé lo que vosotros no sabéis".
Según el sagrado Corán, cada persona como sucesora de Dios en la tierra, cuenta con tanta grandeza que otros seres naturales se encuentran bajo su dominio.
En la aleya 13 de la sura de La Arrodillada leemos:
"Y ha sujetado a vuestro servicio lo que está en los cielos y en la tierra. Todo procede de Él. Ciertamente, hay en ello signos para gente que reflexiona".
Por eso, según el sagrado Corán, las personas que cuentan con una información interna y posee la lógica y razón para conocer la maldad de la bondad, se consideran como un ser independiente, después se presentan como sucesoras de Dios en la tierra y como consecuencia, se encuentran a la altura de la naturaleza y pueden intervenir en ello.
Pero, lo que tiene mucha importancia desde el punto de vista del Corán, es que aunque la persona tenga estas características, y puede contar con la libertad política, sin embargo, esta libertad tiene que estar unida a la responsabilidad.
En la aleya 36 de la sura de El Viaje Nocturno leemos:
"No vayas tras algo de lo que no tienes ningún conocimiento. Del oído, de la vista, del intelecto, de todo eso se pedirá cuenta".
Según lo dicho, aunque cada persona puede tener la libertad política, pero, sobre la base de esta aleya, es responsable ante todos sus comportamientos, dichos y hechos en el escenario político y social de la vida. Ya que, el Corán considera a la persona como un ser con objetivo y en la aleya 115 de la sura de Los Creyentes dice:
¿Os figurabais que os habíamos creado para pasar el rato y que no ibais a ser devueltos a Nosotros?
El segundo elemento para las libertades políticas son los obstáculos del cumplimiento de esta libertad. Según el sagrado Corán, los obstáculos de la libertad política se dividen en dos grupos: internos y externos. Los más relevantes obstáculos externos de la libertad política de las personas son los ídolos, los dominadores y los diablos. Desde este aspecto, el más significativo impedimento de la libertad política de las personas son aquellas que se consideran como dueñas de los demás y les dominan como Taghut (tirano). Por esta misma razón, el sagrado Corán considera que el dominio de estas personas es ilegítimo y pide evitarlos. Por eso, en la aleya 64 de la sura de La familia de Imran, en unas palabras dirigidas a los creyentes dice:
Di: ¡Gente de la Escritura! Convengamos en una fórmula aceptable a nosotros y a vosotros, según la cual no serviremos sino a Alá, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como Señor fuera de Alá. Y, si vuelven la espalda, decid: ¡Sed testigo de nuestra sumisión!
En algunas otras aleyas del sagrado Corán se ha empleado la palabra Imperialismo. Según este libro celestial, otro impedimento para la libertad del pueblo en su vida política y social es la presencia de imperialistas que dominan el pueblo. El sagrado Corán en unas palabras sobre el motivo del dominio del Faraón y los líderes de su tribu a Moisés y sus seguidores, alude a su espíritu dictador y en las aleyas 45 y 46 de la sura de Los Creyentes dice:
Luego, enviamos a Moisés y su hermano Aarón con Nuestros signos y con una autoridad manifiesta a Faraón y a sus dignatarios, que fueron altivos. Eran gente arrogante.
Por eso, dominar el pueblo y acabar con su libertad en la vida es por tener un espíritu dominador y arrogante. Como consecuencia, se puede considerar a los opresores como obstáculos de la libertad política. Por otra parte, Dios en la aleya 36 de la sura de Las Abejas presenta a Taghuts como un serio obstáculo ante las libertades políticas de las personas y dice:
Mandamos a cada comunidad un enviado: Servid a Alá y evitad a los Taguts. A algunos de ellos les dirigió Alá, mientras que otros merecieron extraviarse. ¡Id por la tierra y mirad cómo terminaron los desmentidores!
Además de los obstáculos externos, la libertad política se enfrenta también con unos obstáculos internos. El más importante impedimento interno de la libertad política de las personas son sus creencias y pensamientos internos. El sagrado Corán considera que el cambio del destino político-social de las personas y como consecuencia, su liberación de la situación inadecuada, depende de un cambio fundamental en sus pensamientos y en la aleya 11 de la sura de El Trueno dice:
Tiene, por delante y por detrás, pegados a él, que le custodian por orden de Alá. Alá no cambiará la condición de un pueblo mientras éste no cambie lo que en sí tiene. Pero, si Alá quiere mal a un pueblo, no hay manera de evitarlo: fuera de Él, no tienen amigo.
Con base en esta aleya, hasta que las personas no decidan crear un cambio fundamental en su situación impropia, Dios no cambia su situación. Por eso, liberarse de esta situación incorrecta como el dominio de los opresores y dominadores, depende de la decisión de la persona para cambiar su situación.
Según el sagrado Corán, el tercer principio de la libertad política es el objetivo. El más importante fin de la libertad política de las personas es el monoteísmo. Además se puede considerar el cumplimiento de la justicia como el más significativo objetivo de la libertad política que es el tercer elemento de este tipo de libertad.
De otra forma se puede decir que según el Corán, la libertad política se considera el inicio del cumplimiento de la justicia. Por esta misma razón, en múltiples aleyas coránicas se ha aludido a la necesidad del cumplimiento de este valor. Por ejemplo: en la aleya 124 de la sura de La Vaca leemos:
Y cuando su Señor probó a Abraham con ciertas órdenes. Al cumplirlas, dijo: Haré de ti guía para los hombres. Dijo: ¿Y de mi descendencia? Dijo: Mi alianza no incluye a los impíos.
En esta aleya se ha aludido a este asunto que en aquella sociedad en la que los profetas enviados habían sido aceptados por el pueblo y se crea una sociedad monoteísta verdadera, se propicia el terreno para el cumplimiento de la justicia y como consecuencia, el pueblo puede ejecutarla.
Finalmente, se puede decir que el objetivo de la libertad política es el alcance del pueblo a sus derechos fundamentales. De otra forma se puede decir que el sagrado Corán reconoce oficialmente la liberación de las personas de los imperialistas y taghuts para que el monoteísmo se ejerza y la justicia se establezca en la sociedad.