Derechos humanos islámicos 41
Hoy explicaremos las garantías jurídicas para el suministro de los derechos y las libertades de las personas.
Una de las más importantes garantías para la seguridad personal es la existencia de un aparato judicial capacitado, que al aceptar y devolver los derechos de los miembros de una sociedad y castigar a los culpables, desarrolle la justicia y paz en el país.
La presentación de una querella es uno de los derechos básicos de todos los miembros de una sociedad para que aquellas personas que sus derechos, su libertad y su seguridad hayan sido violados, acudan a los centros respectivos para que sean restituidos. El abastecimiento de este derecho humano ha sido atendido en los documentos internacionales. La primera parte del decimocuarto artículo del Tratado Internacional de los Derechos Cívicos y Políticos insiste en que cada persona tiene derecho de acudir a un tribunal capacitado, independiente e imparcial en el que estudien su queja de forma justa y clara y según la ley. También, otra parte del decimonoveno artículo del Comunicado Islámico de los Derechos Humanos dice: acudir al tribunal es un derecho que ha sido garantizado para todos los miembros de una sociedad.
El Islam como la más completa religión celestial, ha considerado necesaria la existencia del aparato judicial para el establecimiento de la justicia e igualdad entre los miembros de la sociedad. Mientras tanto, la opinión del Islam respecto a la situación de la justicia, las fuentes de un juicio y las condiciones de un juez, es diferente con la de otros movimientos. Las condiciones de un proceso judicial en la comunidad islámica han sido establecidas de una forma que la vida y los bienes del pueblo no se encuentren en manos de personas incapaces y la comunidad no se convierta en víctima de intereses personales de algunos grupos materialistas e incluso, de las autoridades estatales.
Según el Islam, un proceso justo es una de las más importantes obligaciones de la religión después de la fe en Dios. El Islam le da mucha importancia a los juicios cuyo objetivo es abastecer los derechos del pueblo y el establecimiento de la justicia social y lo considera como una gran garantía.
Dios en la aleya 58 de la sura de Las Mujeres dice:
En verdad, Dios os ordena devolver a sus propietarios los depósitos que se os confiaron y que, si juzgáis entre la gente, lo hagáis con justicia. Qué excelente es aquello de lo que Dios os advierte! En verdad, Dios todo lo oye, todo lo ve.
En el Islam, el establecimiento de la justicia en la sociedad se considera un deber divino que Dios ha otorgado a sus profetas y después de ellos, los imames y las personas competentes al respecto pueden establecerlo en la comunidad.
El gran profeta del Islam (la paz sea con él y sus descendiente), tenía el deber de orientar a la comunidad islámica y juzgaba entre el pueblo como un deber divino. Él además de propagar su misión divina, se esforzaba por solventar las discrepancias del pueblo en diferentes asuntos jurídicos, familiares y sociales.
En la religión del Islam, el enjuiciamiento se considera uno de los deberes muy sensibles e importantes en la sociedad, ya que el establecimiento de la justicia demostraba la responsabilidad del gobierno islámico. Un juez musulmán, lejos de cualquier beneficio personal, tiene que emitir un veredicto justo entre todas las personas tanto musulmanas como no musulmanas para que no se pisotee el derecho de nadie.
El gran profeta del Islam dice: la palabra del juez se encuentra entre las ramas del fuego hasta que emita un veredicto entre el pueblo; después su destino se determina. Si emite un veredicto justo, se va hacia el paraíso y si oprime a alguien va al infierno.
Teniendo en cuenta que el veredicto de un juez puede determinar el destino de cada persona, por lo tanto un magistrado al emitir un veredicto incorrecto, puede determinar un destino difícil para una persona y dirigirle hacia múltiples problemas y dificultades. Por eso, un juez tiene que emitir una sentencia con base en testigos y documentos suficientes y escuchar completamente las declaraciones y defensas de ambas partes.
Por otra parte, un juez musulmán, además de tener fe y ciencia, al enfrentarse con ambas partes del conflicto, tiene que comportarse según el principio de la justicia e igualdad.
A este respecto, el gran profeta del Islam en una narración (Hadiz) recomienda a los jueces y dice: cada individuo que quiere juzgar entre las personas, tiene que respetar la justicia; de una forma que incluso no debe haber diferencias desde el punto de vista de mirar o aludir a una de las contrapartes.
Restituir los derechos de los oprimidos tiene tanta importancia en la religión del Islam que un juez tiene que tener buenas condiciones espirituales y físicas para juzgar. Una de las condiciones de juzgar es que el juez no debe estar furioso ni tener hambre. Ya que a la hora del enfado, la persona pierde el control y el hambre también le quita la concentración necesaria y es posible que no tenga la atención necesaria para el estudiar el caso.
Además, hay que suministrar suficientemente los derechos materiales de un juez; por eso, en los veredictos islámicos, un juez no tiene derecho a recibir dinero de ninguna de las partes en conflicto, y el gobierno debe determinar un salario suficiente y determinado para los jueces.
El Islam insiste en que un juez tiene que ser imparcial en emitir cualquier orden y veredicto para las contrapartes; por eso, les advierte a los jueces que no deben realizar negocios, ya que es posible que un juez en sus negocios comerciales conozca a algunas personas que posteriormente concluya con una amistad entre ellos, y este asunto deje influencias negativas en su veredicto a la hora de juzgar. Excepto aquellas personas que negocian con un juez, no le conozcan o no sepan su trabajo.
El Hazrat Ali (la paz sea con él) en una frase al respecto dice: Si un juez hace negocio, no puede establecer la justicia en la sociedad.
En el Islam, el caso de la independencia del juez tiene mucha importancia, un juez es independiente en el estudio de cualquier caso o a la hora de emitir cualquier veredicto al respecto y no sigue la opinión de nadie excepto la suya propia.
En el Islam, un juez no recibe orden de ninguna persona o ningún poder para dar una sentencia y ninguna autoridad puede imponerle su petición o hacerlo desistir de emitir un veredicto en un caso especial. Este tipo de independencia, poder y firmeza es una de las condiciones necesarias en un juez en el Islam.
La independencia de un juicio en el Islam significa la independencia ante el gobierno y los gobernadores de la sociedad. Al igual que en la historia del Islam, unos jueces valientes e incorruptibles que no se inclinaban por bienes materiales, obligaban a los gobernadores poderosos a acudir al tribunal y les juzgaban al igual que a otros miembros de la sociedad.
Cuenta que el Hazrat Ali, gobernador de aquel tiempo había denunciado el robo de su espada, a la hora del juicio se sienta al lado del culpable, un hombre no musulmán. A pesar que el Hazrat Ali tenía razón, no llevó testigos ni documentos que respaldaran su denuncia, por ende, el juez rechazó su queja y sentenció a favor de aquel hombre.
Al observar este comportamiento sin precedentes de Ali y la independencia y justicia del juez en el Islam, el hombre no musulmán que sabía que la espada no le pertenecía, dice: este tipo de veredicto es inusual en un ser normal, y solo se da en el gobierno de los profetas; luego se convirtió al Islam.