Abr 03, 2017 07:51 UTC

En el nombre de Dios, todopoderoso. Saludos cordiales a todos ustedes estimados oyentes de la voz exterior de la República Islámica de Irán. Estamos con ustedes con otro programa más de la serie de artículos titulados Derechos Humanos Islámicos.

En la vida cotidiana, algunas veces, las personas para suministrar sus necesidades, se prestan dinero de los demás, el cual será devuelto rápidamente o después de un tiempo determinado. Los deudores siempre piden plazo y los prestamistas su dinero. A los deudores les gusta que los prestamistas sepan que ellos no tienen solvencia económica y los prestamistas no saben por qué los deudores no entienden que ellos tampoco tienen dinero. Algunos deudores para devolver sus préstamos, realizan todo lo que sea, pero otros solamente buscan un camino para huir.
El Islam ha establecido unos reglamentos para las relaciones entre los deudores y prestamistas y ha considerado unos derechos para cada uno de ellos que no se observan en los textos de ninguno de los documentos de los derechos humanos. Esta es la misma visión especial y global del sistema jurídico de esta religión celestial respecto a los derechos de las personas.
El Imam Sayad, cuarto imam de los chiíes del mundo, en unas palabras sobre los derechos del deudor y acreedor dice: el derecho del acreedor es que el deudor debe pagar su deuda cuando tenga el dinero y no debe retrasarse. Si no tiene como pagar, debe hablar bien con su acreedor y pedirle un mayor plazo tranquilamente, ya que ha obtenido dinero; por eso, no debe maltratarlo, pues es una humillación que pidas dinero como que maltrates al prestamista.
Aquellas personas que tienen deudas y no la pagan a pesar que tienen dinero, estarán endeudados por siempre, esto se considera un tipo de opresión, y Dios al estudiar sus pecados, es muy duro y no permite que se pisotee el mínimo derecho de un oprimido. 
El Imam Ali (la paz sea con él) considera que estos pecados no se perdonan nunca y dice: uno de los pecados que no se perdona nunca es la opresión de una persona a otra. Dios en el día de la Resurrección, a la hora de devolver los derechos de los oprimidos y castigar a los opresores, ha jurado que quitará el derecho de cualquier oprimido y no ignora este asunto para nada; aun que dicha opresión sea pequeña y sin valor.
El pueblo terrenal paga sus deudas a través del dinero o cualquier otro producto o artículo. Pero, en el día de la Resurrección no existe dinero, ni producto mundano, tampoco el deudor puede amenazar ni asustar al prestamista para de esto modo solucionar su problema. El único instrumento de pagar una deuda en el otro mundo es ser condado con el prestamista o si no tienes bondad, paralelamente con sus deudas, las conductas erróneas del acreedor serán acumuladas al deudor, por su actitud errada.
Uno de los derechos estudiados minuciosamente que pertenece al pueblo y en el día de la Resurrección, es el tema de los asuntos financieros entre las personas. Hay que pagar las deudas financieras y los castigos mundanos no absuelven a los acusados de los derechos financieros del pueblo. Por ejemplo: si alguien roba algo de otra persona, incluso si se castiga, aun es pecador hasta que devuelva lo robado a su dueño.
Tal como los castigos mundanos, no absuelven a los pecadores de los derechos financieros del pueblo, el arrepentimiento ante el tribunal divino tampoco elimina el aspecto popular del pecado  excepto que el pecador en este mismo mundo, paralelamente con el arrepentimiento, pague los derechos del pueblo, recompense sus pecados y propicie el terreno para la satisfacción de quienes han sufrido daños al respecto. En caso contrario, en el otro mundo será juzgado duramente en relación con todos los bienes del pueblo y tiene que pagar sus deudas con bondades o recibir las maldades de los demás.
El gran profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes) dice: en el día de la Resurrección probablemente harán cuatro preguntas a cada persona. Primero: preguntarán sobre su vida ¿cómo ha transcurrido su vida? Segundo: preguntarán sobre su juventud  ¿cómo ha sido su juventud y en qué vía ha terminado? Tercero: preguntarán sobre sus bienes ¿cómo ha obtenido su riqueza y cómo la ha gastado? Y cuarto: preguntarán sobre la amistad de cada persona con los profetas divinos.
La tercera pregunta que se ha planteado en la narración, se vincula a los asuntos financieros. En el día de la Resurrección se le preguntará a cada persona sobre sus bienes, la forma como ha obtenido sus riqueza y como las ha gastado. Todos nosotros sabemos que tema de la riqueza es uno de los principios fundamentales en la vida de todas las personas e indudablemente, una parte de las prosperidades y desgracias personales y sociales en todo el mundo, dependen del trabajo, los ingresos y la manera de gastarlos.
En los reglamentos islámicos, cualquier trabajo que dañe uno o varios  aspectos de la prosperidad de la sociedad y dirija al pueblo hacia la corrupción y destrucción, es tachado como trabajo prohibido y el legislador puede cancelar los negocios vinculados al respecto. Por ejemplo: obtener dinero a través del negocio del vino, realizar juegos ilegales, robar, sobornar, y hacer cualquier acto contrario a reglamentos de la sociedad. Con base en lo dicho, el dinero que se obtiene al respecto o se consume en dichas vías, es prohibido y el sagrado Corán también en la aleya 29 de la sura de Las Mujeres ha advertido a todos los musulmanes al respecto y dice:
¡Oh los que creéis! No os comáis la riqueza unos a otros ilegalmente. Es diferente si comerciáis de común acuerdo. Y no os matéis vosotros mismos. En verdad, Dios ha sido misericordiosísimo con vosotros.
Los jurisprudentes han dicho que uno de los casos que hay que dejar el rezo obligatorio, es cuando el acreedor venga y solicite su deuda. En aquel tiempo, si estamos rezando, pero tenemos tiempo para hacerlo después, hay que romperlo; se debe primero pagar la deuda y después, rezar.
Un día el gran profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes) dijo a sus seguidores: en su opinión, ¿quién es pobre? Sus seguidores dijeron: alguien que no tiene dinero y sus manos están vacías de los bienes mundanos. Aquel Hazrat dijo: esa persona que ustedes señalan, no es pobre. El pobre es quien en el día de la Resurrección se presenta; mientras que tenga el derecho de algunas personas en su mano  (cuello). Por ejemplo: si una persona ha maltratado a otra, la ha insultado, ha pisoteado el derecho de un oprimido. En aquel caso, si tiene bondades, se le quita el pecado ante los derechos del pueblo y se lo dan a sus acreedores, pero si no tiene ninguna bondad, quitan los pecados de sus acreedores y le suma a los pecados de esta persona. El pobre verdadero es esta misma persona.