Abr 24, 2017 07:52 UTC

En el nombre de Dios, todopoderoso. Saludos cordiales a todos ustedes estimados oyentes de la voz exterior de la República Islámica de Irán. Estamos con ustedes con otro programa más de la serie de artículos titulados Derechos Humanos Islámicos.

En el programa anterior hablamos que uno de los asuntos útiles y eficaces para este y el otro mundo, es modificar el  comportamiento y abandonar los actos prohibidos, y a este respecto las críticas positivas y lógicas son una de las vías de alcanzar este objetivo supremo. Quienes ocultan la realidad y se abstienen de criticar, no solo pisotean uno de los derechos de sus hermanos sino que, si están seguros de la influencia de la crítica y no lo advierten, perpetrarán una traición.
Imam Sadegh (P) sexto imam de los chiíes del mundo, dice: alguien que ve que su hermano está realizando un acto negativo y puede impedirle este acto, sin embargo no realiza nada, y opta por el silencio, lo ha traicionado.
Mayormente, los consejos en privado, las críticas correctas y lógicas que se realizan en la línea de la moralidad y cortesía, conllevan a un resultado positivo e informan a la gente sobre sus defectos.
Ellos también aceptan las recomendaciones amigables y se esfuerzan por acabar con sus defectos morales y si en algunos casos, no alcanzan el resultado adecuado previsto, al menos esta buena recomendación, no provoca el insulto y la violencia ni conlleva la enemistad e inquina.
Imam Hasan Asgari (P) décimo primer imam de los chiíes del mundo, dice: alguien que aconseja de forma privada a su hermano, le hace admirable, pero alguien que lo realiza de forma pública, provoca su rechazo. 
El gran profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes) cuando se enteraba que alguien había realizado un pecado, su medida era prudente, no le criticaba en presencia de los demás para no dañar su reputación.
Las recomendaciones se realizan para satisfacer a Dios y para dejar una influencia en la gente. También, hay que considerar la capacidad de cada persona al respecto. No debemos tomar cualquier método para aconsejar a todas las personas sino que debemos saber y conocer la vía y el nivel de la recomendación. 
En el tiempo del Hazrat Mohamad, vivía un anciano que tenía problemas a la hora de la ablución.
El Imam Hasan y el Imam Hossein (P) para enseñarle la manera correcta de una ablución, acudieron al anciano y le dijeron: ¡oh, padre! Tú juzga entre nosotros y dinos quién hace mejor una ablución. Después, ambos lo hicieron e indirectamente le enseñaron la manera correcta de hacer una ablución. El anciano les dijo: ustedes realizan una ablución correcta, yo era quien tenía problemas al respecto.
Alguien que aconseja a los demás, tiene que estudiar exactamente su petición y después responder adecuadamente a la pregunta. Por ejemplo: es erróneo que si le preguntan sobre un problema financiero, plantee asuntos espirituales o al contrario, si le piden explicación sobre asuntos espirituales, hable de asuntos materiales. Además, en su recomendación tiene que considerar las necesidades de la gente. También, debe atender el poder del pensamiento de las personas. Por ejemplo: una persona acudió al Hazrat Mohamad y le pidió recomendaciones. Aquel Hazrat le dijo: te aconsejo que no te enojes. Quien había pedido consejos, era una persona de las tribus del desierto. En aquel entonces, el fanatismo tribal dominaba mucho en las sociedades que si uno de sus miembros, se enfrentaba con la invasión de una persona de otra tribu, el fanatismo dominaba tanto en ellos que sin ningún plan e investigación, se iban a la guerra.
Dicha persona dice: Tres veces pedí consejos del Hazrat Mohamad y las 3 veces me dijo: te aconsejo que no te enojes. Cuando regresé a mi tribu, entendí la veracidad de las palabras del Hazrat; ya que me comunicaron que uno de los miembros de mi tribu había sido asesinado por otra tribu y todos los de mi tribu se preparaban para la venganza. Yo recordé las palabras del Hazrat Mohamad y este recuerdo provocó que les tranquilice y estudie exactamente la raíz del caso. Después de unas investigaciones, se esclareció que la culpa era del miembro de nuestra tribu. Ahí, se evitó una guerra y derramamiento de sangre.
Uno de los elementos de la victoria y popularidad del gran profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes) eran los dichos y hechos amables del Hazrat durante los años de su misión divina. Mohamad con la alta moralidad que tenía, pudo reunir a la gente, penetrar en la profundidad de su espíritu, darles las órdenes divinas y educarles según los reglamentos islámicos.
Hasta aquí, les hablamos sobre los defectos personales y críticas privadas. Si en una sociedad, algunas personas se contaminan con un pecado, los demás al considerar todos los aspectos, tienen que criticarles. Pero, en algunos casos, el pecado se desarrolla igual que una enfermedad contagiosa, penetra en todos los rincones de la sociedad y contamina a la mayoría de la gente. En estas ocasiones, la crítica de una o varias personas no puede cambiar la situación general y el camino de la sociedad ni aleja a la gente del pecado y culpa. En estos casos, los gobiernos poderosos con su poder ejecutivo y las posibilidades que tienen, pueden luchar y acabar con el pecado o al menos, evitar el contagio en el país.
La religión divina del Islam considera que hacer una crítica legal y moral, es uno de los principales deberes de todos los musulmanes y ha respondido positivamente a esta pregunta: ¿hay que criticar a los demás o no? Pero, para que la gente no haga una recomendación fuerte, no supere la frontera de la realidad y con el nombre de la crítica, no provoque la humillación de los demás, ha establecido condiciones que los seguidores del Islam tienen que criticar en el marco de dichas condiciones, recordar los defectos de sus hermanos y propiciar el terreno para su prosperidad y bienestar.
Si una persona se esfuerza por escuchar la recomendación de un sabio, no tiene que elegir a personas viles para que le aconsejen; sino que, debe elegir a personas que cuentan con valiosas características morales. Ya que solamente las personas compasivas no son indiferentes ante las necesidades de los demás y no optan por el silencio ante la petición de la gente. Una buena persona incluso antes de que alguien le plantee su problema, le ayuda con rapidez. Los consejos de estas personas son superiores, no los consejos de personas ignorantes y miserables.
Otro asunto es que aquellas personas que aconsejan a los demás, ellas mismas también tienen que actuar según lo que dicen. Si una persona actúa al contrario de lo que dice, no puede ser una buena guía para la gente. El Hazrat Al (P) dice: alguien que se traiciona así mismo, no puede ser una buena guía para los demás.
Imam Sayad (P) cuarto imam de los chiíes del mundo, en relación con los derechos de alguien que otorga y alguien que recibe consejo dice: el derecho de alguien que pide consejo es que sea aconsejado según su tolerancia y capacidad; ya que, hay que hablar con cada persona según su entendimiento. También, tiene que comportarse muy bien con la gente.
Y el derecho de alguien que te ofrece un consejo es que tienes que ser suave, flexible y obediente ante él, escuchar bien sus palabras, si sus consejos son correctos, tienes que aceptarlos y agradecer al Creador y si no son correctos, no debes acusarle; ya que él ha considerado todos los aspectos y ha planteado un consejo, pero finalmente se ha equivocado.